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Martes, 25 de marzo de 2025



COLUMNISTAS


¿Por qué muchos países buscan la estrategia de dominancia energética?

Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Lunes 24 marzo, 2025


Muchos países están buscando migrar de la independencia y la abundancia energética hacia la dominancia energética.

Esta columna profundiza lo señalado en la columna anterior titulada “Las estrategias de independencia, abundancia y dominancia energética resurgen fuertemente en los países exitosos”.

La energía es cada vez más crítica para el desarrollo y la prosperidad y es esencial para mejorar los niveles de vida, impulsar la productividad, razón por la cual muchos países están impulsando la estrategia de independencia, abundancia y dominancia energética.

Lo anterior porque la energía y las condiciones en que se suministra (precio, calidad, seguridad de suministro, etc.) es un insumo esencial para casi todas las actividades humanas, sean éstas económicas o sociales.

Entre los países que están sobresaliendo con una estrategia de dominancia energética no solamente se encuentran las grandes potencias (EE. UU., China, Rusia, etc.), sino que también se encuentran países más pequeños (Arabia Saudita, Catar, Emiratos Árabes Unidos) que, a través de su amplio desarrollo energético y su extenso comercio internacional de energía, están adquiriendo grandes beneficios internos (costos bajos de la energía, altos ingresos provenientes de las exportaciones de energía, alta calidad, amplio de desarrollo económico nacional, etc.) y externos (incluyendo un peso geopolítico regional y global especial y una mayor independencia internacional).

1. Aspectos básicos de la estrategia dominancia energética

La dominancia energética es una estrategia derivada de la estrategia de independencia y abundancia energética, la cual incluye mayor producción de energía para la exportación, mayores capacidades competitivas, menor regulación y mayor comercio internacional de energía.

Los países que logran independencia y abundancia energética y luego pasan a ser dominantes a través de un aumento significativo de las exportaciones de energía provocan que los productores nacionales de energía logren una serie de ventajas, incluyendo las siguientes:

• Mayores ventajas competitivas de escala.

• Costos más bajos.

• Mayor calidad.

• Mayor productividad.

Con estas ventajas, los países que adoptan esta estrategia logran, entre otras cosas, lo siguiente:

• Menores precios internos de la energía.

• Mayor crecimiento económico y progreso social impulsado por los bajos costos.

• Mayores niveles de empleo directo e indirecto (derivado del mayor crecimiento económico).

• Mayor bienestar y calidad de vida.

• Mayor influencia regional y global.

• Mayor independencia geopolítica.

Por el contrario, los países altamente dependientes de la energía proveniente del exterior, como es el caso de Costa Rica que depende del exterior en un 65% para satisfacer su consumo energético, ponen su desarrollo económico y progreso social a depender de los vaivenes y de la creciente incertidumbre de lo que ocurra en la región y en el mundo y se vuelven débiles y vulnerables ante la multiplicad de ventos externos que, entre muchas cosas afectan los precios de la energía y la seguridad de suministro.

A excepción de Costa Rica y otros pocos países con falta de visión energética adecuada a los nuevos tiempos, en el mundo se tiene claro que la energía de origen nacional es más difícil que sea alterada por eventos externos (en términos de la volatilidad de los precios, seguridad de suministro, etc.) por lo que el abastecimiento local de energía está surgiendo como un objetivo nacional superior.

Los países que han adoptado una estrategia independencia, abundancia y dominancia energética buscan desarrollar todas las fuentes de energía que se encuentran en su territorio y que sean económica y tecnológicamente viables.

Estos países modernizan y adaptan también sus marcos jurídicos y regulatorios a los requerimientos de los nuevos tiempos para potenciar un desarrollo energético multi fuente de manera a aprovechar todas aquellas fuentes de energía que estén disponibles.

Adicionalmente, muchos países complementan la estrategia de independencia, abundancia y dominancia energética con la estrategia de los tres ejes del Trilema Energético:

• Seguridad energética: la capacidad para satisfacer la demanda energética actual y futura y la capacidad para resistir y responder a los choques del sistema.

• Equidad energética: la capacidad de brindar acceso universal a energía confiable y asequible para uso doméstico y comercial.

• Sostenibilidad ambiental: la capacidad de mitigar y evitar la degradación ambiental y los impactos en el cambio climático.

La evidencia en el mundo demuestra que, para lograr la necesaria transición energética que conduzca a la creación de un nuevo sistema energético totalmente diferente al actual, se debe avanzar equilibrando continuamente las acciones y los resultados en los tres ejes críticos de éxito anteriores.

