POR FAVOR... SILENCIO
| Lunes 22 octubre, 2007
POR FAVOR... SILENCIO
GAPARI
Pocos tenistas, a excepción del suizo Roger Federer, pueden vanagloriarse de poder actuar casi con la misma soltura en cualquier tipo de pista, y esa cualidad también anida en el tenis del argentino David Nalbandián, triunfador del Masters Series de Madrid y en busca aún de un Grand Slam.
En el historial del jugador de Unquillo, sorprende no obstante que su palmarés contemple tan pocas victorias en torneos de ATP. Seis con esta tan brillante al vencer a Federer en tres sets, la primera en un Masters Series, completando una semana magnífica en la que fue capaz de derrotar a los tres mejores jugadores del mundo.
Nalbandián es un caso atípico. Destaca en su hoja de servicios la final de Wimbledon que disputó en 2002 contra el australiano Lleyton Hewitt. Su versátil tenis, basado en un contundente y sólido juego de fondo, un revés implacable a dos manos, además de un servicio convincente le hicieron entonces consolidarse en la elite, y aunque estuvo entre los cuatro primeros no pudo estabilizarse en una zona que quizás le corresponde, junto con Federer, Nadal y el serbio Novak Djokovic.
Capaz de lanzarse desde 152 metros haciendo “jumping” en Viena en octubre de 2004, o de nadar entre tiburones en Melbourne dos años antes, Nalbandián reúne en sus osadías una gran ambición que todavía no ha sido recompensada en los torneos denominados grandes.
David es tenista de origen armenio que se lo debe todo a su padre Norberto, al que se le ocurrió la idea de construir una pista de cemento en el jardín de la parte de atrás de su casa donde su hijo de solo cinco años comenzó a empuñar una raqueta.
Seguidor del River Plate y amante de los coches, fundó una escudería, Tango Rally Team, probablemente porque disfruta de las carreras desde muy pequeño, gracias a que una de las fechas del Mundial de ese deporte se disputa a pocos metros de su casa.
Pasando al tenis femenino, decir que ayer la belga Justine Henin, primera favorita del torneo de Zúrich, del circuito WTA y dotado con 940 mil euros en premios, se adjudicó la victoria sobre la francesa Tatiana Golovin, en el que es su noveno título del año, por un doble 6-4.
Con este triunfo, la jugadora belga aumenta a 20 el número de victorias que lleva conseguidas de forma consecutiva.
GAPARI
Pocos tenistas, a excepción del suizo Roger Federer, pueden vanagloriarse de poder actuar casi con la misma soltura en cualquier tipo de pista, y esa cualidad también anida en el tenis del argentino David Nalbandián, triunfador del Masters Series de Madrid y en busca aún de un Grand Slam.
En el historial del jugador de Unquillo, sorprende no obstante que su palmarés contemple tan pocas victorias en torneos de ATP. Seis con esta tan brillante al vencer a Federer en tres sets, la primera en un Masters Series, completando una semana magnífica en la que fue capaz de derrotar a los tres mejores jugadores del mundo.
Nalbandián es un caso atípico. Destaca en su hoja de servicios la final de Wimbledon que disputó en 2002 contra el australiano Lleyton Hewitt. Su versátil tenis, basado en un contundente y sólido juego de fondo, un revés implacable a dos manos, además de un servicio convincente le hicieron entonces consolidarse en la elite, y aunque estuvo entre los cuatro primeros no pudo estabilizarse en una zona que quizás le corresponde, junto con Federer, Nadal y el serbio Novak Djokovic.
Capaz de lanzarse desde 152 metros haciendo “jumping” en Viena en octubre de 2004, o de nadar entre tiburones en Melbourne dos años antes, Nalbandián reúne en sus osadías una gran ambición que todavía no ha sido recompensada en los torneos denominados grandes.
David es tenista de origen armenio que se lo debe todo a su padre Norberto, al que se le ocurrió la idea de construir una pista de cemento en el jardín de la parte de atrás de su casa donde su hijo de solo cinco años comenzó a empuñar una raqueta.
Seguidor del River Plate y amante de los coches, fundó una escudería, Tango Rally Team, probablemente porque disfruta de las carreras desde muy pequeño, gracias a que una de las fechas del Mundial de ese deporte se disputa a pocos metros de su casa.
Pasando al tenis femenino, decir que ayer la belga Justine Henin, primera favorita del torneo de Zúrich, del circuito WTA y dotado con 940 mil euros en premios, se adjudicó la victoria sobre la francesa Tatiana Golovin, en el que es su noveno título del año, por un doble 6-4.
Con este triunfo, la jugadora belga aumenta a 20 el número de victorias que lleva conseguidas de forma consecutiva.