"No se ama un cuerpo, se ama una persona"
Candilejas candilejas.cultura@gmail.com | Viernes 14 diciembre, 2018
“Ojala que vuelva a reinar un poco la bondad, el cariño, el amor, la solidaridad….”, dice Miguel, un joven muy exitoso.
Él, a sus 24 años de edad, es ya un triunfador que trabaja en lo que le gusta y viaja presentando sus trabajos.
Quizás usted se pregunte qué tipo de emprendimiento y mediante cual tecnología de punta logró el éxito Miguel, y tal vez se sorprenda si le contamos que lo que hace es escribir y publicar libros que se venden como pan caliente.
Así es. Miguel Gane, de origen rumano vive en Madrid, España, desde hace 14 años. Sus padres debieron migrar a ese país y él ahora habla un perfecto español de acento madrileño.
La historia de su éxito como escritor empezó en las redes sociales. En su blog publicaba poemas sobre el amor que hacía identificarse a mucha gente, especialmente jóvenes.
Sus poemas se viralizaron mucho y rápido, llamando la atención de quién es actualmente su editora.
Así llegó a la empresa editorial Penguin Random House, que publica sus libros y en donde ahora cuenta con un equipo de trabajo que el describe como “maravilloso, de personas excelentes y muy humanas por cierto”.
Miguel Gane a publicado ya dos libros bajo el sello Aguilar de Random House: “Con tal de verte volar” y “Ahora que ya bailas”.
Juega en esos libros, con total libertad, entre la poesía y la narrativa, sobre temas como el amor y en cómo lo viven los jóvenes de hoy. Es gran defensor de los derechos de la mujer y de la honestidad.
“Vivimos en una sociedad en la que seguimos siendo seres, pero ya no tan humanos.
A las personas no se les inculca ahora, desde niños, los valores que deben tener como seres humanos. Se les induce más bien a ganar mucho dinero muy rápido, ser famosos, no ser empáticos, no ser solidarios con los demás.
Aunque hay ejemplos de humanidad, eso sí, como la ayuda a los migrantes de forma voluntaria, por ejemplo”, dice.
Sin embargo Miguel, como joven de la generación de transición entre los milenials y la llamada generación z, que le sigue, y que hoy construye el nuevo paradigma, la nueva cultura, piensa que si bien escribiendo no va a cambiar el mundo, sí puede influir en las personas que le rodean y en sus miles de lectores.
“Antes se cambiaba al mundo con las guerras y ahora con las redes sociales”. Pero aunque tome conciencia de ello no quisiera dejar nunca de ser espontáneo”, aclara.
Este autor empezó a tener contacto con la literatura y a escribir cosas a los 13 años, sin embargo “fue a los 18 años cuando comencé a pensar en vivir de eso”, cuenta recordando su infancia.
Ahora que el mundo cambia, ¿lo hace también el amor?, le preguntamos.
“Sí. Los movimientos que hay en el mundo cambian todo y yo pretendo adaptarme, cambiar. Por ejemplo, ya las mujeres no tienen que ser cortejadas o conquistadas. A veces más bien son ellas quienes conquistan.
El amor ahora es entre dos personas que se juntan y buscan objetivos comunes pero sin dejar de ser ellos mismos.
Ninguno le pertenece al otro, como en la época anterior cuando el hombre era el que decidía qué debían hacer y cómo debían vivir los dos, él y su pareja”, explica Miguel.
También le preguntamos si el compromiso de convivencia entre las parejas se mantendrá o no.
“Yo creo que no. Creo que ahora ha cambiado hasta eso. Tengo una amiga que dice ‘yo quiero casarme pero vivir sola, tener mi piso, mi auto´” , responde el escritor.
“Personalmente creo que no se ama un cuerpo, se ama a una persona. Yo concibo el amor de un modo más clásico. Saber todo de mi pareja y estar juntos en lo bueno y en lo malo. Sin embargo no sé qué va a pasar en unos cinco años y quizás eso me cambie”, reflexiona.
Y más allá de la literatura, hablando de su visión sobre el mundo actual, Miguel dice: “Yo fui uno de esos jóvenes desencaminados porque la oferta de cosas que hacer son muchísimas. Estudié derecho y administración de empresas y dos master para darme cuenta de que lo que quería era escribir.
Ahora lo tengo claro pero llegar a esa claridad implicó aceptar que el camino que había elegido no era el que quería. Eso es algo frustrante. Fue aceptar que me había equivocado”, reconoce.
Carmen Juncos Biasutto
Editora jefa y Directora de proyectos