Más que por el dinero, ir al FMI ayuda a aplicar reformas que se han ido posponiendo: Gerardo Corrales
Ronny Gudiño ronnygudino.asesor@larepublica.net | Jueves 03 diciembre, 2020 03:35 p. m.
El seguimiento a que se apliquen cambios estructurales en pro de las finanzas y economía del país, es algo positivo de llegar a un acuerdo con el FMI.
Así lo considera Gerardo Corrales, economista de Economía Hoy, tras el anuncio de Carlos Alvarado de que sí se acudirá a este organismo multilateral.
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"La solución del problema de las finanzas públicas no puede estar ajeno de la ruta del FMI, no tanto por un acceso a dinero, que es insuficiente por el tamaño del hueco fiscal, sino en cuanto a recuperar credibilidad, y por el monitoreo que le harán al Gobierno de que se cumplan esas reformas que se han venido hablando y posponiendo, para que una vez por todas se recupere la ruta de competitividad", dijo Corrales.
Aún es temprano ya que no existen fechas siquiera de comenzar a negociar, sin embargo, oportunidades de empleo, evitar problemas de financiar solo con deuda los faltantes por ingresos, y demás, serían unas ventajas.
El objetivo que se planteará al FMI es alcanzar un superávit primario del 1% en el 2023.
Para esa negociación se tomarán como base los acuerdos alcanzados recientemente en la Mesa de Diálogo Multisectorial, pero el Gobierno va a agregar sus propias iniciativas para alcanzar la meta.
Como se planteó en ese diálogo, esto implica un ajuste fiscal de 2,5% del PIB. La idea es alcanzarlo con una solución que equilibre la reducción del gasto (1% del PIB, además de la reducción necesaria para cumplir la regla fiscal que será de 3 puntos del PIB en los próximos 4 años); con la reducción de exoneraciones (0,7% del PIB) y nuevos ingresos (0,8% del PIB).
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Asimismo, la propuesta, además de discutirse con el FMI, también se negociará con las fracciones parlamentarias.
Sin olvidar que en la carta de intenciones del ya lejano primer préstamo solicitado (y ya aprobado) al FMI, se comprometía el país en alcanzar un balance primario del 2.2% del PIB en el 2024 que permitiría reducir la deuda al PIB al 50% en el 2034.