“No hay mayor satisfacción que aportar felicidad”, Ana Helena Chacón

En una entrevista íntima Ana Helena Chacón nos revela detalles de su vida con sus hijas Marisa y Carolina.

¿Cuándo llegó la maternidad a su vida y cómo ha sido esa evolución?

Fui madre relativamente joven, Marisa nació cuando tenía 24 años recién cumplidos y Carolina a mis 27, así que nos tocó crecer juntas, aprender las unas de las otras, pues mi familia ha sido de tres y en yunta hemos enfrentado la vida, hemos evolucionado respetando nuestros sueños y nuestros ritmos.

Cuéntenos de sus hijas ¿Cómo se llaman, sus edades, a qué se dedican?

Marisa tiene 34 años, es comunicadora social y activista por los Derechos Humanos, admiro su valentía para enfrentar la vida y no callar las injusticias, tiene un liderazgo nato y suficiente carácter para dejar sus opiniones claras, aprendo de ella constantemente, soy una madre orgullosa.

Carolina tiene 31 años, no le gusta su nombre, así que se lo cambió a Nina, nació con Síndrome de Down, pero también tiene un carácter muy definido y ha sido una luchadora, ahora que vivimos en España asiste a una fundación para personas adultas con discapacidad intelectual. Luchamos mucho para que tuviese una educación de calidad y se integrara lo mejor posible dentro de una sociedad que en su momento era tremendamente discriminatoria.

¿En qué se parece a ellas?

Tenemos algunos rasgos físicos que compartimos gustos similares, pues nos encanta conocer culturas diferentes, parajes y personas que nos alimentan con sus entornos poco comunes para nosotras, somos de buen comer y cada una con su particularidad, nos reímos de nuestro humor.

Me gusta contemplarlas y reconocerme en algunos de sus rasgos o gestos.

Somos tenaces y compartimos el deseo de construir un mundo mejor.

Lea más: ¿Por qué las ticas tienen más probabilidades de sobrevivir al cáncer de mama?

¿Qué valores considera fundamentales el haberles inculcado?

Para mí la ética, honestidad, el honrar la amistad, la familia, el respeto por la dignidad humana y la bondad son valores fundamentales, los practico y los inculco.

¿Cómo se describiría como madre?

Luchadora y consentidora, podría decir que he tenido dos hijas únicas, con mundos diferentes, desarrollos y personalidades particulares, he tratado de protegerlas, enseñarles y que se sientan absolutamente amadas por mí, cada una me ha requerido de mi energía y mucho esfuerzo. Lo que más me causa felicidad es escuchar sus risas y saberlas mujeres de bien.

Este ha sido un año inusual ¿Cómo ha vivido la crisis ocasionada por la pandemia?

La hemos vivido Nina y yo confinadas, teletrabajando cada una en lo suyo, ella con clases virtuales, y yo atendiendo la Embajada, no ha sido fácil, el contacto humano y la sociabilización no lo sustituye nada, además de estar lejos de todo el resto de mi familia, me mantuvo muy preocupada por mis padres especialmente.

Yo tuve el Covid-19, estoy muy bien ahora, me queda como lección la importancia de atender las indicaciones de las autoridades sanitarias y cuidarse mucho como una responsabilidad personal.

Lea más: “Creo en la constante evolución”, Leticia Arguedas, Davivienda

La entrada en vigencia del matrimonio igualitario fue un gran logro para el país ¿Qué significó para usted?

El que grupos poblacionales puedan disfrutar de derechos que históricamente se les habían negado es un paso adelante en el respeto a la dignidad de todo ser humano, no hay mayor satisfacción que aportar felicidad y hoy Costa Rica es un mejor país, lleno de retos, pero con un reconocimiento explícito al derecho y a la igualdad.

No me canso de explicar, que, con la entrada en vigencia del matrimonio igualitario y el reconocimiento a la identidad de género, no se le ha arrancado un derecho a nadie, se le ha otorgado a quien no gozaba de él.

¿Cómo impulsar el liderazgo femenino?

Yo particularmente tengo mucha pasión por los retos que he asumido en la vida, trato de contagiar buena energía y nunca renuncio a defender con vehemencia mis posiciones. Hoy hay muchas más mujeres que inspiran en diferentes campos como modelos a seguir, nunca debemos de permitir que alguien obstaculice un deseo de surgir de una mujer alegando que eso es cuestión de hombres.