Reconocimiento a la solidaridad
Sofia Ramirez sramirez@larepublica.net | Viernes 04 marzo, 2011
Reconocimiento a la solidaridad
Arnoldo Mora recibió la condecoración Orden del Libertador de los Esclavos, José Simeón Cañas, de parte del Gobierno de El Salvador
¿Qué significa para usted este reconocimiento?
En la década de 1970 se dio una guerra civil centroamericana, donde Costa Rica se convirtió en tierra de asilo para los perseguidos políticos, un tema que es parte importante de la política democrática costarricense. A mí me correspondió el honor y la responsabilidad de ser el presidente del Comité Costarricense de Solidaridad con El Salvador; luchar por los derechos humanos de todos los afectados en estos países, y acoger a los exiliados políticos que luchaban por la construcción de la democracia en los países vecinos.
¿Qué temas abarca la Orden del Libertador de los Esclavos, José Simeón Cañas?
Esta es la primera vez que se entrega el máximo grado del reconocimiento, el de Gran Collar, pero esta es una condecoración otorgada por la República de El Salvador a Jefes de Estado o ciudadanos salvadoreños o extranjeros, que se hayan distinguido por relevantes hechos de carácter humanitario y social, científico, educativo o filantrópico; o como prueba de gratitud de la nación.
Durante 15 años usted fue el presidente del Comité Costarricense de Solidaridad con El Salvador, ¿cuál era su papel ahí?
Denunciar la situación de violación de derechos, traer testigos para denunciar la realidad; en el caso de Centroamérica era muy difícil, pues se corrían muchos riesgos e incluso recibimos amenazas de muerte; aunque el mérito no es solo mío, sino de todos los que trabajamos por esta causa.
¿Cómo recibe esta nueva condecoración, porque usted ya ha recibido varias?
Me siento muy honrado, pero por otro lado es una responsabilidad, yo siempre he dicho que una condecoración o un premio, implica una gran responsabilidad; lo importante no es solo recibir un premio, sino ser digno y merecerlo, no solo por lo que fue en el pasado, sino que uno no puede desmerecer el galardón. Es un compromiso personal.
¿Cuántos refugiados recibió el país durante aquella época?
Acogimos a 15 mil salvadoreños, algunos todavía están aquí, pero la gran mayoría ya regresó a su país.
¿Siente que algo le queda pendiente por hacer?
Creo que siempre tenemos algo por hacer, Centroamérica sigue siendo una de las regiones más pobres. Si no tomamos conciencia de la situación, no podremos actuar. Para combatir un mal lo primero que se necesita es entender la trascendencia de las cosas.
Sofía Ramírez
sramirez@larepublica.net
Arnoldo Mora recibió la condecoración Orden del Libertador de los Esclavos, José Simeón Cañas, de parte del Gobierno de El Salvador
En la década de 1970 se dio una guerra civil centroamericana, donde Costa Rica se convirtió en tierra de asilo para los perseguidos políticos, un tema que es parte importante de la política democrática costarricense. A mí me correspondió el honor y la responsabilidad de ser el presidente del Comité Costarricense de Solidaridad con El Salvador; luchar por los derechos humanos de todos los afectados en estos países, y acoger a los exiliados políticos que luchaban por la construcción de la democracia en los países vecinos.
¿Qué temas abarca la Orden del Libertador de los Esclavos, José Simeón Cañas?
Esta es la primera vez que se entrega el máximo grado del reconocimiento, el de Gran Collar, pero esta es una condecoración otorgada por la República de El Salvador a Jefes de Estado o ciudadanos salvadoreños o extranjeros, que se hayan distinguido por relevantes hechos de carácter humanitario y social, científico, educativo o filantrópico; o como prueba de gratitud de la nación.
Durante 15 años usted fue el presidente del Comité Costarricense de Solidaridad con El Salvador, ¿cuál era su papel ahí?
Denunciar la situación de violación de derechos, traer testigos para denunciar la realidad; en el caso de Centroamérica era muy difícil, pues se corrían muchos riesgos e incluso recibimos amenazas de muerte; aunque el mérito no es solo mío, sino de todos los que trabajamos por esta causa.
¿Cómo recibe esta nueva condecoración, porque usted ya ha recibido varias?
Me siento muy honrado, pero por otro lado es una responsabilidad, yo siempre he dicho que una condecoración o un premio, implica una gran responsabilidad; lo importante no es solo recibir un premio, sino ser digno y merecerlo, no solo por lo que fue en el pasado, sino que uno no puede desmerecer el galardón. Es un compromiso personal.
¿Cuántos refugiados recibió el país durante aquella época?
Acogimos a 15 mil salvadoreños, algunos todavía están aquí, pero la gran mayoría ya regresó a su país.
¿Siente que algo le queda pendiente por hacer?
Creo que siempre tenemos algo por hacer, Centroamérica sigue siendo una de las regiones más pobres. Si no tomamos conciencia de la situación, no podremos actuar. Para combatir un mal lo primero que se necesita es entender la trascendencia de las cosas.
Sofía Ramírez
sramirez@larepublica.net