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No odiamos a nadie

Macarena Barahona lmacarena62@hotmail.com | Sábado 24 enero, 2009


Cantera
No odiamos a nadie

Macarena Barahona

El pasado martes presentó credenciales ante el presidente Oscar Arias y el canciller Bruno Stagno el primer embajador de Palestina en nuestro país, Riyad H. Mansour, que se encuentra como observador permanente de Palestina ante las Naciones Unidas. Doctor en filosofía de la Universidad de Ohio, Estados Unidos y máster en ciencias de la Universidad de Youngstown, debe poseer al marco cultural y filosófico para apoyar a su pueblo en tan altos cargos y si acaso se puede, asumir la heroicidad de sus compatriotas civiles, que les ha tocado esta última etapa, del genocidio de Israel contra los palestinos civiles de Gaza. Cubiertos por sus refranes de lucha contra los dirigentes islamitas de Hamás, en su oprobiosa operación, “Plomo Fundido”.
Para nosotros el nuevo embajador representa un cambio cualitativo en el mundo de las relaciones internacionales de nuestro país. El presidente Arias, con buen acierto, desea construir unas relaciones diplomáticas, que por años fueron negadas y cooperar con la paz de Oriente Medio. Aprenderemos en el acercamiento del pueblo palestino, que busca su camino entre la vida pacífica de los Estados modernos, su existencia en medio de la guerra de devastamiento promovida por Israel, y sus dirigentes más conservadores y radicales, está por acabar en los rostros dolorosos y honorables de los supervivientes palestinos en Gaza.
Sobran para varias generaciones, los deseos profundos de paz en las palabras del médico Ezzedin Abu Eich, que por teléfono en un noticiero israelí de una cadena privada dio a conocer el bombardeo que sufrió su vivienda en Jabaliya, Gaza, y por el cual tres de sus hijas y una sobrina murieron: “Son niñas, nada más que niñas. Las bombardearon. ¿Por qué las mataron? Quiero saber, es lo que podría calmarme. ¿Quién dio la orden de disparar? ¿Por qué lo hicieron? Somos gente respetable. No odiamos a nadie. Que las voces de la paz en el mundo se hagan oír para detener esta locura. Tenemos que vivir en paz. Espero que estos sean los últimos niños que mueren”.
Más de mil palestinos muertos y más de cuatro mil heridos, en este fin de año de los ataques de Israel, la existencia de esta nación ha probado como pocas, sus deseos de coexistir y su alto sacrificio para una paz, que tal vez de la mano sabia del presidente Obama y otros líderes mundiales puedan hacer florecer un territorio construido con los sueños de sus habitantes.
Ya las Naciones Unidas y su falta de liderazgo para resolver y evitar conflictos bélicos ha dado para la institución una profunda revisión de sus alcances. El mundo necesita saber contener los espíritus bélicos de los diferentes sectores, que con su poder militar buscan imponer siempre sus nefastos deseos. ¿Cuál es el organismo que debe velar por los derechos de los civiles a poder vivir en paz? Este siglo debe construir mejores instituciones, donde los derechos humanos de sus habitantes en cada una de las naciones sean la prioridad, y no el guerrerismo, el contrabando de armas, el control de los recursos naturales y el fundamentalismo.
A prueba está la humanidad, pero con las palabras de este padre palestino, que en medio de un profundo dolor, desea el fin de la guerra y la convicción de la paz, como lo más preciado para la humanidad, hemos tenido también el privilegio de su estatura moral a prueba de la “Operación Plomo”.

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