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NACIONALES


Osa, ¿desarrollo o catástrofe ambiental?

Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Miércoles 08 abril, 2009




DEBATE:
Osa, ¿desarrollo o catástrofe ambiental?

Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net



José Lino Chaves
Presidente del Tribunal Ambiental

Por el futuro

“Existen 26 expedientes abiertos en Osa que reflejan un serio problema de acatamiento jurídico. Si la tendencia no se revierte, el anhelado desarrollo
se convertirá en una catástrofe”




Lamentablemente, el Tribunal Ambiental Administrativo tiene 26 expedientes abiertos en el cantón de Osa, lo cual se puede considerar como una situación que refleja un serio problema de acatamiento al ordenamiento jurídico nacional con el que debe regirse cualquier iniciativa de desarrollo. Si esta tendencia no se revierte, efectivamente el anhelado desarrollo se convertirá en una catástrofe ambiental, comprometiendo bosques, fuentes de agua, biodiversidad y la riqueza marino costera. Debemos entender que es responsabilidad del país evitar que una cosa como esa suceda.
El desarrollo inmobiliario y hotelero es una fuente innegable de empleo y sobre ese aspecto no existe duda alguna, pero también es claro que el desarrollo debe ser en armonía con el ambiente. Costa Rica como país, y por supuesto que incluyendo a Osa, ha apostado por una economía sostenible. Por lo tanto, todo tipo de desarrollo que se promueva en la zona debe cumplir obligatoriamente con toda la legislación ambiental del país.
¿Existe conciencia por parte de la Municipalidad de Osa? Les corresponde a las autoridades de la Municipalidad de Osa contestar esta pregunta.
Lo que sí debo indicar es que la conciencia ambiental, o al menos el respeto a la normativa ambiental, no solo debe ser de las autoridades locales sino de todos los funcionarios y de la ciudadanía en general.
Cuando se depreda un bosque primario o secundario, se afectan zonas de recarga acuífera, se exterminan muchas nacientes, se invaden áreas de protección, se contaminan los ríos así como el mar, o se interrumpen los corredores biológicos; no estamos ante algo de poca importancia sino ante un problema de supervivencia para los actuales y futuros pobladores, y también se hace un gran daño al país y al propio territorio.
Lo que nos corresponde defender a todos, más allá de los ingresos tributarios o privados por conceptos turísticos o inmobiliarios, es el derecho de las actuales y futuras generaciones de oseños y en general de todos los costarricenses a tener “un ambiente sano y ecológicamente equilibrado” como muy bien lo indica la Constitución Política del país.
En realidad, hay varias razones que han llevado a que la zona de Osa se vea actualmente inmersa en tantos problemas ambientales.
Primero la inercia institucional que en años anteriores conllevó a la existencia de poca fiscalización y un control muy ineficiente de lo que se estaba haciendo en la región.
Segundo, la inexistencia de un plan regulador que delimitara con claridad el crecimiento, pero sobre todo debe mencionarse la inexistencia de un compromiso claro y de la responsabilidad ambiental con el país y con la región de Osa.



Alberto Cole
Alcalde de Osa

Trabajo y respeto

“De 160 proyectos evaluados, el 85% salió sin problemas y solo un 15% tiene impacto ambiental poco significativo, sin embargo esta información no ha sido divulgada ”


La construcción de proyectos inmobiliarios y turísticos en Osa es definitivamente una fuente permanente de empleo y desarrollo económico y social del cantón, el cual además no debemos olvidar que ha sido señalado como el más pobre del país.
En realidad, la catástrofe de que se ha venido hablando en los últimos meses la han inventado quienes tienen y defienden otro tipo de intereses y viven de ese tipo de prácticas manipulando constantemente a su antojo temas ambientales.
Los desarrollos inmobiliarios ubicados en este cantón se llevan a cabo fuera de mantos acuíferos y bosques y así lo determinó la propia Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) en un diagnóstico realizado en enero de 2009.
Según ese análisis, de los 160 proyectos evaluados en la región, el 85% no presentó problemas ambientales, mientras que el 15% ha iniciado o tienen impacto ambiental poco significativo. Esta información lamentablemente no ha sido divulgada a la fecha en razón de que no hay quien la haya dado a conocer como tal.
En la Municipalidad existe una clara conciencia hacia el medio ambiente a la hora de autorizar las construcciones, existe una oficina técnica ambiental para otorgar permisos que la ley y Setena nos permitan otorgar.
Puedo asegurar que los proyectos de mayor impacto no pasan aprobados si antes no traen la viabilidad ambiental.
El municipio impulsó y publicó un reglamento de construcciones, que nos permite exigir más requisitos, incluso que otras municipalidades del país.
Pero lo que sucede es que existen intereses de algunos grupos que yo llamaría extremo-ambientalistas financiados por grandes organizaciones no gubernamentales (ONG), quienes hablan y se pronuncian sin conocer en lo más mínimo la realidad ambiental, social y económica de Osa.
Nuestro cantón tiene más del 60% de su territorio en áreas protegidas, y en estas zonas no se dan permisos.
La fila costeña comprende Dominical hasta Palmar Norte, un 18% del territorio total de Osa no está protegido pero aún en esas áreas existen bosques que los propietarios con su propia conciencia han conservado y los permisos no incluyen estas áreas que antes fueron dedicadas solo a la agricultura y ganadería extensiva.
En segundo lugar debe señalarse que hay una falta de conocimiento de la cultura del habitante de Osa, quien cambió sus prácticas de agricultura por la construcción y la jardinería.
Eso produjo en los últimos diez años una regeneración de cobertura vegetal en la fila costeña, en donde el caso más conocido es Ojochal.
Eso se ha traducido en que los ríos que en antes en época de verano se secaban ahora poseen suficiente agua tal como se aprecia claramente en el caso de río Uvita.






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