La evolución del desarrollo energético en estos tres ejes y el balance necesario entre ellos es dinámica en el tiempo y, en gran medida evoluciona con base en los continuos adelantos tecnológicos y las políticas que cada país adopte.

Dentro de esta evolución dinámica, varias de las nuevas tecnologías que están emergiendo no proveen inicialmente un desempeño aceptable en los tres ejes anteriores del Trilema Energético, por lo que su penetración en el mercado energético toma más tiempo que otras hasta que puedan proveer un buen desempeño en los tres factores.

Un ejemplo de esto es el caso de la generación eléctrica con energía solar. Todavía en el 2000, la energía solar no era relevante en la matriz energética mundial por su altísimo costo.

Pero debido a los continuos adelantos tecnológicos, hoy en día la energía solar es la fuente de energía más barata del mundo para generar electricidad y la que más rápidamente está creciendo y penetrando el mercado eléctrico mundial.

Además de la producción de energía a gran escala, la conservación y uso eficiente de la energía forma parte de la estrategia de independencia, abundancia y dominancia energética.

Sobre este tema, un estudio titulado “An Energy Policy of Dominance”, elaborado por el Center for Strategic International Studies (CSIS), señala lo siguiente:

• La conservación también contribuye a la dominancia energética.

• Cuanta menos energía consuma un país por unidad de producción de bienes y servicios, más podrá venderla a otros.

• Las medidas de eficiencia de los productores de energía pueden maximizar también el beneficio económico y proteger a los consumidores.

• Para la propia industria energética, la producción eficiente tiende a traducirse en una producción más limpia. Los productores que mejoran su desempeño ambiental pueden mejorar sus resultados financieros al mismo tiempo que generan futuras oportunidades para vender en mercados extranjeros con emisiones limitadas.

2. El caso de la estrategia de dominancia energética de los EE. UU.

Un artículo titulado “Trump’s Energy Dominance Strategy Could Rewrite U.S. Foreign Policy”, publicado por Barron´s, señala lo siguiente:

• Cuando el presidente Trump introdujo la estrategia de "dominancia energética" durante su primer mandato, fue una declaración contundente de la intención de su administración de utilizar los vastos recursos energéticos estadounidenses como palanca económica nacional y como herramienta de política exterior.

• El reto de esta estrategia consiste en utilizar la abundancia energética estadounidense como ventaja estratégica, garantizando al mismo tiempo la estabilidad del mercado y su alineación con los objetivos estadounidenses.

• El Ministro de Energía, Chris Wright, exdirector ejecutivo de Liberty Energy, ha indicado que “más energía y mejor energía es el camino para mejorar la vida humana”. Su visión priorizará el aprovechamiento de los recursos estadounidenses para asegurar el crecimiento nacional y la influencia global.

• El segundo mandato del Presidente Trump podría ofrecer una política exterior orientada a la energía, atendiendo a la necesidad de acceso a ella de otros países.

• Al aprovechar la abundancia energética de los Estados Unidos, este país podría asumir un papel proactivo en el apoyo a sus aliados y el desarrollo de alianzas centradas en la seguridad energética.

• Este enfoque de la política energética podría convertir los recursos energéticos estadounidenses en un elemento fundamental de la política exterior, impulsando intereses estratégicos y promoviendo la estabilidad en regiones cruciales para los objetivos geopolíticos de Estados Unidos.

Un documento titulado “Fact Sheet: President Donald J. Trump Establishes the National Energy Dominance Council”, publicado por la Presidencia de los EE, UU. el 14 de febrero del 2025, señala lo siguiente:

• Para bajar los precios y fortalecer la seguridad económica de los EE. UU. hay que defender la producción nacional de energía, lo cual es vital tanto para mitigar los impactos de los precios en las familias estadounidenses y para reducir los riesgos de la cadena de suministro de energía para nuestra nación y nuestros aliados.

• La dominancia energética estadounidense es la forma más confiable de garantizar la estabilidad y la asequibilidad de los precios de la energía en los Estados Unidos.

• El desarrollo de los recursos energéticos estadounidenses permitirá a nuestra nación reducir su dependencia de entidades extranjeras, incluyendo adversarios estratégicos.

• El liderazgo energético estadounidense es vital no solo para la seguridad económica y nacional de nuestra nación, sino también para la seguridad de nuestros aliados.

