Ni el reloj ayudó al técnico Rudé
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 13 julio, 2022
¡Destituyeron a Albert Rudé!
El reloj, que era su máximo aliado para no treparse a la guillotina, no pudo ayudarlo a que el verdugo cumpliera la sentencia.
Con el inicio del campeonato a la vuelta de la esquina y marcándole el calendario, su debut en Concacaf el martes 26 de julio, visitando al Águila en El Salvador, se presentaron argumentos fuertes para no mover al técnico español, con estos compromisos encima.
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Sin embargo, fue imposible sostenerlo, en mucho, por tener al grueso de la fanaticada manuda en contra de su permanencia.
Perder la posibilidad del título frente al Cartaginés y sobre todo, la pésima lectura que de los cuatro partidos que Alajuelense no pudo ganarle al nuevo monarca, ofreció Rudé, volcaron la balanza en su contra.
En esta Nota, fuimos muy críticos de su trabajo en las fases decisivas del torneo y lo calificamos en varias oportunidades como un técnico de laboratorio. Sus discípulos lo defendían argumentando que sabía mucho de fútbol y les dejaba buenas enseñanzas. Incluso el capitán Bryan Ruiz recomendó su continuidad.
No ponemos en duda las afirmaciones de sus jugadores, pero a la hora de la verdad, en el zacate, cuando se debe acertar en las alineaciones, la planificación de los juegos y las variantes, don Albert se equivocó y bastante.
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Duró más de la cuenta para sentar a Leonel Moreira.
No confiaba en Ian Smith, dado que lo sacaba al minuto 60. Metía a Yael López un cambio innecesario. Yael no le iba a resolver ningún problema en ofensiva.
No se atrevió a bajar a José Miguel Cubero a la zaga central, a pesar de yerros tanto de Pipo como de Gamboa.
Su error más garrafal, dejar sentado a Alex López en los tres primeros juegos de la final y tener a Ruiz como variante. Apostó a Aarón Suárez sin resultados.
El canalero Góndola fue la estrella contra Saprissa, pero se vio estrellado en toda la serie ante Cartaginés. Jugó atolondrado, acelerado, amonestado y se “marcaba solo”. Rudé no lo movió.
Planificó los dos partidos en el Fello Meza buscando un 0-0, sentencia mortal que le costó la corona. La Liga tenía equipo para que los cierres de los juegos no fueran tan apretados, pero no tuvo capacidad ni contundencia para firmar marcadores más abultados.
Por esto y mucho más, Rudé subió al patíbulo y le cortaron la cabeza.
gpandolfo@larepublica.net
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