Moín a gas natural… si fracasa Diquís
Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Miércoles 06 marzo, 2013
Ante urgencia de atender demanda futura
Moín a gas natural… si fracasa Diquís
Planta térmica produciría hasta 400 megavatios
La principal planta eléctrica que tendría Costa Rica en el mediano plazo podría operar a base de gas natural.
Esa posibilidad se valora dentro del ICE como un “plan b” en caso de que fracase la construcción del megaproyecto hidroeléctrico Diquís, en la zona sur, el cual sufre trabas legales que ponen en riesgo su desarrollo.
El plan alternativo contempla transformar el actual complejo de diesel que está instalado en Moín, Limón, para que pueda funcionar con el nuevo carburante.
La idea es crear una gran central térmica capaz de producir hasta 400 megavatios (MW) de energía, suficientes para atender una población cercana a los 700 mil hogares.
Eso es casi el doble de la capacidad que tiene la actual planta limonense de diesel, la cual genera 210 MW en sus seis turbinas de 35 MW cada una.
A más tardar en dos años se deberá tomar la decisión de si se transforma Moín o se mantiene la hidroeléctrica, reconoció Teófilo de la Torre, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), en una mesa redonda realizada en LA REPÚBLICA.
Esa es la fecha límite que tiene el país, considerando la urgencia que hay de contar con una gran planta que ayude a abastecer el crecimiento eléctrico que habrá a comienzos de la próxima década.
Una gran planta hidroeléctrica exitosa tarda seis años en construcción, pero hay obras que se han llevado hasta más de diez. En cambio una térmica se puede poner en funcionamiento en poco más de un año.
Aparte de la rapidez en la construcción, otra ventaja del gas natural es que hay mercados en los que podría conseguirse a precios muy por debajo al de los derivados del petróleo.
Por ejemplo, el viernes pasado, el equivalente en gas natural a un barril de petróleo se cotizaba $76 más barato, en Estados Unidos; uno de los principales productores.
Ante esos precios, el ICE le apostará en una primera etapa a aprovechar los beneficios arancelarios que ofrece el Tratado de Libre Comercio con ese país norteamericano, para adquirir el carburante a costos bajos.
Y para más adelante la idea es poder utilizar los yacimientos de gas locales, en caso de encontrarse algunos. Con ello se buscará blindar al país de las especulaciones con los precios futuros de ese producto, destacó De la Torre.
Nos garantizaríamos no solo tener la materia prima disponible, sino que además se ahorraría en el proceso de regasificación, que demanda el producto importado, comentó el jerarca del ICE.
La valoración que se hace de transformar Moín va en el sentido correcto, tomando en cuenta que en esa zona hay altas probabilidades de encontrar gas natural, a criterio de Roberto Dobles, exministro de Ambiente y Energía.
Su apreciación la fundamenta en estudios elaborados entre las administraciones de Carazo y Calderón, con la colaboración de empresas petroleras de Norteamérica, en los cuales se encontraron rastros de gas en el Caribe y el Norte del país.
Diquís fue diseñado para ser el proyecto hidroeléctrico más grande de todo Centroamérica. Su capacidad instalada máxima sería 631 megavatios, energía suficiente para atender una población de más de un millón de hogares.
El inicio de la construcción de ese proyecto estaba reprogramado para principios de esta década, luego de más de 30 años de atraso y de dos cambios sustanciales del diseño y de la reubicación del embalse.
Sin embargo, hasta ahora su desarrollo está complicado por la oposición que ha plantado la reserva indígena de Térraba —donde se pretende construir la represa— y por asuntos ambientales.
La queja de los pobladores es que el ICE pretendía usurparles 735 hectáreas de sus zonas protegidas por ley. Al final, tras la intervención de la ONU, se determinó que solo con la venia de los indígenas será posible hacer la planta.
Danny Canales
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