• La industria estadounidense del gas natural licuado (GNL) ha desempeñado un papel fundamental para ayudar a Europa a reducir su dependencia de la energía rusa. Las exportaciones de GNL (Gas natural Licuado) a Europa aumentaron un 141 % en 2022 y siguen aumentando para cubrir esa necesidad.

Un reciente documento titulado “National Energy Dominance Council Paves Way for Unleashing American Energy”, publicado por la Presidencia de los EE. UU., señala lo siguiente:

• El presidente Donald J. Trump estableció el Consejo Nacional de Dominancia Energética, una piedra angular en el esfuerzo de la Administración Trump por impulsar el sector energético estadounidense.

• Este Consejo, liderado por el Ministro del Interior (Doug Burgum) y el Ministro de Energía (Chris Wright), desempeñará un papel clave en la labor de la Administración Trump para reducir los precios de la energía, satisfacer la creciente demanda de energía asequible, fortalecer la seguridad energética y económica y garantizar que la industria energética estadounidense se posicione como líder mundial

Otra publicación titulada, “Unleash Golden Era of American Energy Dominance”, divulgada por el Ministerio de Energía de los EE. UU., señala lo siguiente:

• El Ministro de Energía de los EE. UU., Chris Wright, firmó hoy su primera Orden Ministerial que ordena al Ministerio de Energía tomar medidas inmediatas para liberar la energía estadounidense de acuerdo con las órdenes ejecutivas del Presidente Trump.

En los EE. UU. se tiene claro que la dominancia energética estadounidense es la forma más confiable de garantizar la estabilidad, la seguridad de suministro y la asequibilidad de los precios nacionales de la energía.

3. Conclusiones

Es claro que la independencia, la abundancia y la dominancia energética se están volviendo cada vez más claves para garantizar el desarrollo económico, el progreso social, el bienestar y la calidad de vida de los habitantes de un país.

Entre muchos factores, la era que está emergiendo de crecientes tensiones mundiales y el aumento sin presentes del rearme van a provocar un mundo todavía más incierto de lo que es actualmente.

En el caso de Costa Rica, la política energética que se ha venido siguiendo por años no solamente no ha logrado ningún cambio, sino que más bien ha venido aumentando la dependencia energética del país con las crecientes importaciones de energía (en la forma de derivados de petróleo) y, consecuentemente, ha venido aumentando también la vulnerabilidad (económica, social, energética, etc.) del país.

Como lo he venido señalando en muchas columnas anteriores, los datos oficiales muestran que la política energética de escritorio del país, basada en dogmas y desarraigada de la realidad nacional e internacional, ha venido provocando lo siguiente, lo cual es totalmente contrario a lo que se ha venido predicando:

• Aumento continuo de las masivas importaciones de derivados de petróleo para abastecer las necesidades energéticas nacionales.

• Aumento permanente de la dependencia nacional de los caros y volátiles derivados de petróleo importados, las cuales ya representan casi las dos terceras partes del suministro energético del país.

• Una creciente vulnerabilidad y volatilidad energética.

• Sustitución y desplazamiento de las fuentes nacionales renovables de energía por las crecientes importaciones petroleras.

• Aumento continuo de la pobreza energética nacional como consecuencia del decreciente consumo de las fuentes energéticas nacionales y el creciente consumo de energías importadas (particularmente derivados de petróleo).

Las caras y crecientes importaciones petroleras del país han sido provocadas por el aumento del faltante de energía nacional inducido por la política energética.

Lo anterior a pesar de que el país tiene un importante potencial energético muy diverso, el cual incluye las tres fuentes de energía que están impulsando la transición energética en el mundo: solar, eólica y gas natural.

• Disminución de la seguridad energética (seguridad del abastecimiento energético).

• Aumento continuo de la volatilidad de los precios nacionales de la energía.

• Pérdida de competitividad energética que debilita el desarrollo económico y social del país y la creación de empleo.

• Bloqueo directo e indirecto autoimpuesto de las tres fuentes de energía que están liderando la transición energética en el mundo (solar, eólica y gas natural).

• Aumento continuo de las emisiones al ambiente del sector energético (incluyendo gases de efecto invernadero que inciden en el cambio climático).

• Energía cara que afecta la asequibilidad y la competitividad energética.

• Excesiva volatilidad del exterior (volatilidad petrolera en el caso de las no renovables y volatilidad climática en el caso de las renovables).

• Nula diversificación energética. Mientras que los estudios internacionales señalan que la matriz energética mundial prevista para el 2040 será la más diversificada jamás vista, en Costa Rica más bien se está dando una peligrosa concentración.

