Ola de indignados inunda calles europeas
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 20 junio, 2011
Miles protestan en Madrid, París, Bruselas y Lisboa
Ola de indignados inunda calles europeas
Movimiento Democracia Real Ya pide cambios políticos y financieros
Miles de personas salieron a las calles en Europa a pedir un cambio de rumbo político y financiero frente a la crisis económica.
En ciudades como Madrid, París, Bruselas y Lisboa el el movimiento Democracia Real Ya consiguió movilizar a millares de “indignados”.
En España, reclamaron una huelga general para elevar el tono de una protesta que califican de imparable.
En una atmósfera festiva y sin incidentes, tuvo lugar en la capital la principal de las convocatorias encabezadas por el Movimiento 15-M, con seis grandes marchas confluyendo a lo largo de cinco horas en la céntrica plaza de Neptuno, elegida como fin de la protesta por su cercanía al Congreso de los Diputados, la cámara baja del Parlamento español.
“¿Izquierda o derecha? Este país está envejecido. Busquemos una alternativa", "Caminemos juntos contra la crisis y el capital", "Pienso, luego me indigno", "Democracia, ¿dónde estás?", "La patronal nos quiere esclavizar" o la clásica "El pueblo unido jamás será vencido", fueron algunos de las consignas coreadas o portadas en pancartas en las marchas de Madrid.
La múltiple manifestación, a la que asistieron personas de todas las edades, incluidos jubilados y familias con bebés, discurrió bajo un intenso calor y de forma pacífica, pues previamente las redes sociales y las páginas web agrupadas en torno al Movimiento 15-M habían apelado contra la violencia e incluso dieron consejos para evitar a posibles provocadores.
En mente estaban los incidentes protagonizados por varios grupos de alborotadores el pasado 15 de junio ante el Parlamento regional de Cataluña, en Barcelona, donde aquellos increparon, insultaron y zarandearon a los diputados que intentaban entrar en las Cortes locales.
También se manifestaron miles de personas en las principales ciudades españolas, entre ellas las capitales más pobladas como Valencia, Sevilla, Zaragoza y Bilbao.
Las marchas de Madrid habían sido convocadas por la Coordinadora de Barrios y Pueblos en Lucha, que avalan las asambleas de barrios fruto del Movimiento 15-M, con una insistencia general de rechazo a cualquier color político o sindical.
El espíritu de este Movimiento y su nombre se remonta al pasado 15 de mayo, cuando comenzó la acampada popular que convirtió la plaza más céntrica y emblemática de Madrid, la Puerta del Sol, en el foco de estas protestas irradiadas al resto de España y a muchas ciudades extranjeras que han apoyado este mes de reivindicaciones.
Además del cambio de sistema político y social que, según los "indignados", ha nutrido la dura crisis económica en la que está sumida España, el 15-M ha reclamado cambios en la ley electoral, ha arremetido contra los bancos y la corrupción, y ha denunciado el llamado "Pacto por el euro", alcanzado en marzo por la UE.
Este acuerdo, impulsado por Alemania y Francia a favor de la competitividad, esconde, según sus críticos, numerosos recortes y puntos oscuros, al aumentar la edad de jubilación, vincular los salarios a la productividad y flexibilizar más el mercado laboral.
En París, la convocatoria terminó con el arresto de un centenar de personas cuando trataban de manifestarse frente a la catedral de Notre Dame de París, donde no tenían los permisos necesarios.
La manifestación había comenzado en la plaza de Jussieu con pancartas críticas con las políticas económicas que ponen en marcha los Gobiernos.
El pacto entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, para salvar a Grecia y las propuestas del Fondo Monetario Internacional (FMI) eran el blanco de muchas de las críticas recogidas en las pancartas.
"FMI márchate", "Indignaos, uníos a nosotros" o "Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir" eran algunas de las frases pronunciadas por los manifestantes, en su mayoría franceses, pero también con presencia de españoles y portugueses, entre otras nacionalidades.
En Bélgica, la concentración se realizó en el barrio bruselense de Ixelles. Los manifestantes rechazaron el Pacto del euro, el acuerdo aprobado por los líderes de la UE para mejorar la competitividad y que prevé el aumento de la edad de jubilación y la vinculación de los sueldos a la productividad.
Los indignados se han concentrado primero en la plaza Flagey para después marchar en dirección a la plaza Luxemburgo, donde se encuentra la sede en Bruselas del Parlamento Europeo.
Al final, la policía hizo uso de gas lacrimógeno para dispersar a las varias decenas de indignados que se habrían enfrentado a la policía.
Las ciudades portuguesas de Lisboa y Oporto se sumaron a la protesta convocada en Europa y reunieron a más de 300 personas para pedir cambios en el sistema político actual.
En la capital lusa, se reunieron en la céntrica Avenida Liberdade para realizar un corto recorrido hasta la plaza del Rossío, donde aún resiste una tienda de campaña como símbolo de su protesta justo un mes después de que ésta comenzara.
"Grecia, España, Irlanda y Portugal, nuestra lucha es internacional" fue una de las consignas más coreadas por los participantes, que también entonaron el "Que no, que no, que no nos representan".
