¡Que duerma bien!
Carmen Juncos cjuncos@larepublica.net | Lunes 21 marzo, 2011
Con Sumo
¡Que duerma bien!
Pierre Maquet, un experto en neurología cognitiva de la Universidad de Lieja, en Bélgica, que publica los resultados de sus investigaciones en la revista Science, sostiene que algunos grupos de neuronas que se activan durante el aprendizaje vuelven a entrar en funcionamiento durante el sueño. Es decir, que si queremos que algún conocimiento se fije mejor en nuestro cerebro, no debemos dejar de dormir las siete u ocho horas diarias que se recomienda a los adultos.
Sin embargo, son muchos los estudiantes que el día antes a un examen pasan la noche tratando de aprender todo a último momento y no es raro que luego consuman cafeína para tratar de mantenerse despiertos en el día. Son hábitos dañinos que se pueden adquirir casi sin darse cuenta. Quizás lo que falta es agregar un componente a los hábitos saludables de comer sano y hacer ejercicio físico: dormir las horas necesarias. Con ello se pueden recibir los beneficios de los procesos que se realizan en el cerebro durante el sueño.
A pesar de esto, pareciera evidente que hay demasiada gente durmiendo poco. ¿Estarán muchos adultos enseñando con su ejemplo malos hábitos de sueño a los menores?
Algunos especialistas aseguran que los niños de la sociedad actual duermen menos horas de las recomendadas y que las consecuencias son disminución de la concentración, menor control de los impulsos, conductas agresivas y hasta se pueden afectar el crecimiento y el sistema inmunológico.
Así las cosas, es bueno tomar conciencia de que el consumo de ciertas bebidas y malos hábitos de sueño nos pueden conducir a problemas de salud, de conducta y a bajar nuestro rendimiento.
Carmen Juncos
cjuncos@larepublica.net
¡Que duerma bien!
Pierre Maquet, un experto en neurología cognitiva de la Universidad de Lieja, en Bélgica, que publica los resultados de sus investigaciones en la revista Science, sostiene que algunos grupos de neuronas que se activan durante el aprendizaje vuelven a entrar en funcionamiento durante el sueño. Es decir, que si queremos que algún conocimiento se fije mejor en nuestro cerebro, no debemos dejar de dormir las siete u ocho horas diarias que se recomienda a los adultos.
Sin embargo, son muchos los estudiantes que el día antes a un examen pasan la noche tratando de aprender todo a último momento y no es raro que luego consuman cafeína para tratar de mantenerse despiertos en el día. Son hábitos dañinos que se pueden adquirir casi sin darse cuenta. Quizás lo que falta es agregar un componente a los hábitos saludables de comer sano y hacer ejercicio físico: dormir las horas necesarias. Con ello se pueden recibir los beneficios de los procesos que se realizan en el cerebro durante el sueño.
A pesar de esto, pareciera evidente que hay demasiada gente durmiendo poco. ¿Estarán muchos adultos enseñando con su ejemplo malos hábitos de sueño a los menores?
Algunos especialistas aseguran que los niños de la sociedad actual duermen menos horas de las recomendadas y que las consecuencias son disminución de la concentración, menor control de los impulsos, conductas agresivas y hasta se pueden afectar el crecimiento y el sistema inmunológico.
Así las cosas, es bueno tomar conciencia de que el consumo de ciertas bebidas y malos hábitos de sueño nos pueden conducir a problemas de salud, de conducta y a bajar nuestro rendimiento.
Carmen Juncos
cjuncos@larepublica.net