Malos tiempos: pronóstico económico
Fred Blaser - | Lunes 13 febrero, 2012
Déficit público es un ancla, que limita el progreso
Malos tiempos: pronóstico económico
Cuidado si tiene deudas en colones
Mares agitados, este es el pronóstico para la economía costarricense para este año.
No se trata de un huracán.
Sin embargo, una carga pesada de la deuda del sector público significa que los costarricenses que deben dinero en colones están enfrentando tasas de interés cada vez más altas.
Mientras los prestatarios pagan más por sus préstamos, tienen menos dinero para gastar en bienes y servicios, lo cual afectaría la economía.
Por su parte, los bancos pueden ver más préstamos morosos, ya que los deudores tienen dificultad para cumplir con sus obligaciones.
La mejor manera de resolver el problema consiste en tomar la ruta media, con un aumento razonable de impuestos, así como con recortes significativos en el gasto público, en el mediano plazo.
El Gobierno también debe promover programas de crecimiento.
Hasta ahora, el timón de la administración Chinchilla se ha quedado atascado en el lado de los aumentos tributarios.
Pero a menos que el gobierno tome un enfoque serio en las tres áreas, la economía nacional correría el riesgo de encallar.
El impacto del problema de la deuda ya se está sintiendo.
El jueves pasado, la tasa básica pasiva alcanzó el 9%.
Esta tasa es la que utilizan los bancos, para fijar los montos que cobrarían a sus clientes.
En comparación, la tasa básica era de tan solo el 7,5% hace un año.
El resultado es que más de 200 mil costarricenses, que tienen deudas denominadas en colones con tasas variables, enfrentan la necesidad de pagar una mayor parte de sus ingresos a los bancos y otros prestamistas.
En un caso típico, una persona con una hipoteca de este tipo, de ¢25 millones a diez años plazo, en 2012 llegaría a pagar una cuota anual de ¢270 mil mayor que el año anterior.
El incremento en los costos financieros significa que estas personas tienen menos dinero para gastar en otras cosas.
El problema radica en el hecho de que el sector público gasta más dinero del que recibe en ingresos.
Por cierto, el déficit entre los ingresos y gastos públicos el año pasado fue un 4,4% del valor de la producción nacional.
Este monto se suma a los grandes déficits en los dos años anteriores (el 5,2% en 2010, y el 3,4% el año anterior).
El resultado de los persistentes déficits anuales es una carga de deuda cada vez mayor.
Al no contar con ingresos adecuados para sufragar sus gastos, el Gobierno está obligado a vender más bonos.
En este caso, el Estado compite con el sector privado para pedir dinero prestado.
Además, un mayor endeudamiento de parte del Estado aumenta la percepción del riesgo.
La combinación de mayor riesgo, y una mayor demanda en el mercado por una cantidad fija de ahorros, significa que las tasas de interés suben, por lo menos en colones.
Una complicación adicional es que este año maduran muchos de los bonos del Gobierno, con el resultado de que el Estado tiene que refinanciar una cantidad significativa de dinero en un corto periodo.
En la situación actual, el Gobierno central tendrá que emitir bonos este año por un valor de alrededor de $4 mil millones, en comparación con unos $2,9 mil millones en 2011.
Mientras tanto, el Estado hasta ahora ha mostrado poca capacidad para reducir su déficit anual, así que la situación puede empeorar, en vez de mejorar.
Es cierto que el Gobierno recaudó más en impuestos el año pasado, de lo que percibió un año antes.
Sin embargo, el aumento de los ingresos fue modesto.
En lo que a gastos se refiere, se redujeron solamente un poco en 2011, en comparación con el año anterior.
Además, los cortes en gran parte se produjeron como resultado de menos gastos en bienes de capital, tales como infraestructura.
Pero esto no es un ahorro real, ya que el país tendrá que hacer las mismas inversiones, tarde o temprano.
Para aumentar los ingresos, la administración Chinchilla quiere crear nuevos impuestos, así como aumentar las tasas pagaderas, en varios tipos de tributos ya existentes.
Pero hasta ahora, numerosos sectores se han opuesto a tributar más, al pensar que es un proyecto demasiado complejo para ser práctico, y debido a que gravaría las zonas francas, que crean miles de puestos de trabajo.
Otros creen que la transferencia de más recursos a un sector público, que es a menudo ineficiente, se reduce el crecimiento aún más, haciendo el problema peor, en lugar de mejorar.
El mayor costo de funcionamiento del gobierno consiste en los salarios.
Para controlar los gastos corrientes, el gobierno anunció un pequeño aumento en los salarios este año para empleados del sector público.
Pero el gobierno no ha mostrado ninguna voluntad de reducir la vasta cantidad de empleados públicos, muchos de los cuales reciben un sueldo superior al de sus homólogos en el sector privado.
Con el fin de promover la eficiencia y estimular el crecimiento, se requiere un plan, basado en un acuerdo para balancear el presupuesto a mediano plazo, en el cual un aumento de impuestos es solo un componente.
