Partido republicano está teniendo un buen año, con todo y Trump
Bloomberg | Jueves 01 septiembre, 2016 12:00 a. m.
La ola populista que elevó a Donald Trump a la candidatura por el Partido Republicano no ha provocado una revolución que desplace a la dirigencia clásica del partido.
Ese es el mensaje de una nueva ronda de victorias que obtuvieron, en las primarias de la noche del martes, los senadores del tronco partidario: John McCain en Arizona y Marco Rubio en Florida. También son buenas noticias para un partido que espera mantener el control del Congreso aun cuando su abanderado pierda en noviembre.
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Pocos candidatos no provenientes del tronco partidario han logrado replicar la receta de Trump en las primarias de este año, en las que los republicanos lograron repeler los desafíos a los actuales senadores del partido. La oponente de McCain, Kelli Ward, y el rival de Rubio, Carlos Beruff, intentaron subirse a la ola de Trump en vano. No tenían ni el reconocimiento del nombre de Trump ni su capacidad de dominar la atención de los medios de comunicación. Tampoco contaron con su respaldo.
Trump, por supuesto, respaldó nominalmente a Rubio, McCain y Ryan, sin hacer un esfuerzo real para crear un movimiento más grande que él mismo. No está clara la magnitud de su influencia.Renee Ellmers, representante de Carolina del Norte, quien recibió un poco usual apoyo de Trump, perdió sus primarias, parcialmente debido a una reestructuración de los distritos.
“Los republicanos no han dado nada por sentado en este ciclo”, dijo Greg Blair, vocero del Comité Nacional del Senado Republicano. “Sabíamos desde el primer día que el camino sería difícil y que habría pocas certezas en cuanto al ambiente político”.
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Algunos realizan abiertamente campañas sobre la necesidad de mantener el Senado en manos republicanas, con Trump o con Hillary Clinton en la Casa Blanca.
Muchos de estos políticos republicanos están superando a Trump en las encuestas en sus estados, como Rubio, McCain y Rob Portman de Ohio, lo cual impacta en las esperanzas de los demócratas de recuperar los cuatro escaños que necesitarían para dirigir el Senado si también lograran ganar la presidencia del país.