Nunca se nos olvide: Keylor es un hombre de Fe
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Jueves 09 febrero, 2023
Observé las atajadas de Keylor Navas en su juego de debut en la Premier con el Nottingham Forest; escuché los gritos de los fanáticos del equipo que resonaron en todo el coliseo: ¡tico, tico, tico, tico!
Me tragué las declaraciones de los compañeros de equipo del portero costarricense y lo hermoso de las manifestaciones de su técnico Steve Cooper, quien quedó encantado con el rendimiento de Keylor por su clase, su compostura, su gestión del juego y su toma de decisiones.
Después leímos las reacciones de la prensa deportiva inglesa, que se rindió ante el monumental debut del portero de la Selección Nacional con calificativos grandiosos y leyéndolos, se me escaparon algunas lágrimas: ¡fenomenal, brutal, maravilloso, clave, imponente, de otro mundo, impresionante, de clase mundial!
Quizá porque no simpatizó para nada con el Real Madrid, tampoco el Barcelona y sintiendo personalmente la estructura total del PSG, antipática por acaparadora y mercenaria, los logros, hazañas y triunfos conquistados por Keylor Navas defendiendo la portería de esos equipos, incluyendo las tres Champions con el Madrid, no produjeron en mi corazón el menor sentimiento.
Creo que alguna vez lo escribí: deseaba que a Keylor le fuera bien, pero no que el Real Madrid triunfara y ante esa combinación de deseos, prácticamente imposible de lograr, su exitoso paso por la Casa Blanca, a mi corazón se le hizo indiferente.
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Lo vimos alzar tres Orejonas, sin que nuestra sangre calentara con más fuerza y su paso repleto de contratiempos por el PSG, se nos hizo prácticamente indiferente.
Hoy, que lo ficha un club de media tabla de la Premier, más cerca del descenso que de la cima, equipo modesto sin grandes estrellas y lógicamente sin anticuerpos, nuestros sentimientos cambian de ruta, nos emociona y agrada que Navas abandone un club que no supo valorarlo, nos resulta excitante verlo debutar en la Liga Premier, donde todavía se juega el mejor fútbol del mundo y dentro de un entorno más humano, modesto, humilde, se presenta ese majestuoso partido de nuestro compatriota, el Embajador deportivo más exitoso de nuestro país y al verlo volar, atrapar, desviar remates a quemarropa del equipo rival y resguardar el triunfo mínimo de su nuevo equipo, unas pocas lágrimas de agradecimiento al Halcón, brotan emotivas con facilidad.
¡Dios, familia, fútbol!, escribió Keylor al final de una nueva hazaña. Por algo será.
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