¿Qué hay para rescatar del fallido planteamiento al FMI en materia de impuestos?
Ronny Gudiño ronnygudino.asesor@larepublica.net | Viernes 23 octubre, 2020 08:34 a. m.
La mesa de diálogo se retoma para, quizás, tener una propuesta más robusta y balanceada al FMI, pero, ¿hay algo que se pueda rescatar del planteamiento original que iba a hacer el gobierno de Carlos Alvarado?
Sobre este tema habló con LA REPÚBLICA Édgar Robles, economista de Ecoanálisis.
De la propuesta inicial del gobierno que planeaban dar al FMI, ¿qué aspectos en materia de impuestos de ninguna manera debían haberse propuesto y por qué?
El impuesto a las transferencias bancarias es un impuesto que debe desecharse pues es más el daño que causa y es muy poca o nula la capacidad de recaudación.
O sea, al perderse trazabilidad con el uso de efectivo, se pierde recaudación por impuestos asociados a las ventas y a la renta.
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Por el lado del mercado financiero, lo que produce es una destrucción de las inversiones de corto plazo y eso llevará a un incremento sustancial en el costo de financiamiento de la deuda para el gobierno, lo que implica que el gobierno se está pegando un balazo en el pie.
El caso del impuesto sobre las propiedades, ya incluso varias municipalidades han indicado que no existe la posibilidad de implementar ese impuesto pues una importante cantidad de contribuyentes no tendría la capacidad de pago, lo que atentaría contra el principio de no confiscatoriedad indicado por el Sala Constitucional.
¿Cuáles deben mantenerse o quizás sufrir leves modificaciones?
Quizá el único rescatable es retomar el impuesto sobre la renta, pero más que centrarse en tasas, la recomendación sería considerar como renta imponible los ingresos de empresas que hoy están exentas del pago de ese impuesto, haciendo la salvedad de los salarios más elevados, tal y como se explicó anteriormente.
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El otro impuesto que debe replantearse es el que pesa sobre las propiedades pues tal y como está estructurado podría tener una fuerte incidencia sobre el costo de los alquileres de viviendas, y el costarricense medio no está en capacidad de hacerle frente a un impuesto de este tipo.
Debemos recordar que el 25% de la población está desempleada y otro 25% subempleada, o sea, existen serios problemas para la generación de ingresos en las familias costarricenses.