Madrid / EFE
Ola de indignados inunda calles europeas
Movimiento Democracia Real Ya pide cambios políticos y financieros
Miles de personas salieron a las calles en Europa a pedir un cambio de rumbo político y financiero frente a la crisis económica.
En ciudades como Madrid, París, Bruselas y Lisboa el el movimiento Democracia Real Ya consiguió movilizar a millares de “indignados”.
En España, reclamaron una huelga general para elevar el tono de una protesta que califican de imparable.
En una atmósfera festiva y sin incidentes, tuvo lugar en la capital la principal de las convocatorias encabezadas por el Movimiento 15-M, con seis grandes marchas confluyendo a lo largo de cinco horas en la céntrica plaza de Neptuno, elegida como fin de la protesta por su cercanía al Congreso de los Diputados, la cámara baja del Parlamento español.
“¿Izquierda o derecha? Este país está envejecido. Busquemos una alternativa", "Caminemos juntos contra la crisis y el capital", "Pienso, luego me indigno", "Democracia, ¿dónde estás?", "La patronal nos quiere esclavizar" o la clásica "El pueblo unido jamás será vencido", fueron algunos de las consignas coreadas o portadas en pancartas en las marchas de Madrid.
La múltiple manifestación, a la que asistieron personas de todas las edades, incluidos jubilados y familias con bebés, discurrió bajo un intenso calor y de forma pacífica, pues previamente las redes sociales y las páginas web agrupadas en torno al Movimiento 15-M habían apelado contra la violencia e incluso dieron consejos para evitar a posibles provocadores.
En mente estaban los incidentes protagonizados por varios grupos de alborotadores el pasado 15 de junio ante el Parlamento regional de Cataluña, en Barcelona, donde aquellos increparon, insultaron y zarandearon a los diputados que intentaban entrar en las Cortes locales.
También se manifestaron miles de personas en las principales ciudades españolas, entre ellas las capitales más pobladas como Valencia, Sevilla, Zaragoza y Bilbao.
Las marchas de Madrid habían sido convocadas por la Coordinadora de Barrios y Pueblos en Lucha, que avalan las asambleas de barrios fruto del Movimiento 15-M, con una insistencia general de rechazo a cualquier color político o sindical.
El espíritu de este Movimiento y su nombre se remonta al pasado 15 de mayo, cuando comenzó la acampada popular que convirtió la plaza más céntrica y emblemática de Madrid, la Puerta del Sol, en el foco de estas protestas irradiadas al resto de España y a muchas ciudades extranjeras que han apoyado este mes de reivindicaciones.
Además del cambio de sistema político y social que, según los "indignados", ha nutrido la dura crisis económica en la que está sumida España, el 15-M ha reclamado cambios en la ley electoral, ha arremetido contra los bancos y la corrupción, y ha denunciado el llamado "Pacto por el euro", alcanzado en marzo por la UE.
Este acuerdo, impulsado por Alemania y Francia a favor de la competitividad, esconde, según sus críticos, numerosos recortes y puntos oscuros, al aumentar la edad de jubilación, vincular los salarios a la productividad y flexibilizar más el mercado laboral.
En París, la convocatoria terminó con el arresto de un centenar de personas cuando trataban de manifestarse frente a la catedral de Notre Dame de París, donde no tenían los permisos necesarios.
La manifestación había comenzado en la plaza de Jussieu con pancartas críticas con las políticas económicas que ponen en marcha los Gobiernos.
El pacto entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, para salvar a Grecia y las propuestas del Fondo Monetario Internacional (FMI) eran el blanco de muchas de las críticas recogidas en las pancartas.
"FMI márchate", "Indignaos, uníos a nosotros" o "Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir" eran algunas de las frases pronunciadas por los manifestantes, en su mayoría franceses, pero también con presencia de españoles y portugueses, entre otras nacionalidades.
En Bélgica, la concentración se realizó en el barrio bruselense de Ixelles. Los manifestantes rechazaron el Pacto del euro, el acuerdo aprobado por los líderes de la UE para mejorar la competitividad y que prevé el aumento de la edad de jubilación y la vinculación de los sueldos a la productividad.
Los indignados se han concentrado primero en la plaza Flagey para después marchar en dirección a la plaza Luxemburgo, donde se encuentra la sede en Bruselas del Parlamento Europeo.
Al final, la policía hizo uso de gas lacrimógeno para dispersar a las varias decenas de indignados que se habrían enfrentado a la policía.
Las ciudades portuguesas de Lisboa y Oporto se sumaron a la protesta convocada en Europa y reunieron a más de 300 personas para pedir cambios en el sistema político actual.
En la capital lusa, se reunieron en la céntrica Avenida Liberdade para realizar un corto recorrido hasta la plaza del Rossío, donde aún resiste una tienda de campaña como símbolo de su protesta justo un mes después de que ésta comenzara.
"Grecia, España, Irlanda y Portugal, nuestra lucha es internacional" fue una de las consignas más coreadas por los participantes, que también entonaron el "Que no, que no, que no nos representan".
Madrid / EFE