¿Qué dejó la Copa?

Con las manos vacías regresó, una vez más, la Selección Nacional de Estados Unidos

Desde 1991, que se juega la Copa Oro, ha sido un torneo de cualquier cosa menos de Oro para Costa Rica. Salvo en 2001 cuando bajo el mando de Alexandre Guimaraes se rozó la gloria, llegando a la final.
Un año sí y el otro también se viaja con mucha expectativa, sin importar quién sea el técnico de turno, para al final, ya ni siquiera acceder a las semifinales, y regresar a Costa Rica con las manos vacías.
Y para peores, si en el camino aparece la selección de Honduras, al menos a nivel de Copa Oro, existe casi seguridad total de que la derrota será el desenlace, tal y como sucedió esta vez.
Aunque la meta principal de la selección es clasificar al Mundial de Brasil 2014, desde que se salió se dejó claro que la meta era competir, o sea, ganarla.
“Con seguridad les digo que no vamos a probar, ni ver a nadie, vamos a competir y el que entre tendrá que jugarse la vida. La Copa Oro no es para mirar jugadores, es para competir, por eso hoy me enfoco en la Copa y no en la eliminatoria, cuando terminemos la Copa Oro volveremos a enfocarnos en la eliminatoria”, aseveró el técnico.
Esas declaraciones las dio Jorge Luis Pinto antes de salir a Estados Unidos, por lo que al final fracasó en el objetivo.
Los resultados y el desempeño de la nacional fueron malos. Se le ganó a Cuba, siendo el equipo que menos goles le hizo, lo mismo que ante Belice, al que solo se le venció por 1 a 0, con un autogol.
“Estamos empezando a cumplir con nuestros objetivos, porque nuestro objetivo es llegar a la final, estamos empezando a cumplir con eso… me gustó el primer paso, porque es un primer paso de nuestro objetivo final. Como en todo, hay cosas muy buenas, el triunfo fue determinante, se ganó bien, pero hay detallitos que mejorar”.
Eso dijo el técnico colombiano luego del primer compromiso, en el que volvió a recalcar que era momento de ir a ganar la Copa Oro y que se iba por buen camino, reconociendo que había que mejorar, algo que al final no se logró.
Todos los demás rivales de los beliceños, incluyendo a Cuba, no les marcaron menos de cuatro anotaciones, lo que destiñe aún más la victoria tica.
Esos son dos rivales de muy poco nivel, quien ni siquiera se encuentran en fase hexagonal de las eliminatorias mundialistas y ante las que Costa Rica, pese a ganar, dejó una mala imagen.
Luego tocó medirse ante el primer rival de un nivel alto, como lo era Estados Unidos, que acudió al certamen con un cuadro más que alternativo, pero que le alcanzó para dejar tendido a Costa Rica.
El juego calculador y defensivo reapareció, la línea de cinco defensores, que por razones obvias no estuvo ante Cuba ni Belice, también, y el resultado no se hizo esperar, Estados Unidos 1 Costa Rica 0.
El planteamiento defensivo demostró que es bueno, es más, sin duda lo mejor de Costa Rica, y solo fue superado con un mortal contragolpe en la misma agonía del compromiso que no dio tiempo de reaccionar, ni siquiera cuando se contó con dos acciones de balón parado, que es lo mejor en ofensiva que tiene la Tricolor.
Llegó el momento de los cuartos de final. Honduras al frente, mal primer tiempo, poca propuesta ofensiva, un gol en los inicios de la complementaria y listo, partido liquidado, porque Costa Rica no tiene gol.
Ante el otro rival de peso, el resultado fue negativo, como el saldo de Costa Rica, que vuelve con dos triunfos, dos derrotas y muy poco que festejar.
“Como equipo competitivo siempre vamos a querer ganar, la Copa Oro, claro que es importante y vamos a luchar por traernos el campeonato, pero no debemos perder de vista que la Copa Oro no es la que nos va a llevar al Mundial, el ganar este torneo nos puede servir como una gran motivación para seguir adelante y trabajando por nuestro gran objetivo… que es el Mundial, Brasil 2014”. Así pensaba Giancarlo González, antes de viajar.

Cristian Williams
cwilliams@larepublica.net