Nota de Tano

El partido de esta noche entre Costa Rica y México se monta sobre un antecedente que lo hace diferente para cada uno de los dos equipos: las posiciones en la hexagonal.

Aunque muchos no lo crean, el hecho de que Costa Rica la lidere y que México ocupe el cuarto lugar, le otorga a la Copa Oro un interés y una relevancia diferente para los directores técnicos y esto lo ha captado en forma muy inteligente Rodrigo Kenton que le bajó todos los decibeles al encuentro de hoy en Chicago, calificándolo de simple fogueo para la tricolor.

Todo lo contrario, en México le otorgan a uno de los clásicos de Concacaf una relevancia mayor, que se entiende por el pobre desempeño de los discípulos de Javier Aguirre en la hexagonal, que ha obligado al seleccionado azteca, a jugar esta Copa Oro bajo parámetros de enorme tensión y presión.

Tanto es así que si la Selección Nacional pierde contra México, en nuestro país no habrá revolución y simplemente se va a lamentar el haber dejado escapar una bonita oportunidad de ganar la Copa Oro por primera vez, en un momento propicio dado el buen fútbol que presenta usualmente el grupo de Kenton. En cambio, si es México el derrotado, de nuevo se incendiarán los medios de comunicación deportivos locales que no van a dudar de tildar como fracaso estrepitoso la participación de su seleccionado en esta competencia y agregarán, desde luego, que las victorias contra Haití, Panamá y Nicaragua fueron de mentirillas.

Ahora, si enterramos el antecedente, no hay duda de que el partido está abierto para los dos equipos y en esto acierta Javier Aguirre al dar un 50-50 de posibilidades de triunfo a cada uno de los bandos en discordia.

Este tipo de clásicos, por lo normal muy cerrados, tienden a resolverse en acciones de bola muerta o por alguna individualidad de los consagrados.

Las oncenas lucen equilibradas en la portería: Ricardo y Ochoa son muy buenos porteros, igual si juega Navas.

Las dos zonas centrales defensivas en ocasiones se quiebran; Magallón y Rodríguez no se han consolidado en la retaguardia verde; han sido flojos en la marca a balón parado que les hace daño a los aztecas, pero igual Freddy, con Segares o Delgado han acudido tarde a varias citas, incluyendo la del solitario gol de Guadalupe, un retrato de ineficacia de nuestro departamento defensivo.

El mediocampo costarricense es superior al mexicano; colectivamente sumamos mejores jugadores con Alonso, Celso, Oviedo, Herrera y Brenes, pero, en zona de ataque, el tridente Gio, Sabah y Franco (Medina) suele asociarse mejor que las piezas ofensivas de Kenton, arropando a Saborío, detalle táctico que mejoró y mucho contra los guadalupenses.

México es el equipo presionado; Costa Rica para nada: Kenton mastica este detalle y el partido se puede ir desarrollando sobre este acontecimiento, más mental que futbolero.

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