Menos atractivos bonos públicos
Oscar Rodriguez orodriguez@larepublica.net | Lunes 23 enero, 2012
Dificultad del Gobierno para financiarse
Menos atractivos bonos públicos
Suben tasas de títulos, lo que golpea a consumidores
Los bonos de deuda del Estado pierden atractivo en el mercado financiero.
El sector público enfrenta dificultades para financiar su actividad, a través de la emisión de títulos, desde setiembre pasado.
Para obtener recursos en el mercado, la estrategia gubernamental es subir el rendimiento que paga a los inversionistas.
Pero golpea a las familias y las empresas, porque hay un alza en las tasas de interés de los créditos comerciales.
El repunte del crédito al sector privado es la razón de que los títulos del Gobierno sean menos apetecidos por las entidades financieras.
Tras la crisis, las empresas disminuyeron la solicitud de crédito a los bancos, ante la incertidumbre económica.
Esta situación fue aprovechada por el Ministerio de Hacienda, pues pudo captar recursos del sistema con facilidad y en términos favorables.
De hecho, en los últimos dos años, las entidades financieras locales aumentaron en un 85% el dinero que han prestado al Gobierno, al llegar a un acumulado de más de ¢950 mil millones.
En el caso de los inversionistas privados aumentó en un 65%, entre 2009 y 2011. El Estado actualmente, sin intereses, debe a inversionistas casi ¢1 millón de millones.
En este momento el 78% de la deuda estatal es interno y las colocaciones, en su mayoría, son en colones. El restante 22% es endeudamiento externo en dólares.
Hasta octubre pasado, el acumulado de deuda del Gobierno ascendía a ¢5,2 millones de millones.
El panorama de dinero fácil para Hacienda cambió a partir del último trimestre de 2011, cuando sus títulos dejaron de ser atractivos.
“El mercado muestra escaso interés por invertir en bonos públicos, porque actualmente tiene mejores usos para la liquidez de la que dispone”, expone un análisis realizado por Aldesa.
Los bancos ahora vuelven a prestar dinero a las empresas y a las familias, y dejan de invertir en el Gobierno.
El sector público recurre al endeudamiento porque no puede financiarse únicamente con los ingresos tributarios.
Por ejemplo, el pago del bono escolar de 130 mil empleados públicos para este año, por unos ¢100 mil millones, se financió en su totalidad con títulos de deuda.
En 2012, el Gobierno tendrá que financiarse, en un 45%, a través de endeudamiento interno, con lo cual compite con las empresas por los recursos disponibles en el mercado nacional.
Si se continúa por ese camino, habría una subida en las tasas de interés que ya comienza a darse levemente.
Los problemas en el acceso a recursos obligan a Hacienda a aumentar el premio que da a los inversionistas por su dinero.
“Las tasas de interés de corto plazo del Gobierno pasaron del 6,20% al final de diciembre al 7% en enero”, dijo Fernando Herrero, ministro de Hacienda.
Las colocaciones de bonos de deuda a corto plazo, con vencimientos entre tres y seis meses, enfrentan las mayores dificultades de captación.
Mientras que los de mediano plazo, entre tres y cinco años, siguen pagando rendimientos de entre un 8% y un 9% y aún son apetecibles.
Al no frenarse a tiempo el gasto público, se están presionando al alza las tasas de interés en el mercado bursátil y en los bancos comerciales.
“El impacto para el empresario es que debe pagar un costo mayor por los recursos que obtiene en la banca, a través de un incremento en su tasa de interés”, explicó Walter Espinoza, director financiero de Bansol.
La emisión sostenida de deuda pública reduciría la inversión privada porque desplaza recursos de la economía para financiar al sector público.
El resultado a mediano plazo es que bajaría la producción nacional, pues las empresas frenan por falta de dinero.
Para 2012, la proyección inicial es que el 30% del aumento del crédito estará dirigido a financiar al sector público.
El presupuesto del Gobierno central, durante este año, ascenderá a $11.500 millones, de los cuales el 45% será financiado con deuda.
Eso significa que casi $6 mil millones deberá obtenerlos en el país, pues no cuenta con permiso para emitir bonos en el extranjero.
El resultado será que el Gobierno competirá con el sector privado para obtener dichos recursos.
El Estado sería el ganador en esa carrera por el dinero, dado que promete mayores ganancias a los inversionistas por el uso de sus ahorros.
Sin embargo, el alto endeudamiento estatal presionaría al alza el costo de la vida. El resultado sería volver a la inflación de más de un 10%, a 2016.
