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Nómadas Digitales

Edwin Estrada Hernández redaccion@larepublica.net | Lunes 12 octubre, 2020

Estrada

Recientemente fue presentado a la corriente legislativa un proyecto de ley proponiendo una serie de incentivos, cuyo objetivo es la atracción de visitantes extranjeros que trabajen de forma remota desde Costa Rica. Esta iniciativa tiene la virtud de prever las necesidades coyunturales después de la pandemia, así como reconocer la importancia de la Industria de las Telecomunicaciones y su impacto en uno de los sectores que más generan divisas en nuestro entorno, el turismo.

Una vez pasadas las duras restricciones a los viajes consecuencia de la pandemia, todas aquellas personas que tienen la posibilidad de hacer sus trabajos en línea, estarán ávidos de viajar por el mundo buscando destinos exóticos que les permita cumplir con sus obligaciones laborales, mientras disfrutan los atractivos que les ofrecen estos lugares, esta es una nueva forma de vida cuyo número de adeptos ha ido creciendo en los últimos años, y que sin duda alguna, seguirá aumentando en virtud de la digitalización de todos los sectores de la economía, gracias a las oportunidades que ofrecen las tecnologías de información y comunicación (TIC).

Es predecible que muchos países se lanzarán a la caza de este segmento de mercado, y si bien es cierto que ya Costa Rica goza de una reputación mundial privilegiada en el campo del turismo, es imprescindible realizar las acciones necesarias que permitan prepararnos para fortalecer nuestras ventajas competitivas, porque las comparativas ya las tenemos, y de sobra.

Además de la abundante y diversa oferta turística con que somos privilegiados, debemos saber identificar oportunamente cuáles podrían ser las características que deben reunirse para ser escogidos como destino para este tipo de viajeros y sus familias.

La primera de ellas, precisamente la que propone el proyecto de marras, es un estatus migratorio que permita a los trabajadores transitar y realizar sus actividades desde cualquier parte del territorio nacional.

Una vez dentro del país, la gran mayoría de los visitantes no se quedarán en el área metropolitana, sino que se trasladarán a las áreas rurales, parques nacionales, playas y montañas; requiriendo sitios para hospedarse, donde según la experiencia de muchos administradores de hoteles lo primero que preguntan es si hay agua caliente y si hay una buena conexión de Internet, y si tuvieran que escoger entre una de ellas, tengamos por seguro que decantarán por el Internet.

Es acá donde se demuestra que para que esta iniciativa tenga realmente una incidencia en la economía del país, se requiere que exista en todas las zonas del país disponibilidad de servicios de Internet de alta calidad, de lo contrario los trabajadores no podrían ejercer sus labores y consecuentemente los sitios donde pensaban establecerse para trabajar, perderían competitividad.

En este caso, son los operadores y proveedores de servicios de telecomunicaciones los que deben desplegar las redes por medio de las cuales los usuarios recibimos los servicios, sin embargo para poder lograr el cumplimiento de dicha obligación, deben realizar una serie de gestiones bajo la responsabilidad de diversos actores públicos, entre los cuales se destacan las municipalidades que deben emitir reglamentos adecuados y tener sistemas eficientes de trámites de permisos; el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, que debe incluir dentro de los diseños de ampliación y nuevas carreteras las especificaciones técnicas para incorporar la infraestructura de telecomunicaciones necesaria; el Ministerio de Hacienda, que aún debe emitir la resolución para definir los montos de arrendamientos de inmuebles públicos, y el Ministerio de Ambiente y Energía que por medio de SINAC y SETENA otorga los permisos inherentes a sus competencias.

El trabajo relacionado con la infraestructura de las redes es permanente, y para eso el Viceministerio de Telecomunicaciones ha diseñado una política pública que ha sido destacada como ejemplo de buenas prácticas en Latinoamérica y en la que se define una ruta con acciones claras y sus responsables, para lograr desplegar redes de telecomunicaciones robustas y escalables.

Finalmente, otra acción fundamental para lograr brindar los servicios de telecomunicaciones que requieren no solo los nómadas digitales, sino todos los usuarios, es la gestión de espectro radioeléctrico, la cual debe hacerse en apego a la ciencia y la técnica y a tenor de los principios contenidos en las leyes que regulan el sector, por lo que el Estado tiene la obligación de identificar inmediatamente cuáles son las bandas de espectro que no están siendo explotadas de manera eficiente, recuperarlas y ponerlas a disposición de los operadores, a tenor de los establecido en el ordenamiento jurídico.

Si cada uno no asume su responsabilidad y como como país no logramos las condiciones para que los operadores puedan desplegar las redes adecuadamente, esfuerzos tan valiosos como éste o cualquier otro que se haga para dinamizar la economía, serán en vano, tanto para el turismo, como para todos los demás sectores de la economía.

Edwin Estrada Hernández

Director de Negocios para Centroamérica, NAE






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