Nuevo mazazo de Saprissa a la Liga
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Martes 15 febrero, 2022
Otro mazazo para los fanáticos del Alajuelense.
Ya son varios…y duelen.
Máxime si se los pega, en la “mera jupa” el acérrimo rival, el Deportivo Saprissa.
Yogi Berra, legendario receptor de los Yankees de Nueva York es el autor de la frase inmortal: “el partido termina, hasta que se termina”.
Se les olvida esto a los futbolistas manudos, especializados en regalar títulos y triunfos a sus rivales en la agonía de las confrontaciones.
Por más dominantes que hayan sido en el juego, aunque le hayan pasado por encima al enconado enemigo, aunque el balón de nuevo no haya querido entrar o no supieron meterlo o el portero contrario lo impidió, no se pueden descuidar las posiciones defensivas, hasta (como lo enseña el señor Berra), que el juego termine.
Imposible responsabilizar al Alajuelense como equipo, por una nueva derrota en el clásico. En la cancha, el León devoraba al Monstruo, deseoso de liquidarlo, mientras el rival apenas se sostenía con la primordial intención de no repetir sucesivas debacles.
Lea más: Saprissa aparece como el mejor equipo de Costa Rica, tras actualización de la IFFHS
Alajuelense buscó el triunfo por cada ángulo del terreno de juego; Saprissa lo que evitaba era una derrota y así llegaron al minuto 90: Aaron Cruz como héroe y Miguel Ajú, espectador más cercano al dominio de sus compañeros de equipo.
¡Qué suerte la de la Liga!
Le dieron siete minutos más para que anotara el gol del triunfo. Al Cartaginés le metieron dos en el descuento y tienen al Saprissa contra la pared. Dijeron algunos.
Pero, pero, pero…
En el minuto 92, Miguel Ajú en achique espectacular, le “roba” el gol a Jimmy Marín y en el 96, Giancarlo González con desvío de cabeza al tiro de esquina, evita que un centro letal de Jaylon Hadden, el mismo Marín lo cierre en los cordeles.
El tiro de esquina lo cobra Marvin Angulo y ya ustedes conocen el fin de la historia.
¡Qué sucedió!
A la retaguardia manuda se le olvidó que el juego no había terminado y dejaron “jupear” libremente a un jugador de baja estatura, no acostumbrado a esa faena.
Cosas curiosas: el técnico de la Liga, Albert Rudé, salió “pateando” albóndigas, pero luego dijo que prefería perder así, jugando mejor que el rival.
Y a Iñaki Alonso, tras el inesperado triunfo, sus jugadores se lo comieron en abrazos, respaldo difícil de vaticinar, si fue por la emoción del momento o si el apoyo viene de lejos.
Saprissa quería empatar y ganó.
Alajuelense, quería ganar y perdió.
¿El fútbol es un juego, o no?
gpandolfo@larepublica.net
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