Recope, explotación y precios

Jonathan Prendas

Diputado Nueva República

El precio de los combustibles y el papel de Recope en la economía nacional volvieron a ser noticia la semana pasada. Por un lado, entró en vigencia el octavo aumento en el precio de la gasolina en lo que va del año y, por el otro, el partido de gobierno defendió en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley para prohibir la exploración y explotación petrolera.

Hay mucha tela que cortar en ambos temas, porque los dos están relacionados con el mejoramiento de los procesos en la administración pública, el uso de fondos estatales y el impacto que decisiones políticas tienen en los bolsillos de la gente, ya lastimados por las pandemias del PAC y del Covid-19.

Resulta sorprendente que, con la misma cantidad de plata, en diciembre se podía llenar un tanque de gasolina y hoy apenas alcanza para que ese tanque llegue a ¾: llenarlo sale 8 mil colones más caro en este momento que a finales del año pasado. El jueves, el precio de las gasolinas subió entre ₡14 y ₡16 por litro. Eso solo significa menos posibilidad de compra para el ciudadano, deterioro de los precios, y genera una contracción severa de la demanda interna que golpea todos.

¿Por qué sucede esto? Esto ocurre, en parte, porque Recope no compra de manera adecuada. Aunque conoce a la perfección cuánto consume la gente y puede predecir el comportamiento y la demanda de los usuarios, compra combustible contra las cuerdas, sin planificación; la carrera la obliga a pagar un precio mayor y fletes más caros que luego traslada al comprador en las gasolineras.

Eso tiene que hacerse diferente, se debe cambiar la manera en que vemos a Recope. Nueva República no apoya el proyecto del gobierno porque implica darle a esa institución más facultades para que gaste más plata a costa de un aumento en las tarifas. Es decir, esto significaría darle potestades para gastar más y trasladar esos gastos al consumidor, en lugar de evitar ese nocivo ciclo que encarece ocho veces las gasolinas en solo siete meses.

Recope tiene que concentrarse en su rango de acción y buscar la excelencia, la eficiencia, para beneficio de los costarricenses. Es un intermediario que compra y vende combustibles, que maneja una red de poliductos; si se enfoca y es eficiente en sus compras, bien podría abaratar los costos y eso tendrá otra serie de efectos positivos en la economía nacional.

Nueva República no está en contra de la exploración y explotación petrolera. Creemos que Costa Rica puede desarrollar esta actividad en armonía con el medio ambiente; el equilibrio nos permitirá continuar siendo líderes en la protección de la naturaleza y contar con más recursos para invertir en el desarrollo de la población, en educación, seguridad y especialmente en la creación de empleos.

Recope debe entonces reconvertirse y enfocarse con eficiencia en las compras de combustible. En un gobierno nuestro, daremos los pasos necesarios para lograr ese objetivo y para desarrollar responsablemente otras fuentes de ingreso para Costa Rica.