¿Qué necesita Liberación Nacional, un temblor o sismo, o un terremoto?
Vladimir de la Cruz vladimirdelacruz@hotmail.com | Miércoles 10 agosto, 2022
El Partido Liberación Nacional, fundado el 12 de octubre de 1951, con sus 71 años de existencia, es el partido político activo más antiguo del país. Su paso lo ha hecho partido gobernante en nueve de 18 Gobiernos, 1953, 1962, 1970, 1974, 1982, 1986, 1994, 2006 y 2010, que han habido desde entonces, incluyendo el actual. Los otros nueve gobiernos se han repartido en tres coaliciones políticas anti liberacionistas, 1958, 1966 y 1978, tres gobiernos socialcristianos, 1990, 1998 y 2002, dos gobiernos del Partido Acción Ciudadana, 2014 y 2018 y un gobierno del actual Partido Progreso Social Democrático.
Liberación Nacional ha tenido diputados en todas las 18 Asambleas Legislativas que se han electo, desde 1953, y han tenido mayorías en los Consejos Municipales y Distritales, excepto cuando la Unidad Social Cristiana ha gobernado.
Hasta 1998 Liberación Nacional compartió la mayoría parlamentaria con las coaliciones electas y con el Partido Unidad Social Cristiana. Esto dio origen al llamado bipartidismo nacional, expresado en dos partidos que ejercían el gobierno, lo que llegó hasta el Gobierno de Laura Chinchilla, en el 2010, y a esos mismos partidos que hasta 1998 prácticamente dominaban la mayoría legislativa, lo que les permitía llegar a acuerdos políticos que facilitaban la gobernabilidad nacional, prácticamente sin tomar en cuenta a las otras fracciones legislativas, lo que empezó a cambiar a partir de 1998, cuando se ha hecho más necesario el concurso de varias fracciones legislativas para acuerdos parlamentarios importantes, sin que se haya desarrollado en el país una cultura política, una educación política, de acuerdos nacionales y de coaliciones políticas para lograr estos acuerdos nacionales. De hecho estos acuerdos así logrados son de ocasión, ad hoc.
A nivel presidencial pasamos de un bipartidismo clásico, donde solo dos partidos gobernaban el Poder Ejecutivo, a un tetra partidismo, donde cuatro partidos han gobernado.
A nivel presidencial siempre ha habido al menos dos partidos políticos participando en elecciones, como en 1953 y 1966, tres partidos en 1958 y cuatro o más partidos desde 1962 hasta 26 partidos en la elección del 2022.
A nivel parlamentario siempre han habido varios partidos representados en la Asamblea Legislativa. No menos de cuatro y hasta ocho partidos han tenido diputados desde 1953. En 17 de los 18 Congresos legislativos Liberación Nacional ha tenido el mayor número de diputados. En siete ocasiones ha tenido desde 28 hasta 33 diputados. En una ocasión, 1990, la Unidad Social Cristiana obtuvo los 29 diputados. Liberación Nacional cuando menos diputados ha tenido es 17.
Desde estos simples datos es innegable el impacto que ha tenido en el desarrollo político, económico, institucional, educativo, cultural, social, en el bienestar y calidad de vida, en el desarrollo de las clases medias y otros sectores sociales, que desde 1948, tomando en cuenta los Decretos Leyes de la Junta de Gobierno, se ha alcanzado en el país, hasta 1978 incluso el desarrollo del llamado Estado Social de Derecho.
Paradójicamente, a partir de ese momento, 1978, empezó también a debilitarse este Estado Social de Derecho, con la desestructuración institucional, la privatización de instituciones públicas que empezó con el Gobierno de Rodrigo Carazo, con los Planes de Ajuste Estructural, que siguieron, con la política de Tratados de Libre Comercio y del proceso de globalización impulsado desde 1990 hasta hoy, cuando se avanza hacia el debilitamiento de la legislación social y laboral en general.
Puesto así el panorama electoral de participación de Liberación Nacional en la vida política del país, apreciamos una primera época, que en el contexto de la Guerra Fría, levantó banderas sociales, en contraposición del desarrollo de partidos de izquierda, ilegalizados desde 1948 hasta 1975, y en confrontación a su presencia fáctica desde 1970 hasta finales de la década de 1980, cuando los partidos de la izquierda histórica más importantes prácticamente se fragmentaron y disolvieron desapareciendo como fuerzas políticas y electorales.
