Rato se despide de miembros de FMI
| Martes 23 octubre, 2007
Rato se despide de miembros de FMI
Español abandonará la dirección del organismo multilateral en noviembre
Washington
EFE
Rodrigo Rato, director gerente del FMI, dijo ayer que haber dirigido esa institución ha sido uno de los honores más grandes de su vida, en su despedida oficial de los 185 países miembros de la institución, entre el misterio sobre qué hará una vez vuelva a España.
Por última vez, Rato se colocó ayer tras el atril de la Sala de la Constitución de las “Hijas de la Revolución Americana”, una organización femenina que promueve el patriotismo y que alquila uno de los salones de actos más grandes de Washington.
Con el fondo de un bosque formado por los mástiles de 185 banderas, Rato pronunció un discurso en el que describió la reciente turbulencia financiera como “un terremoto en los mercados de crédito” y alertó que “siguen latentes los riesgos de réplicas”.
Le escuchaban Henry Paulson, secretario del Tesoro de Estados Unidos, y otros de los hombres y mujeres con más influencia en la economía del planeta.
El marco era la sesión plenaria de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), en la que esos hombres y mujeres abordan los temas financieros y económicos más candentes.
Después de tres años y medio en el centro de la arena de esos debates, Rato tendrá que verlos desde las talanqueras a partir el 1 de noviembre, cuando le reemplazará el francés Dominique Strauss-Kahn.
“Tendré la suerte de leer los muy bien informados periódicos españoles para enterarme de todo lo que pasa”, dijo Rato a la prensa tras el discurso.
Además de leer, no ha dado pistas de lo que hará en España. “Ahora de momento tengo que irme de aquí, llegar, aterrizar, pensármelo y ya veremos”, comentó Rato, quien ha descartado volver a la “vida política” española o europea.
Su silencio ha inflado la especulación. “Para el Fondo no está bien tener un director gerente por tres años (y medio), y todavía es un misterio por qué se va”, dijo a Efe Morris Goldstein, ex subdirector del departamento de análisis del FMI.
Rato anunció por sorpresa su dimisión en junio por “razones personales”, en especial para ocuparse de la educación de sus hijos. Hoy usó su discurso a modo de adiós.
“Por tres años y medio he tenido el privilegio de servir como director gerente, y considero que este ha sido uno de los honores más grandes de mi vida”, señaló el ex ministro español.
“Naturalmente un director gerente no es dueño del FMI, simplemente lo administra por un tiempo y, en el mejor de los casos, ayuda a que un personal comprometido y unos miembros interesados trabajen en armonía”, añadió.
Los aplausos sólo interrumpieron su discurso cuando dio la bienvenida a Strauss-Kahn, que se levantó para recibir la ovación, y a quien Rato describió como “una persona que aporta un talento y un empuje excepcionales” al Fondo.
El resto de los oradores deseó a Rato buena suerte en sus futuros proyectos, cualquiera que sean, y el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, le agradeció por su “perspicacia, decencia e ingenio agudo”.
Rato tuvo la fortuna relativa de asumir la dirección del Fondo con un mundo en calma y en medio de la mayor expansión económica desde hace más de cuarenta años.
Pero, al mismo tiempo, el FMI, que ha sido el bombero al que los países han llamado en momentos de crisis, ha perdido parte de su función y ha comenzado incluso a perder dinero, dado que pocos gobiernos quieren sus préstamos.
Con tino, según los analistas, Rato concentró sus esfuerzos en impulsar la mayor reforma del Fondo en su historia, particularmente con la redistribución del voto en sus órganos de poder, que apenas ha variado desde su fundación en 1944.
En su discurso, el ex ministro español destacó que la reforma “forma parte de un proceso revolucionario”.
“El mundo exterior a veces cree que el personal de las instituciones internacionales es reacio a cambiar”, afirmó. “Esto no es cierto del personal del FMI”, añadió.
Y, sin embargo, su partida está empañada porque la reforma se encuentra empantanada, ante la resistencia de los países sobre-representados en el Fondo, principalmente naciones avanzadas, a renunciar a parte de su poder en favor de los mercados emergentes. Pero eso es ya prácticamente problema de Strauss-Kahn, no de Rato.