Fred Blaser
Co presidente
República Media Group
Colaboró con este análisis Pablo Villamichel, Economista
Malos tiempos: pronóstico económico
Cuidado si tiene deudas en colones
No se trata de un huracán.
Sin embargo, una carga pesada de la deuda del sector público significa que los costarricenses que deben dinero en colones están enfrentando tasas de interés cada vez más altas.
Mientras los prestatarios pagan más por sus préstamos, tienen menos dinero para gastar en bienes y servicios, lo cual afectaría la economía.
Por su parte, los bancos pueden ver más préstamos morosos, ya que los deudores tienen dificultad para cumplir con sus obligaciones.
La mejor manera de resolver el problema consiste en tomar la ruta media, con un aumento razonable de impuestos, así como con recortes significativos en el gasto público, en el mediano plazo.
El Gobierno también debe promover programas de crecimiento.
Hasta ahora, el timón de la administración Chinchilla se ha quedado atascado en el lado de los aumentos tributarios.
Pero a menos que el gobierno tome un enfoque serio en las tres áreas, la economía nacional correría el riesgo de encallar.
El impacto del problema de la deuda ya se está sintiendo.
El jueves pasado, la tasa básica pasiva alcanzó el 9%.
Esta tasa es la que utilizan los bancos, para fijar los montos que cobrarían a sus clientes.
En comparación, la tasa básica era de tan solo el 7,5% hace un año.
El resultado es que más de 200 mil costarricenses, que tienen deudas denominadas en colones con tasas variables, enfrentan la necesidad de pagar una mayor parte de sus ingresos a los bancos y otros prestamistas.
En un caso típico, una persona con una hipoteca de este tipo, de ¢25 millones a diez años plazo, en 2012 llegaría a pagar una cuota anual de ¢270 mil mayor que el año anterior.
El incremento en los costos financieros significa que estas personas tienen menos dinero para gastar en otras cosas.
El problema radica en el hecho de que el sector público gasta más dinero del que recibe en ingresos.
Por cierto, el déficit entre los ingresos y gastos públicos el año pasado fue un 4,4% del valor de la producción nacional.
Este monto se suma a los grandes déficits en los dos años anteriores (el 5,2% en 2010, y el 3,4% el año anterior).
El resultado de los persistentes déficits anuales es una carga de deuda cada vez mayor.
Al no contar con ingresos adecuados para sufragar sus gastos, el Gobierno está obligado a vender más bonos.
En este caso, el Estado compite con el sector privado para pedir dinero prestado.
Además, un mayor endeudamiento de parte del Estado aumenta la percepción del riesgo.
La combinación de mayor riesgo, y una mayor demanda en el mercado por una cantidad fija de ahorros, significa que las tasas de interés suben, por lo menos en colones.
Una complicación adicional es que este año maduran muchos de los bonos del Gobierno, con el resultado de que el Estado tiene que refinanciar una cantidad significativa de dinero en un corto periodo.
En la situación actual, el Gobierno central tendrá que emitir bonos este año por un valor de alrededor de $4 mil millones, en comparación con unos $2,9 mil millones en 2011.
Mientras tanto, el Estado hasta ahora ha mostrado poca capacidad para reducir su déficit anual, así que la situación puede empeorar, en vez de mejorar.
Es cierto que el Gobierno recaudó más en impuestos el año pasado, de lo que percibió un año antes.
Sin embargo, el aumento de los ingresos fue modesto.
En lo que a gastos se refiere, se redujeron solamente un poco en 2011, en comparación con el año anterior.
Además, los cortes en gran parte se produjeron como resultado de menos gastos en bienes de capital, tales como infraestructura.
Pero esto no es un ahorro real, ya que el país tendrá que hacer las mismas inversiones, tarde o temprano.
Para aumentar los ingresos, la administración Chinchilla quiere crear nuevos impuestos, así como aumentar las tasas pagaderas, en varios tipos de tributos ya existentes.
Pero hasta ahora, numerosos sectores se han opuesto a tributar más, al pensar que es un proyecto demasiado complejo para ser práctico, y debido a que gravaría las zonas francas, que crean miles de puestos de trabajo.
Otros creen que la transferencia de más recursos a un sector público, que es a menudo ineficiente, se reduce el crecimiento aún más, haciendo el problema peor, en lugar de mejorar.
El mayor costo de funcionamiento del gobierno consiste en los salarios.
Para controlar los gastos corrientes, el gobierno anunció un pequeño aumento en los salarios este año para empleados del sector público.
Pero el gobierno no ha mostrado ninguna voluntad de reducir la vasta cantidad de empleados públicos, muchos de los cuales reciben un sueldo superior al de sus homólogos en el sector privado.
Con el fin de promover la eficiencia y estimular el crecimiento, se requiere un plan, basado en un acuerdo para balancear el presupuesto a mediano plazo, en el cual un aumento de impuestos es solo un componente.
Fred Blaser
Co presidente
República Media Group
Colaboró con este análisis Pablo Villamichel, Economista