El contexto de la Guerra Fría condujo a desarrollar partidos políticos adheridos a teorías políticas, a planteamientos políticos programáticos que se expresaban en objetivos políticos de modelos o sistemas políticos a alcanzar. La confrontación socialismo capitalismo contribuyó en esto.
Las banderas sociales estaban a la altura de cuál proyecto político, encarnado en los partidos políticos, podía satisfacer mejor las condiciones de vida y de trabajo de las mayorías sociales, en definir cuál sistema político podía lograr mayor bienestar y felicidad social.
Con este propósito los partidos políticos se preocupaban de preparar líderes políticos desde la juventud y desde el estudiantado, de manera permanente. Escuelas de capacitación y formación política existían en el país, y en el extranjero, para ir logrando esta formación de dirigentes partidarios. La izquierda histórica impulsó así la formación de sus cuadros políticos, igual lo hizo Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana. Liberación Nacional identificándose con la socialdemocracia como plataforma programática, política o ideológica, la izquierda histórica con el marxismo leninismo y otros grupos con el trotskismo, la Unidad Social Cristiana con los valores social cristianos de la Iglesia Católica y su llamada Doctrina Social.
Con la caída y desintegración de los países socialistas, y del llamado Sistema Socialista Mundial, desapareció el contexto de la Guerra Fría, y con ello también cayeron los elementos confrontativos, en lo político, hasta entonces dominantes, y los partidos políticos debilitaron, y hasta hicieron desaparecer, las instancias que tenían de formación de liderazgos partidarios, deviniendo también un debilitamiento justificativo de los planteamientos programáticos de los partidos. Así se abandonó la justificación y existencia partidaria vinculada a las doctrinas y planteamientos teórico políticos en los que se formaban los dirigentes partidarios. En su lugar aparecieron, de hecho, como “líderes” los personajes que iban siendo electos en las municipalidades o en las diputaciones, sin una proyección nacional, y totalmente “descerebrados”, ignorantes totales de la teoría o doctrina política que justificaba a cada partido, además desarticulados de sus bases partidarias reales. Por ello, en un partido como Liberación Nacional se arriaron las banderas socialdemócratas.
Esta situación ha hecho que electoralmente hayan aparecido otros partidos que se identifican con la “social democracia” a secas. El propio partido que llevó al actual Presidente, llamado Partido Progreso Social Democrático, es uno de ellos, quitándole la bandera Social Democrática, a Liberación Nacional, sin que, creo no equivocarme, el Presidente de la República, ni sus diputados electos, sepan ni al ABC de la socialdemocracia.
La socialdemocracia nacional liberacionista se asocia al Centro de Estudios para los Problemas Nacionales, a las influencias internacionales socialdemócratas de Víctor Raúl Haya de la Torre, de la socialdemocracia europea desde Eduardo Bernstein y los partidos socialdemócratas que impulsaron la Internacional Socialista Social Demócrata, de la cual Liberación Nacional ha sido miembro, y algunos de sus dirigentes formaron parte de ese organismo internacional en su dirección política. Se asocia también a Rodrigo Facio y su pensamiento recogido en sus textos. Otra fuente inspiradora en Liberación Nacional fue el pensamiento político liberal de los Estados Unidos. Daniel Oduber reconocía también a José Batle Ordoñez, a José Figueres y Rómulo Betancourt entre otros. Para mí los más representativos dentro de Liberación Nacional de la socialdemocracia han sido Daniel Oduber y Enrique Obregón Valverde.
Era usual que Liberación Nacional publicara los discursos de sus Presidentes. De manera sistemática lo hicieron José Figueres, Daniel Oduber, Luis Alberto Monge, José María Figueres y el más pulido en esto fue Oscar Arias Sánchez. A algunos de sus dirigentes nacionales y parlamentarios se les publicaron sus discursos. Esto se abandonó.
Los liderazgos en Liberación Nacional tuvieron que ver con sus fundadores, José Figueres, Daniel Oduber, Francisco Orlich, Luis Alberto Monge. Sus liderazgos se cuestionaron cuando se enfrentaron a Oscar Arias en la década de 1980, levantándose como el líder indiscutible a partir de ese momento, fortalecido con su Premio Nobel.
