No nos deslumbró el Boca-River
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 14 noviembre, 2018
Formé parte de la multitud que presenció el juego entre Boca Juniors y River Plate.
Impresionante mirar por la televisión la masiva presencia de 49 mil espectadores en La Bombonera, marco esplendoroso para un clásico que futbolísticamente fue común y silvestre. No me cautivó, ni la calidad del partido, ni el fútbol individual de algún futbolista.
En mi caso y en cuanto a calidad de juego, fue un partido más, donde tanto Guillermo Barros Schelotto como Marcelo Gallardo, presentaron un sistema táctico idéntico (4-5-1), donde ninguno de los diez futbolistas que se alinearon en la cintura, exhibió una calidad de juego que rompiera la rutina de un caliente partido en que históricamente había demasiado en juego.
River Plate se presentó como un equipo mejor trabajado, la primera media hora fue suya y el portero de Boca, Agustín Rossi en dos grandes intervenciones les negó la anotación y sin embargo abrió la cuenta el anfitrión, gracias al empuje de ese guerrero solitario en ataque repleto de sangre, Ramón Ábila, con un gol a puro “huevo”.
Boca Junior anotó en su primer remate a puerta, pero River tuvo la virtud de que el rival no se le escapara, gracias a que empató dos minutos después, linda combinación entre Gonzalo Martínez y el ariete, Lucas Pratto que fusiló a Rossi con disparo cruzado.
La temprana lesión del cotizado jugador boquense Christian Pavón, dio paso al ingreso de Darío Benedetto, este se le pegó más a Ábila y Boca fue poco a poco nivelando las acciones del clásico.
En el cierre, fue precisamente Benedetto el que metió el 2-1, desviando prodigiosamente de cabeza un tiro libre al corazón del área de Sebastián Villa.
Mejor fútbol de River; gran efectividad de Boca.
La segunda parte presentó mejor fútbol y una mejora de los de casa, alentados y empujados por la multitud. Los “millonarios” tuvieron suerte al empatar temprano por la misma vía de su rival. Tiro libre de Martínez al corazón del área y el defensa Carlos Izquierdoz, con Pratto en su nariz que raspa el autogol.
Conforme avanza el reloj, River se concentra y se repliega, Boca se abre al ataque, juega sus mejores minutos y en el cierre, Carlos Tévez le sirve en bandeja a Benedetto el triunfo, pero Franco Armani le dice no.
Sigue la revancha en el Monumental y ahora, River Plate luce favorito para conquistar esta inédita edición de la Copa Libertadores.
gpandolfo@larepublica.net
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