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Miércoles, 30 de octubre de 2024



EDITORIAL


Medidas para bajar el desempleo

La capacidad de la fuerza laboral para incorporarse a oficios y aprovechar profesiones en nuevas demandas del mercado es clave para evitar desempleo

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 25 julio, 2009


Editorial


Lo que ocurra con el empleo es importante en la estabilidad de una economía. Tiene incidencia directa sobre los flujos de inversión y consumo y estos a su vez influyen en la producción y en las tasas con las cuales opera el sistema financiero. De ahí el valor de analizar el comportamiento del empleo en coyunturas como la actual para salir de la crisis y reactivar adecuadamente la economía y en general, como insumo para la toma de decisiones. Hoy el crecimiento del sector servicios en el país es lo que atenúa el impacto del desempleo, al haber creado este año ya 3.600 nuevas plazas, como lo informa este medio el viernes. Por otra parte, hay diferencias entre diversos entes que miden la situación del empleo. El pronóstico de la Organización Internacional del Trabajo es de un 7,8% de desempleo para este año, el Instituto Nacional de Estadística y Censos lo situó el año pasado en tres puntos menos y la Caja Costarricense de Seguro Social da un porcentaje del 0,58% de trabajos perdidos de setiembre a la fecha. Estas diferencias muestran la proporción de trabajos en el sector informal que al no cotizar a la Caja debilitan ese sistema y hacen necesarios los correspondientes ajustes. Es importante que el país y su fuerza laboral sean capaces de salir adelante adaptándose a los cambios y las coyunturas que se generan en la economía, y que ello no deje de ser motivo permanente de estudio para que se conciban y realicen a tiempo los ajustes necesarios en cada circunstancia. La capacidad de la fuerza laboral para incorporarse a oficios y aprovechar profesiones en nuevas demandas del mercado ante la evolución, es el factor que puede marcar la diferencia. El cierre de unas oportunidades abre otras y es fundamental preparar a la población para que desarrolle capacidad de adaptación. Una flexibilidad que debería ser estimulada desde la educación, para que las personas puedan inclinarse atendiendo a su vocación hacia las carreras afines y a la vez tener claridad sobre la oferta laboral del mercado para poder insertarse en ella de acuerdo con sus necesidades.









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