Prepago... el pastel que todos quieren
Luis Valverde lvalverde@larepublica.net | Lunes 16 mayo, 2011
Cinco empresas irán por telefonía celular tradicional y 20 por Internet
Prepago… el pastel que todos quieren
En un año, servicio de pago anticipado ya alcanzó al postpago
Alvaro Delgado es un padre de familia promedio en Heredia. Su trabajo como comerciante le permite tener las facilidades sociales y económicas de cualquiera con ingresos medios. La Navidad pasada pudo cumplir el deseo de su hijo mayor, un colegial de 14 años que por meses le insistió en un teléfono celular como regalo.
La primera factura recuerda mientras hace un gesto indeciso entre risa y enfado fue de ¢16 mil. La deuda no se canceló toda de su bolsillo, varias semanas de ayuda obligatoria en la ruta de su padre, bajo la amenaza de no volver a ver su celular, le enseñaron a “Varo” (diminutivo de Alvaro, como también se llama el adolescente) que los recibos hay que pagarlos de alguna forma, y sobre todo a no sobrepasarse en llamadas a sus amigos.
La experiencia trajo una enseñanza adicional para Delgado, quien hace un mes decidió devolverle el celular a su hijo, esta vez con un chip prepago. Ahora “Varo” no tiene forma de sobrepasar los ¢1.000 semanales.
El control que tienen los clientes sobre sus gastos en telecomunicaciones ha hecho que la telefonía prepago sea la predilecta mundialmente. La tendencia es que un 80% de los usuarios la prefiera, dejando para los postpago el restante 20%.
Este es un promedio bien conocido en Costa Rica. Hace un año el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) puso a disposición del público las primeras líneas prepago; 12 meses después sus ventajas las han llevado a encontrarse en una posición de 50/50 con las postpago, de acuerdo con Claudio Bermúdez, subgerente de Telecomunicaciones de la entidad.
El Instituto calcula que tiene colmado cerca de un 65% del mercado celular, lo que dejaría un 35% abierto a las nuevas compañías. Mucho lo han cubierto extranjeros o inmigrantes que no podían tener un postpago, o bien gente que utilizaba el teléfono público y ahora prefiere un prepago.
Sin embargo, este porcentaje no es limitante, pues las nuevas empresas vienen con todo especialmente por este segmento. Así lo han confirmado los voceros de Claro y Telefónica.
Lo apetecible de este trozo del pastel celular también atrae a otros interesados. Virtualis S.A. y Cabletica S.A. que distribuirán teléfonos como operadores virtuales del ICE, se enfocarán también en servicios prepago.
Cabletica, que operará bajo la marca comercial Tuyo, de hecho ya tiene publicidad en transmisiones especiales como la final de fútbol, donde anuncia el pronto lanzamiento del servicio.
Por ello, el principal riesgo del ICE es que un porcentaje importante de sus clientes migre hacia una de las nuevas operadoras. Una encuesta del Centro Internacional de Política Económica de la Universidad Nacional estimó a principios de año que un 67% de los clientes de la entidad estaría dispuesto a cambiarse.
Para evitar una desbandada, la entidad ha fortalecido sus estrategias de mercadeo y promoción, pero aún debe mejorar la cobertura y calidad del servicio, aspectos señalados como debilidades recientemente por la Superintendencia de Telecomunicaciones.
El mercado celular abierto, o mediante concesión de frecuencias, es solo uno de los frentes que pondrán a pelear por un espacio a las distintas empresas interesadas. En él están las cinco antes mencionadas.
El otro flanco es el de la telefonía prepago, que utiliza Internet para comunicarse (Protocolo Internet o IP), y se enfoca en llamadas desde y hacia el extranjero.
Aquí, la Superintendencia reporta al menos 20 empresas que trabajarán en el acarreo de la señal, en ofrecer infraestructura para la terminación de llamadas (tráfico que ingresa desde el extranjero), o también en el origen (permitir llamadas desde Costa Rica).
Una de las que están más adelantadas en este segmento es Intertel Worldwide. La empresa ya anunció la salida al mercado de su marca “Coco”, y mediante un chip prepago el cliente podrá llamar a un costo 70% menor a una llamada normal a otros países.
“Nosotros trabajamos en origen y terminación. Tenemos un competidor claro: vamos 100% contra el ICE”, dijo Federico Guardia, gerente de Intertel Worldwide.
En este segmento, la competencia directa de estas empresas es el servicio de roaming del Instituto. Al respecto, sus voceros han manifestado que aplicarán una estrategia para abaratar los costos en este campo, pero hasta el momento es poco lo que se ha hecho.
En ese sentido, cálculos de la firma Signals Telecom Consulting, estiman que el Instituto perderá al menos un 80% de los ingresos por roaming en los próximos cinco años.
Mientras se produce todo este reacomodo en el mercado celular costarricense, Delgado y su hijo “Varo” no cierran las puertas a las nuevas opciones que presentará el mercado antes de finalizar el año.
“Dicen que van a regalar minutos, que se puede llamar gratis a ciertos números… vamos a ver cuál es el que más conviene”, dice Delgado, mientras recuerda la petición de regalo que desde ya le hizo su hija Karla de diez años, para la siguiente Navidad.
Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net
Prepago… el pastel que todos quieren
En un año, servicio de pago anticipado ya alcanzó al postpago
Alvaro Delgado es un padre de familia promedio en Heredia. Su trabajo como comerciante le permite tener las facilidades sociales y económicas de cualquiera con ingresos medios. La Navidad pasada pudo cumplir el deseo de su hijo mayor, un colegial de 14 años que por meses le insistió en un teléfono celular como regalo.
La primera factura recuerda mientras hace un gesto indeciso entre risa y enfado fue de ¢16 mil. La deuda no se canceló toda de su bolsillo, varias semanas de ayuda obligatoria en la ruta de su padre, bajo la amenaza de no volver a ver su celular, le enseñaron a “Varo” (diminutivo de Alvaro, como también se llama el adolescente) que los recibos hay que pagarlos de alguna forma, y sobre todo a no sobrepasarse en llamadas a sus amigos.
La experiencia trajo una enseñanza adicional para Delgado, quien hace un mes decidió devolverle el celular a su hijo, esta vez con un chip prepago. Ahora “Varo” no tiene forma de sobrepasar los ¢1.000 semanales.
El control que tienen los clientes sobre sus gastos en telecomunicaciones ha hecho que la telefonía prepago sea la predilecta mundialmente. La tendencia es que un 80% de los usuarios la prefiera, dejando para los postpago el restante 20%.
Este es un promedio bien conocido en Costa Rica. Hace un año el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) puso a disposición del público las primeras líneas prepago; 12 meses después sus ventajas las han llevado a encontrarse en una posición de 50/50 con las postpago, de acuerdo con Claudio Bermúdez, subgerente de Telecomunicaciones de la entidad.
El Instituto calcula que tiene colmado cerca de un 65% del mercado celular, lo que dejaría un 35% abierto a las nuevas compañías. Mucho lo han cubierto extranjeros o inmigrantes que no podían tener un postpago, o bien gente que utilizaba el teléfono público y ahora prefiere un prepago.
Sin embargo, este porcentaje no es limitante, pues las nuevas empresas vienen con todo especialmente por este segmento. Así lo han confirmado los voceros de Claro y Telefónica.
Lo apetecible de este trozo del pastel celular también atrae a otros interesados. Virtualis S.A. y Cabletica S.A. que distribuirán teléfonos como operadores virtuales del ICE, se enfocarán también en servicios prepago.
Cabletica, que operará bajo la marca comercial Tuyo, de hecho ya tiene publicidad en transmisiones especiales como la final de fútbol, donde anuncia el pronto lanzamiento del servicio.
Por ello, el principal riesgo del ICE es que un porcentaje importante de sus clientes migre hacia una de las nuevas operadoras. Una encuesta del Centro Internacional de Política Económica de la Universidad Nacional estimó a principios de año que un 67% de los clientes de la entidad estaría dispuesto a cambiarse.
Para evitar una desbandada, la entidad ha fortalecido sus estrategias de mercadeo y promoción, pero aún debe mejorar la cobertura y calidad del servicio, aspectos señalados como debilidades recientemente por la Superintendencia de Telecomunicaciones.
El mercado celular abierto, o mediante concesión de frecuencias, es solo uno de los frentes que pondrán a pelear por un espacio a las distintas empresas interesadas. En él están las cinco antes mencionadas.
El otro flanco es el de la telefonía prepago, que utiliza Internet para comunicarse (Protocolo Internet o IP), y se enfoca en llamadas desde y hacia el extranjero.
Aquí, la Superintendencia reporta al menos 20 empresas que trabajarán en el acarreo de la señal, en ofrecer infraestructura para la terminación de llamadas (tráfico que ingresa desde el extranjero), o también en el origen (permitir llamadas desde Costa Rica).
Una de las que están más adelantadas en este segmento es Intertel Worldwide. La empresa ya anunció la salida al mercado de su marca “Coco”, y mediante un chip prepago el cliente podrá llamar a un costo 70% menor a una llamada normal a otros países.
“Nosotros trabajamos en origen y terminación. Tenemos un competidor claro: vamos 100% contra el ICE”, dijo Federico Guardia, gerente de Intertel Worldwide.
En este segmento, la competencia directa de estas empresas es el servicio de roaming del Instituto. Al respecto, sus voceros han manifestado que aplicarán una estrategia para abaratar los costos en este campo, pero hasta el momento es poco lo que se ha hecho.
En ese sentido, cálculos de la firma Signals Telecom Consulting, estiman que el Instituto perderá al menos un 80% de los ingresos por roaming en los próximos cinco años.
Mientras se produce todo este reacomodo en el mercado celular costarricense, Delgado y su hijo “Varo” no cierran las puertas a las nuevas opciones que presentará el mercado antes de finalizar el año.
“Dicen que van a regalar minutos, que se puede llamar gratis a ciertos números… vamos a ver cuál es el que más conviene”, dice Delgado, mientras recuerda la petición de regalo que desde ya le hizo su hija Karla de diez años, para la siguiente Navidad.
Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net