Español abandonará la dirección del organismo multilateral en noviembre
Washington
EFE
Rodrigo Rato, director gerente del FMI, dijo ayer que haber dirigido esa institución ha sido uno de los honores más grandes de su vida, en su despedida oficial de los 185 países miembros de la institución, entre el misterio sobre qué hará una vez vuelva a España.
Por última vez, Rato se colocó ayer tras el atril de la Sala de la Constitución de las “Hijas de la Revolución Americana”, una organización femenina que promueve el patriotismo y que alquila uno de los salones de actos más grandes de Washington.
Con el fondo de un bosque formado por los mástiles de 185 banderas, Rato pronunció un discurso en el que describió la reciente turbulencia financiera como “un terremoto en los mercados de crédito” y alertó que “siguen latentes los riesgos de réplicas”.
Le escuchaban Henry Paulson, secretario del Tesoro de Estados Unidos, y otros de los hombres y mujeres con más influencia en la economía del planeta.
El marco era la sesión plenaria de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), en la que esos hombres y mujeres abordan los temas financieros y económicos más candentes.
Después de tres años y medio en el centro de la arena de esos debates, Rato tendrá que verlos desde las talanqueras a partir el 1 de noviembre, cuando le reemplazará el francés Dominique Strauss-Kahn.
“Tendré la suerte de leer los muy bien informados periódicos españoles para enterarme de todo lo que pasa”, dijo Rato a la prensa tras el discurso.
Además de leer, no ha dado pistas de lo que hará en España. “Ahora de momento tengo que irme de aquí, llegar, aterrizar, pensármelo y ya veremos”, comentó Rato, quien ha descartado volver a la “vida política” española o europea.
Su silencio ha inflado la especulación. “Para el Fondo no está bien tener un director gerente por tres años (y medio), y todavía es un misterio por qué se va”, dijo a Efe Morris Goldstein, ex subdirector del departamento de análisis del FMI.
Rato anunció por sorpresa su dimisión en junio por “razones personales”, en especial para ocuparse de la educación de sus hijos. Hoy usó su discurso a modo de adiós.
“Por tres años y medio he tenido el privilegio de servir como director gerente, y considero que este ha sido uno de los honores más grandes de mi vida”, señaló el ex ministro español.
“Naturalmente un director gerente no es dueño del FMI, simplemente lo administra por un tiempo y, en el mejor de los casos, ayuda a que un personal comprometido y unos miembros interesados trabajen en armonía”, añadió.
Los aplausos sólo interrumpieron su discurso cuando dio la bienvenida a Strauss-Kahn, que se levantó para recibir la ovación, y a quien Rato describió como “una persona que aporta un talento y un empuje excepcionales” al Fondo.
El resto de los oradores deseó a Rato buena suerte en sus futuros proyectos, cualquiera que sean, y el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, le agradeció por su “perspicacia, decencia e ingenio agudo”.
Rato tuvo la fortuna relativa de asumir la dirección del Fondo con un mundo en calma y en medio de la mayor expansión económica desde hace más de cuarenta años.
Pero, al mismo tiempo, el FMI, que ha sido el bombero al que los países han llamado en momentos de crisis, ha perdido parte de su función y ha comenzado incluso a perder dinero, dado que pocos gobiernos quieren sus préstamos.
Con tino, según los analistas, Rato concentró sus esfuerzos en impulsar la mayor reforma del Fondo en su historia, particularmente con la redistribución del voto en sus órganos de poder, que apenas ha variado desde su fundación en 1944.
En su discurso, el ex ministro español destacó que la reforma “forma parte de un proceso revolucionario”.
“El mundo exterior a veces cree que el personal de las instituciones internacionales es reacio a cambiar”, afirmó. “Esto no es cierto del personal del FMI”, añadió.
Y, sin embargo, su partida está empañada porque la reforma se encuentra empantanada, ante la resistencia de los países sobre-representados en el Fondo, principalmente naciones avanzadas, a renunciar a parte de su poder en favor de los mercados emergentes. Pero eso es ya prácticamente problema de Strauss-Kahn, no de Rato.