Una opción sería permitir al Estado colocar deuda en el extranjero, pero la Asamblea Legislativa debe aprobar la emisión.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net
Menos atractivos bonos públicos
Suben tasas de títulos, lo que golpea a consumidores
El sector público enfrenta dificultades para financiar su actividad, a través de la emisión de títulos, desde setiembre pasado.
Para obtener recursos en el mercado, la estrategia gubernamental es subir el rendimiento que paga a los inversionistas.
Pero golpea a las familias y las empresas, porque hay un alza en las tasas de interés de los créditos comerciales.
El repunte del crédito al sector privado es la razón de que los títulos del Gobierno sean menos apetecidos por las entidades financieras.
Tras la crisis, las empresas disminuyeron la solicitud de crédito a los bancos, ante la incertidumbre económica.
Esta situación fue aprovechada por el Ministerio de Hacienda, pues pudo captar recursos del sistema con facilidad y en términos favorables.
De hecho, en los últimos dos años, las entidades financieras locales aumentaron en un 85% el dinero que han prestado al Gobierno, al llegar a un acumulado de más de ¢950 mil millones.
En el caso de los inversionistas privados aumentó en un 65%, entre 2009 y 2011. El Estado actualmente, sin intereses, debe a inversionistas casi ¢1 millón de millones.
En este momento el 78% de la deuda estatal es interno y las colocaciones, en su mayoría, son en colones. El restante 22% es endeudamiento externo en dólares.
Hasta octubre pasado, el acumulado de deuda del Gobierno ascendía a ¢5,2 millones de millones.
El panorama de dinero fácil para Hacienda cambió a partir del último trimestre de 2011, cuando sus títulos dejaron de ser atractivos.
“El mercado muestra escaso interés por invertir en bonos públicos, porque actualmente tiene mejores usos para la liquidez de la que dispone”, expone un análisis realizado por Aldesa.
Los bancos ahora vuelven a prestar dinero a las empresas y a las familias, y dejan de invertir en el Gobierno.
El sector público recurre al endeudamiento porque no puede financiarse únicamente con los ingresos tributarios.
Por ejemplo, el pago del bono escolar de 130 mil empleados públicos para este año, por unos ¢100 mil millones, se financió en su totalidad con títulos de deuda.
En 2012, el Gobierno tendrá que financiarse, en un 45%, a través de endeudamiento interno, con lo cual compite con las empresas por los recursos disponibles en el mercado nacional.
Si se continúa por ese camino, habría una subida en las tasas de interés que ya comienza a darse levemente.
Los problemas en el acceso a recursos obligan a Hacienda a aumentar el premio que da a los inversionistas por su dinero.
“Las tasas de interés de corto plazo del Gobierno pasaron del 6,20% al final de diciembre al 7% en enero”, dijo Fernando Herrero, ministro de Hacienda.
Las colocaciones de bonos de deuda a corto plazo, con vencimientos entre tres y seis meses, enfrentan las mayores dificultades de captación.
Mientras que los de mediano plazo, entre tres y cinco años, siguen pagando rendimientos de entre un 8% y un 9% y aún son apetecibles.
Al no frenarse a tiempo el gasto público, se están presionando al alza las tasas de interés en el mercado bursátil y en los bancos comerciales.
“El impacto para el empresario es que debe pagar un costo mayor por los recursos que obtiene en la banca, a través de un incremento en su tasa de interés”, explicó Walter Espinoza, director financiero de Bansol.
La emisión sostenida de deuda pública reduciría la inversión privada porque desplaza recursos de la economía para financiar al sector público.
El resultado a mediano plazo es que bajaría la producción nacional, pues las empresas frenan por falta de dinero.
Para 2012, la proyección inicial es que el 30% del aumento del crédito estará dirigido a financiar al sector público.
El presupuesto del Gobierno central, durante este año, ascenderá a $11.500 millones, de los cuales el 45% será financiado con deuda.
Eso significa que casi $6 mil millones deberá obtenerlos en el país, pues no cuenta con permiso para emitir bonos en el extranjero.
El resultado será que el Gobierno competirá con el sector privado para obtener dichos recursos.
El Estado sería el ganador en esa carrera por el dinero, dado que promete mayores ganancias a los inversionistas por el uso de sus ahorros.
Sin embargo, el alto endeudamiento estatal presionaría al alza el costo de la vida. El resultado sería volver a la inflación de más de un 10%, a 2016.
Una opción sería permitir al Estado colocar deuda en el extranjero, pero la Asamblea Legislativa debe aprobar la emisión.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net