Los temas de fondo que realmente preocupan a los economistas más allá de la discrepancia entre el Presidente y el BCCR
Ennio Rodríguez ennio.rodriguez@gmail.com | Jueves 26 mayo, 2022
El Presidente de la República, Rodrigo Chaves y el Banco Central (BCCR) han discrepado sobre las reservas internacionales netas (RIN) en torno a:
• Las magnitudes de la pérdida de RIN $2.300 de acuerdo con el señor Presidente y $1.236 según el BCCR.
• En un entorno internacional que tiende a complicarse “no tenemos instrumentos”, señaló el Presidente; mientras que el BCCR indica que cuenta con un nivel adecuado de RIN.
• Las decisiones que llevaron a esta pérdida de RIN constituyen par el señor Presidente “un error de política pública”, para el BCCR fueron utilizadas correctamente para amortiguar el impacto de un choque inesperado o transitorio del balance externo.
En un lenguaje más bien coloquial, el Presidente de la República planteó una severa crítica a la gestión del BCCR. El Banco, por su parte, con el rigor que lo caracteriza, ripostó con una vigorosa defensa. El Presidente no explica la metodología para llegar a sus conclusiones cuantitativas, mientras que el BCCR sí lo hace. Cada uno le habló a públicos distintos. No nos detendremos en estos aspectos, pero existen temas de fondo que es conveniente destacar.
Magnitud de la pérdida de las RIN. El BCCR cuantifica dichas pérdidas en $1.236 millones; mientras que el Presidente menciona $2.300 millones. El BCCR hace sus estimaciones entre febrero 2020, que define como el mes previo a la pandemia, y lo compara con mayo 2022. El Presidente parece haber tomado el número más elevado de RIN que corresponde a noviembre 2019 y, a partir de ese punto de partida, si se compara con mayo de 2022, se obtiene el dato señalado de $2.300 millones. En efecto, la tendencia a la baja de las RIN más pronunciada se inicia en noviembre de 2019. Por lo tanto, es incontrovertible que la pérdida de RIN es de gran magnitud para Costa Rica y la magnitud exacta va a depender del periodo de referencia.
¿Tenemos o no instrumentos? El BCCR destaca que los niveles actuales de RIN se ubican dentro de los estándares internacionales (el valor de 3 a 5 meses de las importaciones). El saldo de las RIN en mayo de 2022 permitiría financiar las compras del régimen definitivo por 4.5 meses. Tenemos, por lo tanto, margen para que el BCCR pueda realizar intervenciones para disminuir la volatilidad en el mercado cambiario y soportar un choque externo transitorio. Es importante señalar que no se justifican compras especulativas apostando contra el colón.
Pero sí es cierto que el BCCR gastó parte de un margen holgado que tenía para cumplir con sus funciones en el mercado cambiario en un entorno internacional que nuevamente puede complicarse de no encontrarse una salida diplomática a la invasión rusa de Ucrania y sus impactos en petróleo, cereales y agroquímicos, agravado, a su vez, por fenómenos climáticos en China e India que han afectado la producción de cereales, todo lo cual, está resucitando el proteccionismo comercial; al confinamiento por el recrudecimiento pandémico en China; los problemas no resueltos de la disrupción en las cadenas de suministros producto de la pandemia; y el endurecimiento de las políticas monetarias por parte de los bancos centrales, entre otros. Aquí la queja del Presidente tiene cierta validez.
¿Error de política pública? El sector público no bancario no acude directamente al MONEX como lo hacía anteriormente, sino que sus necesidades de divisas las suple el BCCR de sus RIN y este, se supone, acude al MONEX de una manera no disruptiva para este mercado para compensar las reservas que había perdido. Durante la pandemia, el BCCR no compensó mediante compras en MONEX todas las divisas con el objeto de no presionar el precio del dólar en dicho mercado. Efectivamente, perdió reservas. Su argumentación es que esta pérdida será transitoria por cuanto se está a la espera de desembolsos de créditos internacionales, particularmente del Banco Mundial y de la Agencia Francesa de Cooperación. En este caso, la definición de transitorio parece haberse flexibilizado y agregó un elemento de incertidumbre al requerir que se cumplan oportunamente las condiciones de desembolso. La apuesta que hizo el BCCR permitió una menor depreciación del colón, aunque somos ahora más dependientes de esos desembolsos internacionales.
Pero el aumento en la demanda de divisas también tiene otros factores que trascienden las competencias del BCCR, y que corresponden a la política pública más general, la cual debe tener una consistencia macroeconómica global. El Ministerio de Hacienda tuvo, en este periodo bajo análisis, que honrar pagos de deuda externa. A raíz de la política monetaria anti-cíclica, el BCCR promovió la liquidez y bajas tasas de interés. El Ministerio de Hacienda decidió tomar ventaja de estas condiciones y financiar esos pagos externos mediante captaciones en colones, con los cuales acudió al BCCR para comprar divisas y, de esta manera, contribuyó a la pérdida de reservas. El razonamiento financiero estrecho del Ministerio de Hacienda no incluyó el impacto negativo de presionar las reservas cuando bien pudo financiarse directamente mediante captaciones en dólares. La coordinación de objetivos entre el BCCR y el Ministerio de Hacienda fue insuficiente.
Por su parte, la SUPEN, mediante un análisis de riesgo de la concentración de carteras de las operadores en títulos valores del Gobierno de Costa Rica, autorizó incrementar la inversión en moneda extranjera de 25% A 50% de sus carteras. Las operadoras, probablemente mediante un análisis de rendimientos de la bolsa de Nueva York de la década anterior, se apresuraron a comprar instrumentos de dicho mercado (ETF-exchange traded funds- especie de fondos mutuos modernos y muy líquidos). Estas decisiones han tenido dos efectos negativos. Primero, parece haber habido nuevamente una falta de coordinación entre el ente regulador y el BCCR pues los operadores de pensiones han acudido al MONEX y aumentado la demanda por dólares precisamente cuando el mercado cambiario estaba teniendo una presión al alza. Segundo, cabe preguntarse sobre el debido análisis de riesgo de las operadoras de pensiones para incursionar en mercados complejos como el accionario.
“En definitiva, señaló Ennio Rodríguez, Presidente del Colegio de Ciencias Económicas, si bien no toda la pérdida de RIN puede atribuirse a un -error de política pública- del BCCR, el Presidente lleva parte de la razón, pues contribuyeron a esa pérdida fallas de coordinación entre el BCCR y el Ministerio de Hacienda y entre el Banco y la SUPEN en cuanto al efecto combinado de sus acciones para proteger las RIN. Esa falta de coordinación oportuna de políticas públicas bien puede considerase un error de dichas políticas, lo cual nos deja con menos armas para enfrentar las posibles dificultades internacionales que bien pueden agravarse en los meses venideros”.