¿Para qué poder?
Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 21 noviembre, 2014
Los costarricenses tienen un límite a su paciencia. Cambio prometido debe de ser cumplido
Sinceramente
¿Para qué poder?
¿Qué sucede que mientras nos conquistan el voto nos ofrecen el oro y el moro, y a la hora de llegada, con el poder en la mano, las cosas resultan diferentes?
Hemos escuchado la frase de que no es lo mismo verla venir que… Lo mismo dice el pueblo: no es lo mismo escuchar las promesas que estar ensartado después.
¿Para qué exponer programas de gobierno en campaña? ¿Para qué una campaña con tanto debate? ¿Para esto que vivimos? Lo dicho ayer no es lo hecho hoy. Cuidado con la amargura y el resentimiento sociales. No parece haber congruencia entre lo prometido y lo emprendido, entre lo que se pregona y lo que se tiende a materializar.
¿Para qué quieren el poder si lo que comenzamos a apreciar en la realidad cruda resulta tan poco congruente con lo que prometieron ayer? Cuidado con los sentimientos de desengaño que alberga el ciudadano de a pie.
Esta disparidad entre lo dicho y lo hecho es lo que hace que los costarricenses pierdan la confianza en los gobernantes, en los partidos, en los programas presentados. Es que como dice el pueblo “nos han vacilado tanto”… Los costarricenses tienen un límite a su paciencia. Cambio prometido debe de ser cumplido.
Han presentado nuestros gobernantes su Plan Nacional de Desarrollo en estos días. Esa es una interesante herramienta para tener congruencia en las iniciativas y las acciones en los próximos cuarenta y ocho meses. Difiere de lo prometido en campaña.
Aplaudimos la meta de reducir los hogares en miseria de 95 mil a 52 mil. En campaña habían ofrecido eliminarla para el año 2018.
El desempleo en la administración Arias fue de 7,8% real y en la administración Chinchilla fue de 8,35% real. La meta de la administración Solís Rivera es de 7,0% aun cuando el desempleo actual es del 8,6%, más o menos lo mismo.
El ofrecimiento de campaña era crear 217 mil puestos de trabajo nuevos. La meta es menos exigente que la que sostuvieron las administraciones anteriores.
La presente administración espera hacer crecer la economía a un 6% anual durante este periodo. La economía creció en la pasada administración en un 3,5% y en la administración Arias Sánchez un 6%. O sea la presente administración espera hacer crecer la economía tanto como Arias.
Este gobierno espera poder conservar la inflación en un 4%, ligeramente superior a la de la administración Chinchilla que fue de un 3,58% y un poco menor a la inflación de la administración Arias Sánchez. Similar sin duda. ¿Y el cambio?
Esperamos que estas metas moderadas no resulten un engaño sino que sean realistas y alcanzables. Prometer y no cumplir, prometer lo que se sabe que no se puede cumplir es una pésima estrategia política nacional.
Al Gobierno Solís Rivera le deseamos alcanzar y superar todas sus metas. Todos debemos proponernos que así se logre. Todos debemos hacer lo propio para que el empleo mejore, para que la recaudación sea la correcta, para que las construcciones de infraestructura sean las debidas. Todos navegamos en esta barcaza y si naufraga todos sufriremos del hundimiento.
Emilio Bruce
Profesor
ebruce@larepublica.net
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