El cuestionamiento a esos liderazgos históricos culminó cuando el 12 de octubre de 1991, en una reunión partidaria, prácticamente mataron a su gran dirigente, Daniel Oduber, limitándole su participación, obligándole a retirarse de la Asamblea, y al día siguiente Oduber falleció, profundamente dolido de lo sucedido.
Los candidatos presidenciales de Liberación Nacional, desde la elección 1990, no se desarrollaron como grandes líderes partidarios, aun cuando ocuparon importantes puestos de la estructura partidaria.
Exceptuando a José Figueres, de los líderes históricos, ninguno desarrolló una corriente política propia, orlichismo, oduberismo, mongismo. Solo Oscar Arias, el arismo, que ha tenido una expresión en este sentido que cada vez se desdibuja más quedándose el Presidente Arias como el más representativo personaje del Oráculo liberacionista, cuando no representa solo el Oráculo de Rohmoser.
Los candidatos presidenciales liberacionistas fallidos, Carlos Manuel Castillo (1990), José Miguel Corrales (1998), Rolando Araya (2002), Johnny Araya (2014), Antonio Alvarez Desanti (2018) y en cierta forma el mismo José María Figueres (2022), no se constituyeron en los líderes partidarios poderosos y robustos que contribuyeran a darle cuerpo al Partido Liberación Nacional. Fueron en la práctica tan solo los candidatos ocasionales de esos procesos electorales.
Oscar Arias con su segunda Presidencia se convirtió en el más importante “dirigente” liberacionista de la actualidad, como libre pensador de ese Partido. Laura Chinchilla que le sucedió en la Presidencia no se convirtió en la dirigente partidaria que pudo ser, ni desarrolló a su alrededor suyo un corriente interna, aunque se ha mantenido como una voz de opinión interna para un sector liberacionista.
Frente a la crisis interna que siguió a la derrota electoral de José María Figueres, asociada a los escándalos asociados al diputado Gustavo Viales, Secretario General del Partido Liberación, y los intentos fallidos de convocar las instancias partidarias para evaluar el proceso electoral y la situación de la Secretaría General, la Presidenta Laura Chinchilla presentó, e hizo pública, la renuncia a su militancia o pertenencia al Partido Liberación Nacional, acto que sí ha provocado un cisma interno que rectificó las decisiones adoptadas convocando a la Asamblea Nacional, provocando la renuncia de Viales y un movimiento “renovador” dentro de Liberación, sin que se visualice con claridad hacia dónde se quiere dirigir al Partido, si se quieren realizar los cambios estatutarios que le den fuerza a los organismos nacionales contra las acciones usurpadoras de los alcaldes y sus estructuras municipalistas que lo tomaron. Laura se convirtió en el epicentro, donde confluyeron las distintas ondas sísmicas que estaban propagándose en Liberación Nacional. El epicentro es tan solo el punto donde se exhiben, en la superficie de la tierra, las ondas generadas en el foco, en el epifoco, donde se inicia la liberación de la energía. El temblor o sismo no ocasiona daños importantes, el terremoto sí produce daños. ¿Qué necesita Liberación Nacional, un temblor o sismo, o un terremoto llamado Laura?
La realización de esos actos probablemente logre definir lo que será el futuro Partido Liberación Nacional. Si no tendrán que cambiar el viejo corrido, de Carmen Granados, a Pepe Figueres, que ha sido entonado como un Himno de guerra liberacionista por la canción Viajera, de Luis Alcaraz, cuya letra dice:
Viajera que vas, por cielo y por mar,
Dejando en los corazones
Latir de pasión, vibrar de canción,
Y luego mil decepciones.
A mi me tocó, quererte también
Besarte y después perderte.
Dios quiera que al fin te canses de andar
Y entonces quieras quedarte.
No sé qué será sin verte
No sé qué vendrá después
No sé si podré olvidarte
No sé si me moriré.
Mi luna y mi sol irán tras de ti
Unidos con mis canciones
Diciéndote ven regresa otra vez
No rompas más corazones.
No sé qué será sin verte
No sé qué vendrá después
No sé si podré olvidarte
No sé si me moriré.
Mi luna y mi sol irán tras de ti
Unidos con mis canciones
Diciéndote ven regresa otra vez
No rompas más corazones.