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Dialéctica

Los TLC se están renegociando

Juan Manuel Villasuso jmvilla@racsa.co.cr | Viernes 21 septiembre, 2007


El gobierno de Colombia considera que la negociación del Acuerdo Comercial con los Estados Unidos, cuya aprobación por parte del Congreso Colombiano y posterior sanción presidencial ha dado lugar a la ley 1143 de 2007, fue un proceso y una negociación beneficiosa para los intereses del país.

No obstante, es un hecho contundente que la realidad política en los Estados Unidos cambió dando lugar a un nuevo equilibrio de poder en el Legislativo de ese país donde la mayoría demócrata ha establecido un énfasis distinto en temas relacionados con la política comercial de ese país. Como consecuencia del cambio, los tratados de libre comercio negociados con Perú, Colombia, Panamá y Corea, así como los que a futuro negocie y suscriba Estados Unidos, deben incorporar un mayor componente de temas ambientales, laborales y de acceso a medicamentos, entre otros”.

Los dos párrafos anteriores son transcripción del Protocolo Modificatorio del Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos presentado recientemente por el Presidente Uribe al Congreso de ese país.

Los elementos centrales de la renegociación fueron los siguientes:

En materia ambiental se esclarece que los países deben mantener altos estándares ambientales y, en consecuencia, no reducirlos para atraer o desarrollar el comercio y la inversión. También introduce el respeto de las dos naciones a acuerdos internacionales como el de la prevención de la Contaminación por Buques o el de la Conservación de Recursos Vivos Marinos.

El capítulo de propiedad intelectual se reformó para hacer discrecionales y opcionales (no obligatorias) la aplicación de algunas de las disposiciones que prorrogan de hecho las patentes de los medicamentos, que impiden el acceso a los genéricos y que someten la salud pública al lucro de las farmacéuticas internacionales.

Con respecto al capítulo laboral, se incorporan obligaciones tendientes a garantizar la efectiva inclusión de los derechos laborales fundamentales internacionalmente reconocidos en la legislación interna de los países. Además, el Protocolo Modificatorio introdujo cambios al mecanismo de solución de controversias específico para disputas relacionadas con asuntos laborales.

En cuanto a los inversionistas extranjeros, en la renegociación se estableció que estos no deben recibir en Colombia prerrogativas superiores a los nacionales. Este aspecto tiene que ver con la atribución exclusiva de los inversionistas extranjeros para obligar al Estado a dirimir sus reclamos en paneles arbitrales, regidos por el TLC y no por la legislación del país.

En cuanto a las compras del sector público se abre la posibilidad de exigir a los proveedores de los otros países el cumplimiento de las leyes de protección de los derechos laborales, salario mínimo, horas de trabajo y condiciones de seguridad ocupacional y salud.

El proceso de renegociación de los TLC que estamos observando evidencia una nueva orientación de la política norteamericana que ha recogido algunas de las críticas que se hacen a los tratados actuales. Y aunque las modificaciones no logran el equilibrio deseable, al menos parecen ser un paso en la dirección correcta.

Además, las renegociaciones están produciendo una nueva generación de acuerdos, menos asimétricos, a la cual Costa Rica debería aspirar. Para lograrlo debemos decir NO al TLC que el gobierno nos propone, el cual perpetuaría aspectos negativos que ya se están modificando para otras naciones.

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