Presidencia garrotea económicamente a los porteños, en vez de beneficiarlos
Ricardo Trujillo gerencia@fibrotel.cr | Viernes 07 julio, 2023
Ricardo Trujillo Molina
MScEE
gerencia@fibrotel.cr
La reciente alza del 10% en las tarifas eléctricas para las zonas mas soleadas del país, las zonas portuarias de Puntarenas y Limón, precisamente las que atiende el ICE con el servicio de distribución, no puede sino interpretarse como un verdadero garrotazo económico o un verdadero olvido para con los pobladores más pobres de nuestro país, a los mas ilusionados con las promesas presidenciales de la última campaña política, a los ciudadanos que le confiaron su voto al actual presidente y que esperaban mejor trato de su parte.
De nada servirán las leyes y esfuerzos de atracción de inversiones para las zonas alejadas de la GAM, de nada servirá el cese de contrato del ejecutivo hacia CINDE cuya labor será asumida más eficientemente por el ejecutivo, de nada servirán las promesas de ayuda para nuestros porteños, el alza en tarifas eléctricas es efectiva desde el primero de julio, y ya afecta a los hogares de esas soleadas zonas del país, lo demás son quimeras y sueños húmedos de ayuda para la generación de empleo de esas ciudades puerto.
Es verdaderamente inconcebible que las zonas más irradiadas de energía solar del país, las que podrían incluso ser independientes del ICE, tengan que pagar los platos rotos de los errores de la planificación del ICE en no haber previsto la suficiente potencia en plantas de energía renovable para la época mas seca del ano, la de los últimos tres meses. Ahora los porteños tendrán que pagar SOLIDARIAMENTE como lo exige el obsoleto modelo eléctrico, bendecido y defendido a muerte por los supuestos defensores populistas del frente amplio, las tortas de índole económica en las que se metió su adorado, pero sumamente esquilmado ente eléctrico. A pagar se ha dicho, dos o tres mil colones mensuales más para los consumos menores, pero diez a quince mil colones para los consumos de clase media. A pagar el incremento en el costo de la luz eléctrica generada con sol en El Salvador y con bunker gringo en Panamá y aquí mismo en Costa Rica, pero a costa de disminuir posiblemente algo menos de comida, ya que los salarios no van a subir ni lo han hecho desde la pasada pandemia, ni de la reciente ola inflacionaria de precios.
El señor presidente Chávez no puede ignorar que esta alza se veía venir desde hace meses, desde que el ICE comenzó a importar en marzo, casi el 20% de casi toda la energía eléctrica que demandaban sus abonados. El señor presidente no pudo ignorar que RECOPE comenzó a importar mas bunker que lo normal para abastecer con suficiente tiempo a la planta térmica del ICE en garabito Puntarenas. Ya el ICE le había solicitado a la ARESEP que no redujese tarifas al entrar el tercer trimestre, sino que las dejara invariables, pues el factor térmico seria de gran peso en esos futuros meses. Incluso ahora el ICE se da el aspaviento de negar que su petición no fue de alza tarifaria, sino que provino de ARESEP. Una bronca de estas no pasa desapercibida por el radar de casa presidencial pues afectara a los siempre engañados electoralmente porteños.
Los puntarenenses y limonenses no se merecían ese desprecio del presidente Chávez y menos su garrotazo económico, no en estos precisos momentos que pasan por una situación sumamente critica que amerita todo el esfuerzo del ejecutivo para generar empleo en dichas zonas.
Nada generaría mas empleo en los puertos que una rebaja en las tarifas eléctricas, un gran desahogo al riguroso alto pago mensual por la electricidad que demandan sus abanicos y aires acondicionados.
Con bajas tarifas eléctricas, con dispensa de impuestos, esas zonas serian meca de comercio y producción, en especial en la industria pesquera que por cierto requiere de miles de toneladas de hielo y de frio para mantener el producto del mar. No solo la producción de víveres agrícolas requiere de reducción del IVA al 1% como ocurrió hace dos días, también lo amerita la industria pesquera.
Puntarenas seria una meca pesquera como lo es el callao o Valparaíso en Perú y Chile respectivamente, si el gobierno decidiese convertirlo en una verdadera zona franca pesquera para los grandes barcos atuneros que faenan frente a nuestras costas y que podrían descargar aquí sus bodegas en vez de volver a sus puertos sedes a 8 mil kilómetros de distancia y a 3 o 4 semanas de tiempo. Tendríamos el pescado mas barato del continente en nuestros mercados.
Puntarenas adicionalmente seria la ciudad con la electricidad mas barata de todo el continente gracias a su energía solar gratis y que podría convertir en electricidad con la actual tecnología fotovoltaica, la de los paneles solares sobre los techos que usan todos los abonados rurales de la montaña, olvidados por el ICE desde hace mas de dos décadas.
Las zonas menos afectadas por la reciente alza tarifaria son aquellas que su servicio eléctrico a nivel de distribución está siendo mitigado por generación solar, en especial las de coopeguanacaste y coopelesca. Las demás empresas eléctricas del país tendrán que pagar más por la generación de energía con fuentes no renovables a la que se ha visto obligado el ICE a producir por falta de planificación como es su obligación, por errores de cálculo como lo especuló LA NACION, por intereses de sus funcionarios como yo lo sospecho o por la rigidez del actual modelo eléctrico como siempre lo afirma la ARESEP.
Hace unos pocos meses esas empresas a través de la CEDET se quejaban contra el proyecto de ley 22,009 o ley para la generación eléctrica distribuida porque consideraban erróneamente que los abonados competirían con su negocio de venta de energía al producirla mas barata. Hoy callan ante el alza que implica pagarle al ICE por el bunker gringo importado y por la energía solar convertida en electricidad en Panamá y El Salvador a las horas del mediodía y de la temporada seca del año, las horas del mas alto costo marginal de la generación eléctrica aquí y en todo el mundo.
Despierten porteños, manifiesten su enojo, o sigan sufriendo las penurias económicas que no se merecen o de las promesas de campaña presidencial que siempre les ofrecen.