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NACIONALES


Muy térmico se vislumbra 2014

Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Viernes 05 julio, 2013


Debido al atraso de las grandes plantas hidroeléctricas, el ICE instaló Garabito, una gran central térmica rápida de construir, para abastecer al país de energía en verano. Archivo/La República


Demanda eléctrica crecerá más que la oferta

Muy térmico se vislumbra 2014

Aumento en tarifa es la principal secuela

Todo hace prever que las plantas que operan a base de derivados del petróleo seguirán trabajando más de la cuenta el próximo verano para poder garantizar el suministro eléctrico nacional.

Esa preocupación surge al revisar que solo entrarán a operar dos pequeñas plantas eléctricas nuevas, con poca capacidad de generación en la estación seca, y debido a que este año se prevé un importante aumento en la demanda de energía.
De darse una elevada producción térmica, el afectado será el consumidor pues tendrá que pagar tarifas cada vez más altas, considerando que la energía generada a base de petróleo es la más cara que se produce en el país.
La necesidad de quemar grandes cantidades de diesel y búnker en verano se da porque en esa época cae la generación de las plantas que funcionan a base de agua, al punto que no dan abasto para garantizar el servicio en todo el país.
Para solucionar el faltante de energía producida con fuentes limpias es necesario construir plantas con grandes embalses que puedan almacenar agua de la estación lluviosa para producir electricidad en la seca, o que generen con viento o sol.
No obstante pese a que este año se prevé que los usuarios consuman un 6,6% más de electricidad —según datos del ICE—, por lo que habrá mayor presión al sistema eléctrico, no entrarán a operar obras de importancia que satisfagan la demanda.
En la agenda de las obras nuevas que empezarán a funcionar este año solo aparecen Toro 3 y Balsa Inferior, que juntas no aportar ni 90 megavatios adicionales.
Además una de las principales características que tienen ambos proyectos es que son a filo de agua, es decir que no tienen embalse para guardar agua, por lo que operan a su máxima capacidad durante el invierno pero bajan el rendimiento en verano.
Precisamente ese panorama lleva a prever que el ICE deberá comprar altas cantidades de diesel y búnker para abastecer la demanda eléctrica que habrá en el próximo verano, que se espera entre a finales de este año.
Para el bolsillo, eso significa que se tendrá que pagar hasta ¢60 más por kilovatio de energía consumido en relación a si esa energía se produjera con viento.
La alta volatilidad del precio de los combustibles contra la gran disponibilidad de viento o agua que hay en el país es lo que hace la diferencia en el costo de cada energía.
El problema de la escasez de energía barata es consecuencia del atraso que sufre el ICE en la construcción de Reventazón y Diquís, plantas diseñadas hace más de dos décadas cuya principal característica es que contarán con grandes embalses de acopio de agua.
Si ambos proyectos, diseñados hace más de dos décadas, se hubieran construido a tiempo, el país contaría con unos 950 megavatios adicionales, suficientes para abastecer más de 1,5 millones de personas.
Hay que exonerar de responsabilidad al ICE, pues tuvo la intención de realizar esas plantas hace más de una década, pero los gobiernos de Miguel Ángel Rodríguez y Abel Pacheco le limitaron el endeudamiento por lo que debió posponerlas.
Si todo sale como lo planeado, el país volverá a respirar un poco más aliviado a finales de 2016 cuando entren en servicio los 305 megavatios (MW) que producirá Reventazón, así como 210 MW adicionales que se le están contratando a la empresa privada.
En el caso del Diquís, aún es incierto cuándo empezará su construcción pues el ICE está en disputa con los indígenas de Térraba, quienes no permiten que se usen sus tierras para construir la represa que tendrá ese proyecto, de 620 MW.

Danny Canales
dcanales@larepublica.net







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