Populismo: intentos de destrucción social
Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 14 julio, 2017
Sinceramente
Populismo: intentos de destrucción social
Decía Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del III Reich, que una mentira repetida varias veces se tornaba en una verdad popular, diríamos hoy en una leyenda urbana. Decía este siniestro personaje, que entre mayor y más descabellada la mentira, mayor credibilidad tenía en la psiquis del pueblo. Pocas expresiones más crudas que esta describen al populismo en toda su magnitud, en todo su mal, en todo su deseo de destrucción de personas e instituciones. La mentira como herramienta política y como garrote para silenciar a los interlocutores que adversan al populismo tomó cuerpo de esa manera. Mienta, destruya, desacredite, quíteles la credibilidad…
La crítica social, la protesta por lo que está mal, la denuncia de falta de equidad o de justicia social nunca ha sido populismo. El populismo tiene un giro perverso que es fácilmente identificable. La crítica política, la protesta contra lo malo es tremendamente conveniente para el país.
El populismo en Italia revistió en su violencia una dimensión similar a la de Alemania. Las personas eran golpeadas, eran encarceladas, eran asesinadas, pero también eran purgadas en media calle usando aceite de castor para que perdieran control de los esfínteres. La violencia como instrumento de reprimir argumentos y razones fue empleada en toda su amplia gama de torcida crueldad y creatividad.
Profesionales de la intimidación acallaron la opinión de pensadores e intelectuales, de profesores y moderados. Un país de artistas lo transformaron en un país de matones e intimidadores para terminar en dictadura, destrucción y sangre.
Ningún país está exento de violencia física o intelectual. Ningún sistema está vacunado contra el uso del terror y de la violenta represión y amenaza para acallar voces y propuestas. Costa Rica no es inmune a ello y ya hemos visto candidatos y agrupaciones políticas coquetear con el estilo y las herramientas populistas. Ustedes son los mejores testigos de lo que escribo.
Todos debemos rechazar violencia, amenaza y populismo con toda firmeza. No puede el país permitir personajes que practiquen lo que creímos olvidado en el extranjero y en nuestro escenario político. No podemos elegir personas que lleven al país al caos, a la desarticulación, a la represión. ¿Y después de completar su obra destructora qué? Una cosa es acusar y destruir y otra muy diferente es proponer, construir y consensuar.
¿Cómo pueden los populistas pensar siquiera en llegar a gobernar sino en conjunto con quienes han insultado, denigrado, acusado y agraviado, o es que esperan desaparecerlos también físicamente? ¿Será que el proceso de consenso está descartado y el de la imposición garantizado? ¿Alguien me puede explicar la racional de atacar y denigrar primero para intentar trabar alianzas legislativas o sociales después? El populismo, la falta de propuestas, la falta de argumentos no puede ser electa, ni siquiera considerada en las próximas elecciones.
La crítica de lo malo argumentando y proponiendo será muy bienvenida por todos. La argumentación y la propuesta construyen la patria de todos.
Costa Rica enfrenta serios problemas de arquitectura en algunas de sus instituciones. La Sala IV debe ser revisada. ¿Quién ha propuesto la revisión de las funciones jurisdiccionales de la misma? ¿Tener una instancia de apelación constitucional? ¿Separar recursos de amparo y hábeas corpus del resto de los asuntos y crear una sala especializada en estos dos temas? La Contraloría General de la República ha estado coadministrando con el Poder Ejecutivo. Se requiere de la Contraloría para proceder en la administración. ¿Puede un poder intervenir en otro? ¿No es la Contraloría un brazo del Poder Legislativo? ¿Cuál candidato tiene una posición sobre este tema?
El Reglamento de la Asamblea Legislativa no permite a las mayorías tomar decisiones prontas. ¿Conocen ustedes de una propuesta de algún candidato para modificarlo? Hay cerca de 5 mil leyes derogadas e inservibles sin extraer de los cuerpos legales. ¿Quién de los candidatos ha propuesto limpiar de leyes basura el aparato legal de país? ¿Qué proponen en infraestructura para evitar que la maraña nos deje sin construir aunque se tengan diseños y financiamiento? ¿Qué hacemos para hacer crecer más la economía y generar más empleos?
El Poder Ejecutivo es eso, ejecutivo. Es el poder que hace y ejecuta, pero lo hemos ido transformando en un poder deliberante en el que la desconcentración y descentralización de las instituciones tienen juntas directivas que deciden. ¿Puede el ministro de Obras Públicas ordenar? ¿Y la junta directiva del CONAVI? Entendámonos, no se puede seguir así y todos lo saben.
¿Quién está analizando cómo resolver el entuerto y los problemas? El entrecruce de improperios y acusaciones de corrupción no deja oír las propuestas si las hay. Esto no es asunto de una Asamblea Nacional Constituyente, es asunto de legalidad, de trabajo, de focalizar problemas y soluciones. ¿Qué dicen los candidatos? ¿Qué proponen los partidos?
El país debe enfocar su atención en sus problemas y soluciones alternativas. Ya basta de querer asesinar mediáticamente a quienes pueden y deben sacarnos de los problemas estructurales que vive el país. Esta campaña no debe estar basada en quién insulta más sino en quién propone lo mejor.
La patria siempre es primero.
Emilio R. Bruce
Profesor
ebruce@larepublica.net
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