Los derivados de petróleo importados y la hidroelectricidad representan actualmente un 80% del abastecimiento energético nacional.

Los combustibles importados (provenientes del volátil e incierto mercado petrolero internacional) representan el 64% del abastecimiento energético nacional y la hidroelectricidad el 16% (la cual proviene del agua que nos llega del exterior como resultado de los complejos sistemas climáticos mundiales).

Con respecto a la electricidad, Costa Rica se encuentra en una de las zonas del mundo más vulnerables al cambio climático y la energía hidroeléctrica representa el 16% del abastecimiento energético nacional y el 74% de la generación eléctrica del país.

Los expertos internacionales han venido alertando sobre lo siguiente desde hace años:

 “Sabemos que uno de los peores impactos del cambio climático será el impacto en el agua y las sequías”.

 “Se espera que el cambio climático traiga menos precipitaciones y más sequías extremas a determinadas partes del mundo, causando escasez de electricidad en los países que dependen altamente de la hidroelectricidad”.

 “La generación hidroeléctrica es la fuente de energía que puede verse más directamente afectada por el cambio climático ya que es muy sensible a la cantidad, el momento y los patrones geográficos de precipitación y a la temperatura”.

 “Los cambios en los patrones de lluvias y las sequías crónicas están disminuyendo los flujos de agua de los ríos y afectando los embalses, lo que lleva a una menor generación de energía en las plantas hidroeléctricas”.

 “Los cambios en la escorrentía de los ríos, junto con el aumento de la evaporación en los embalses, tendrán una serie de efectos sobre la producción de energía hidroeléctrica. Estos incluyen los impactos sobre el funcionamiento del sistema, los efectos financieros y los impactos sobre otros sectores energéticos”.

• No aplicación del principio de neutralidad tecnológica. En el país no se ha mantenido el principio de neutralidad tecnológica en el desarrollo energético nacional, lo cual genera múltiples problemas.

El Estado (Gobierno, Asamblea Legislativa, etc.) no debe inclinarse, orientarse, preferir o imponer un tipo o tipos de tecnologías particulares, ya que éstas pueden quedar obsoletas o desactualizadas en el futuro como consecuencia de los continuos adelantos tecnológicos.

El Estado debe permanecer neutro en cuanto a los tipos de tecnología y el desarrollo de estas, porque éstas son cambiantes y en forma permanente.

A excepción de Costa Rica, en el mundo se tiene claro el principio de neutralidad tecnológica y las diversas tecnologías compiten entre sí en la transición tecnológica, donde las mejores tecnologías son las que irán surgiendo.

Sobre este tema, el BP Energy Outlook de hace un tiempo señalaba lo que está ocurriendo en el mundo: “Estamos viendo una creciente competencia entre las diferentes fuentes de energía, impulsada por los abundantes suministros de energía y las continuas mejoras en la eficiencia energética”.

• Crecientes emisiones de gases al ambiente y creciente petrolización del sector energía.

Sobre este tema, el Informe del Estado de la Nación ha señalado lo siguiente:

“La matriz energética… conlleva a crecientes emisiones de gases y altos costos en términos de calidad del aire, huella de carbono y factura petrolera, entre otros”.

“La energía, elemento clave para el desarrollo, mantenía en el 2019 la tendencia de largo plazo de creciente dependencia de los combustibles fósiles”.

Esto genera adicionalmente un aumento continuo, y artificialmente creado, de la pobreza energética nacional, siendo Costa Rica un país energéticamente rico y diverso por los recursos naturales que tiene.

Mientras que en el mundo la energía producida localmente se está priorizando sobre las importaciones energéticas, los datos muestran que en Costa Rica está ocurriendo lo contrario.

A diferencia de lo que está sucediendo aquí, en el mundo se tiene claro que la energía de origen nacional es más difícil que sea alterada (en precios, en seguridad de suministro, etc.) por eventos externos, por lo que el abastecimiento local de energía está surgiendo como un objetivo nacional superior.

El crecimiento más rápido de las importaciones petroleras con respecto al crecimiento de la producción de fuentes renovables de energía, y el aumento continuo de la participación del consumo petrolero nacional (que ya llegó al 65% del consumo energético nacional), es una muestra que en Costa Rica no solamente no se está dando una transición energética, sino que también está ocurriendo un retroceso energético que, adicionalmente, está creando un aumento de las emisiones al ambiente (incluyendo gases de efecto invernadero).

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