Males que afectan el redimiendo de sus niños
Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Jueves 10 febrero, 2011
Males que afectan el redimiendo de sus niños
Con el fin de las vacaciones y la entrada a clases los padres deben velar por que sus hijos estén en óptimas condiciones para cumplir con las metas escolares
Las vacaciones llegaron a su fin para muchos estudiantes, que desde esta semana retomaron de nuevo el curso lectivo, y una de las preocupaciones de los padres es su rendimiento, un factor que podría estar relacionado con problemas de salud.
Uno de ellos es la falta de audición, que según especialistas puede llevar a los niños a poner poca atención en clases, no seguir instrucciones, y por consiguiente bajar su rendimiento.
“La pérdida de audición puede pasar inadvertida durante mucho tiempo, esto afecta la capacidad de aprendizaje y de comunicación del niño, y desencadena en trastornos en su comportamiento, lenguaje y socialización”, explicó Marcela Arias, audióloga de la Clínica Dinamarca.
La especialista considera que la escuela es un lugar donde se puede detectar con facilidad la sordera, porque la comunicación dominante es la oral.
Como recomendación dijo que los profesores pueden realizar algunos juegos con los niños para medir el estado de sus oídos y no confundir la sordera con déficit atencional, alteraciones del coeficiente intelectual o problemas emocionales.
“Pueden producir un ruido a espaldas de los niños, identificar sonidos de animales grabados con su correspondiente imagen o foto o pedirles que señalen hacia la fuente sonora con los ojos tapados”.
También para aminorar la situación es recomendable que los estudiantes con este problema se sienten en un lugar con buena visibilidad, donde la percepción del mensaje no sea bloqueado por agentes externos como el ruido excesivo.
Otros problemas de la salud que afectan el rendimiento estudiantil son los parásitos intestinales, así como los problemas visuales.
“En el caso de los parásitos intestinales estos representan una de las principales amenazas para los estudiantes, ya que los niños tienden a compartir los alimentos y bebidas”, comentó el Dr. Roberto Herrera, cirujano pediatra del Hospital Metropolitano, por lo que recomienda reforzar las medidas de higiene.
Incluso se han presentado casos de estudiantes que pasan distraídos y somnolientos, sin percatarse de que puede tratarse de anemia, la cual se detecta con un examen de hemoglobina o de sangre, según indicó.
Recientemente un estudio realizado por la Universidad de Leeds en Reino Unido estimó que tener una mala dieta durante los primeros años de vida, traería consigo un descenso en el rendimiento intelectual del niño cuando se encuentre en edad escolar, según publico el diario elmundo.es.
Una dieta alta en grasas y azúcares durante los primeros años de vida podría afectar al desarrollo del coeficiente intelectual de los niños.
Los especialistas aclaran que estos estudios sugieren que “los efectos cognitivos relacionados con los hábitos alimenticios en los primeros años de vida podrían persistir aunque se cambiara la dieta”.
“La entrada a clases puede ser la oportunidad idónea para identificar y tratar oportunamente, padecimientos comunes que podrían interferir con el aprendizaje y el bienestar de la salud de escolares y adolescentes”, aseveró el Dr. Herrera.
Si detecta algún problema en su hijo es fundamental que un especialista valore la situación.
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net
Con el fin de las vacaciones y la entrada a clases los padres deben velar por que sus hijos estén en óptimas condiciones para cumplir con las metas escolares
Las vacaciones llegaron a su fin para muchos estudiantes, que desde esta semana retomaron de nuevo el curso lectivo, y una de las preocupaciones de los padres es su rendimiento, un factor que podría estar relacionado con problemas de salud.
Uno de ellos es la falta de audición, que según especialistas puede llevar a los niños a poner poca atención en clases, no seguir instrucciones, y por consiguiente bajar su rendimiento.
“La pérdida de audición puede pasar inadvertida durante mucho tiempo, esto afecta la capacidad de aprendizaje y de comunicación del niño, y desencadena en trastornos en su comportamiento, lenguaje y socialización”, explicó Marcela Arias, audióloga de la Clínica Dinamarca.
La especialista considera que la escuela es un lugar donde se puede detectar con facilidad la sordera, porque la comunicación dominante es la oral.
Como recomendación dijo que los profesores pueden realizar algunos juegos con los niños para medir el estado de sus oídos y no confundir la sordera con déficit atencional, alteraciones del coeficiente intelectual o problemas emocionales.
“Pueden producir un ruido a espaldas de los niños, identificar sonidos de animales grabados con su correspondiente imagen o foto o pedirles que señalen hacia la fuente sonora con los ojos tapados”.
También para aminorar la situación es recomendable que los estudiantes con este problema se sienten en un lugar con buena visibilidad, donde la percepción del mensaje no sea bloqueado por agentes externos como el ruido excesivo.
Otros problemas de la salud que afectan el rendimiento estudiantil son los parásitos intestinales, así como los problemas visuales.
“En el caso de los parásitos intestinales estos representan una de las principales amenazas para los estudiantes, ya que los niños tienden a compartir los alimentos y bebidas”, comentó el Dr. Roberto Herrera, cirujano pediatra del Hospital Metropolitano, por lo que recomienda reforzar las medidas de higiene.
Incluso se han presentado casos de estudiantes que pasan distraídos y somnolientos, sin percatarse de que puede tratarse de anemia, la cual se detecta con un examen de hemoglobina o de sangre, según indicó.
Recientemente un estudio realizado por la Universidad de Leeds en Reino Unido estimó que tener una mala dieta durante los primeros años de vida, traería consigo un descenso en el rendimiento intelectual del niño cuando se encuentre en edad escolar, según publico el diario elmundo.es.
Una dieta alta en grasas y azúcares durante los primeros años de vida podría afectar al desarrollo del coeficiente intelectual de los niños.
Los especialistas aclaran que estos estudios sugieren que “los efectos cognitivos relacionados con los hábitos alimenticios en los primeros años de vida podrían persistir aunque se cambiara la dieta”.
“La entrada a clases puede ser la oportunidad idónea para identificar y tratar oportunamente, padecimientos comunes que podrían interferir con el aprendizaje y el bienestar de la salud de escolares y adolescentes”, aseveró el Dr. Herrera.
Si detecta algún problema en su hijo es fundamental que un especialista valore la situación.
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net