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Los candidatos Solís y Araya

Vladimir de la Cruz vladimirdelacruz@hotmail.com | Miércoles 12 febrero, 2014


Mucha inteligencia emocional y política necesitará el que gane el 6 de abril para armonizar el archipiélago legislativo electo


Pizarrón

Los candidatos Solís y Araya

Las elecciones pasadas tan solo mostraron una cara de los votantes, la de simplificar la lista de candidatos a dos, en la segunda vuelta el próximo 6 de abril. En esa disyuntiva aún permanece la incógnita de continuar con un mismo partido en un tercer gobierno, cuestión que no se ha dado desde 1949, o cambiar de partido gobernante, que ha sido lo usual de gobierno a gobierno y, ocasionalmente, después de dos gobiernos seguidos de un mismo partido.
Cambiar de partido gobernante es tan solo el primer paso para derrotar el bipartidismo tradicional en el eje Liberación Nacional (PLN) - Unidad Social Cristiana (PUSC). Habría que esperar a las elecciones de 2018 para ver si nuevamente es derrotado el PLN, si continúa el Partido Acción Ciudadana (PAC) en el gobierno, o el PLN vuelve al gobierno, creándose, entonces un nuevo eje bipartidista gobernante PLN-PAC.
O si emerge para 2018, desplazando al PLN, otra fuerza, sea el Frente Amplio (FA), dependiendo de su trabajo legislativo, o el mismo PUSC dirigido por Rodolfo Piza.
Solís y Araya son candidatos que tienen una misma raíz política, la socialdemocracia como doctrina política y, una misma matriz organizativa, el PLN que los hizo nacer a la vida pública.
En el caso de Luis Guillermo Solís lo llevó a la propia Secretaría General del PLN, que le hizo conocer el monstruo por dentro, con lo que se podría aplicar el refrán de que no hay peor cuña que la del mismo palo, y a trabajar en la Cancillería y cerca de Óscar Arias.
El mismo fundador del Partido Acción Ciudadana (PAC), de vez en cuando su principal e independiente vocero, también es de origen socialdemócrata, exministro y exdiputado del PLN, y ahora futuro diputado del PAC, y probablemente el diputado más importante de un eventual futuro gobierno PAC, o de la oposición política parlamentaria en el caso del eventual gobierno arayista.
En el caso de Johnny Araya, haciendo carrera municipal por más de veinte años, sin ocupar cargos relevantes en el partido o en el gobierno central, tan solo haciéndose sonar como precandidato a la presidencia para tener vigencia y abonar el terreno que lo tiene hoy a las puertas del triunfo.
Los votos que recibió el PLN el 2 de febrero para presidente distan de los que recibió para diputados. Proporcionalmente, comparado con la elección de 2002, también de segunda vuelta, de Rolando Araya, hermano de Johnny, significa que los electores liberacionistas, votaron más para sus diputados que para su presidente, porque con esa misma cantidad de diputados debió haberse acercado al 38% de votación presidencial.
Esto puede ser un insumo para convocar a esa masa de votantes liberacionistas para que le tengan confianza en la segunda ronda, más lo que puedan agregar del resto de los votantes.
En el caso del PAC, con esa misma comparación no recibió apoyo para sus diputados, lo que lo deja en muy mala situación en caso de ganar el 6 de abril.
Frente al casi triunfo del PLN pareciera que los votantes constituyeron baterías parlamentarias opositoras de control político, las del PAC, del FA y del PUSC, que se revierte de igual forma hacia un posible triunfo del PAC.
Mucha inteligencia emocional y política necesitará el que gane el 6 de abril para armonizar el archipiélago legislativo electo.

Vladimir de la Cruz

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