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Querido Santa

Tomas Nassar tnassar@nassarabogados.com | Jueves 25 diciembre, 2008


Vericuetos: Tomás Nassar

Querido Santa

Estuve esperando todo el año a ver si me traías aunque fuera alguito de lo que te pedí el año pasado.
No es que sea rencoroso y mucho menos con vos, que tantas cosas me has traído en la vida, pero francamente me parece que o no leíste la carta, o estás fatal del Alzheimer o, simplemente te pedí cosas tan difíciles de traer que, aun a vos siendo santo se te hizo imposible cumplir mis deseos. Por cierto, ahora que lo pienso, no sé por qué te dicen “Santa” si sos “Santo”. ¿Verdad? No creo que tenga que ver con eso de la igualdad real porque no se me hace que en el Polo Norte haya tantos problemas de género. Yo sé que lo hacen solo para chotearte y no por ninguna otra cosa. No vaya a ser que ahora salga alguien diciendo que es por esto o por aquello. Por favor no cambiés, aunque no me traigás nada.
Bueno, como te dije en mi carta del año pasado, no te iba a pedir que se acabara la injusticia, la pobreza y la enfermedad, ni que todos viviéramos en paz, que pudiéramos comer todos los días o que hubiera salud, educación y un techo para todos, sobre todo para los chiquitos y los viejitos. Mucho pedir, ¿verdad?
Te pedí, eso sí, que se nos cumplieran las ilusiones a todos. Claro que no sabría cuáles porque somos un montón y no me las sé todas, pero se supone que vos sí sabés que quiere cada uno, aunque hayan muchos que no te escriban. De todas maneras, yo pienso que todos queremos casi lo mismo ¿o no? Bueno, sí es cierto que hay los que quieren cosas más difíciles, mucho más caras, o que a mí me daría vergüenza pedirte, pero con esos podés hacerte el ruso porque la verdad ni siquiera creen que existís, ni esperan que les traigás algo.
Yo sé que este año me trajiste trabajo y salud, que mantuviste a mi familia unida, que ganó Obama y que ya eso es más que suficiente. No quiero que vayás a pensar también que soy un malagradecido.
Lo que pasa es que no entiendo por qué seguís sin traerme las otras cosas que son también muy importantes. De por sí no es mucho ni tan difícil para vos ¿O sí? Que te costaba que se acabara la delincuencia, parar la matadera de gente todos los días, que metan a todos los maleantes a la cárcel, que renuncie Hugo Chaves, que los diputados trabajen, que en la Caja atiendan rápido a los enfermos, que los empleados públicos sean más conscientes, que los políticos sean menos … (vos sabés lo que estoy pensando)… y que los empresarios sean más solidarios y más buenos con los demás.
¿Ves que no es mucho? Menos para vos tan influyente y con los contactos que tenés. Llamate por favor a los de arriba, los que gobiernan, y deciles que de ahora en adelante tienen que dejar de gastar en tonteras y ponerle más cuidado a lo importante; que abran los ojos, porque como va la cosa cuchillo para su pescuezo, que después no se quejen y que vuelvan a ver el vecindario lo mal que está, para que vean lo que nos puede pasar si no se cambian muchas cosas. Deciles que cuiden el planeta que se nos va a acabar y entonces sí; que se pongan las pilas y que vean a ver qué hacen, que si siguen destruyendo el mundo con vos no cuenten, porque allá donde vivís ya está haciendo mucho calor y además, no hay cama pa tanta gente.

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