Obtenga una ventaja competitiva con el cambio climático
Rodrigo Díaz rdiaz@larepublica.net | Viernes 05 febrero, 2016
Diferénciese en el mercado. Anticípese a la regulación ambiental y empiece a cambiar los procesos de producción para que tengan un menor impacto en el ambiente.
Esto le posibilitará mantener su competitividad en un mundo donde los consumidores exigen cada vez más productos poco contaminantes y rechazan los que tienen un gran consumo de carbono.
Esta es la principal recomendación de Víctor Umaña, experto del Incae, quien dirige el Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible.
Lo importante es que el gobierno defina también la hoja de ruta de los cambios que implementará en el país, de acuerdo con los compromisos adquiridos en el reciente foro sobre cambio climático efectuado en París, conocido como COP21.
En entrevista con La República, Umaña afirma que el cambio climático puede representar una oportunidad para las empresas, más que un riesgo.
¿Qué efectos tendrá sobre Costa Rica el cambio climático?
De acuerdo con diferentes modelos, es claro que los mayores efectos se sentirán en las zonas de los trópicos, donde se conjugarán varios efectos que provocarían sequías severas e inundaciones.
También cambiarán las zonas de cultivo por el efecto del calentamiento global y posiblemente la gente tenga que desplazarse de las zonas de los ríos y de las costas, o bien por el efecto de desplazamiento de cultivos.
Nada de lo que haga Costa Rica por su cuenta revertirá los efectos. Se requiere el concurso de todos los países del mundo, por lo que se necesitan la cooperación y coordinación internacional.
¿Cuál es el impacto para las empresas de los acuerdos firmados por el país en el COP21?
El país firmó con la mayoría de los países una serie de compromisos que de alguna forma son vinculantes. El gran tema es cómo Costa Rica los cumplirá.
Se establece una métrica de cuántas emisiones produce cada actividad, y ahí entramos a un territorio complicado, en especial en industrias como transporte y agricultura, que tienen un porcentaje de emisiones importante.
Una vez que se sabe el porcentaje de emisiones que debe reducir cada industria en un periodo determinado, hay que determinar cómo se reparte esa reducción de emisiones y cuál será el costo para esas industrias, cuáles son las alternativas económicas y tecnológicas que existen para sustituir las prácticas actuales que emiten tanto, por otras que emitan menos.
¿Cuáles serían los incentivos que tendrían las empresas para hacer esos cambios?
Los gobiernos tienen varias formas de hacer cumplir esos objetivos. Una es con incentivos, como subsidios, rebajas en los impuestos de importación, formar fideicomisos que abaraten las compras.
Otra manera es mediante políticas de comando y control, en que se establezcan reglamentos y prohibiciones.
Los gobiernos tienen en sus manos un arsenal de instrumentos que pueden utilizar. Aquí la gran pregunta es cómo, qué es lo que vamos a hacer, lo cual es bueno, porque necesitamos de un debate nacional. Necesitamos de unas luces, unas pistas por dónde irá la cosa.
¿El gobierno ya lo tiene claro?
El gobierno no ha escrito en piedra el tipo de medidas que utilizará. Costa Rica ha probado con algunas que podrían servir de base para políticas futuras.
Por ejemplo, al país le ha ido muy bien con el tema del pago por servicios ambientales, ahí podría haber una relación con la reducción de las emisiones. Se han establecido mercados voluntarios de carbón, donde las empresas se comprometen a ciertas reducciones.
Hay que propiciar ese debate en el país para ir a la segura, pues las empresas realizan inversiones de largo plazo, y esas inversiones en equipo e infraestructura deben incorporar esos escenarios de reducción de emisiones.
¿Cómo convertir el riesgo en una ventaja competitiva?
Lo primero que tienen que hacer los empresarios es definir su perfil de exposición al cambio climático. En varios niveles, en cuanto a productos, si son vulnerables al cambio climático ya sea por producción o porque pueden volverse obsoletos o rechazados por los consumidores, o porque los insumos que utilizan son intensivos en el uso de carbono.
Una vez que tienen su perfil de exposición al cambio climático, pueden establecer una estrategia de cómo minimizar los riesgos derivados de ello.
¿Qué debe hacerse?
El consejo más importante es anticípese a la regulación, y ahí tendría varias ganancias, con lo que evitaría sorpresas, y puede acoplar la estrategia de su empresa a las necesidades del cambio climático y sobre todo de los consumidores, que hoy tienen mucho poder y son sensibles a estos temas. Ellos demandan productos verdes, productos bajos en carbono, y ahí hay muchas oportunidades.
¿Llegará el día en que la gente definitivamente rechace un producto por un tema ambiental?
Ese día ya llegó. Ya hay un grupo, tal vez no muy grande, pero sí tiene el poder de influenciar a la gente a tomar ese tipo de posiciones.
Costa Rica ha tenido importantes avances, pero su mayor pecado es el tema del transporte. ¿Qué puede hacerse al respecto?
En el transporte hay una gran oportunidad, pero hay que dar las señales correctas para que haya inversión privada, pues el gobierno no va a hacerlo solo.
Ya el mercado lo pide, por lo que es necesario que haya un marco adecuado, coherente, un proceso transparente en concesión de obra pública.