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Reflexiones: Urge regular y definir una tasa de usura en Costa Rica

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Miércoles 02 octubre, 2019


Financieras, comercios, bancos públicos y privados están por la libre. Desde hace varios años y Protegidos por una CONASSIF, prácticamente inoperante, las financieras y los bancos, así como, todo tipo de comercios que venden al por menor desde vehículos hasta aparatos electrodomésticos y viajes, están sin ninguna regulación sobre la tasa de interés y los cargos por comisiones de sus negocios. Al amparo de nadie, podríamos decir, se encuentran consumidores que hoy están al borde de la bancarrota. Todo lo anterior, producto de esquemas de financiamiento que en cualquier parte del mundo enviarían por usureros a la cárcel a los propietarios de dichos negocios. Pero en Costa Rica, al amparo de la libertad de negocio, hemos dejado a la libre y sin regulación suficiente, un mercado oligopólico que hoy castiga a nuestra clase trabajadora.

Dos tercios de nuestros empleados públicos han caído en esta vorágine de engaños, todo tipo de trucos para tomar tarjetas de crédito, propuestas de lleve hoy y pague mañana, enganches para comprar que luego terminan en un descalabro financiero de las familias. Miles de familias hoy están al filo de la quiebra por el uso de una tarjeta de crédito o por una compra equivocada. A los meses de la compra aparecen cifras absolutamente desproporcionadas de intereses, multas, recargos y comisiones por entidades que irresponsablemente prestan con valores de usura. Cualquier costarricense entenderá que un país endeudado no puede provocar ninguna reactivación de la demanda interna, pues si, hoy los bancos no sólo están ahogando a los deudores y consumidores, sino que podrían, estar al filo de su propio entierro, dado el quiebre que provoca la falta de recursos de los consumidores y la falta de dinamismo de la economía. Estamos ante un mal económico llamado usura que urge regular.

La usura es una condición en la que se aprovecha una debilidad del mercado, en este caso el mercado financiero, para cobrar un precio por el dinero o tasa de interés, muy superior al que se establecería en condiciones de sana competencia. Mercados oligopólicos como el mercado financiero costarricense requieren de una urgente medida regulatoria. Se requiere fijar un precio tope para evitar que los operadores financieros abusen de su poder y posición en el mercado. Esta es una condición a la que han llegado prácticamente todos los países de ingreso medio, como Costa Rica. No es algo nuevo, lo que pasa en el país es que el poder de estos grupos, su presencia en el gobierno en múltiples momentos, les ha permitido bloquear cualquier tipo de intervención en su contra. Sin embargo, el daño que se genera producto de este mecanismo de captura política del poder ejecutivo o legislativo es tan fuerte, que puede implicar revoluciones, tales como las que se dieron en 1948, con la respectiva nacionalización de la Banca.

La usura es uno de los mecanismos de mayor impacto en la desigualdad, el efecto del acceso al mercado financiero es una de las mayores deficiencias del mundo en desarrollo y que provoca grandes diferencias entre los grupos sociales, sobre todo la clase trabajadora. El excesivo abuso de intereses y comisiones lleva a ampliar de manera exagerada las ganancias de los bancos y banqueros, a costa del sustento diario de las familias más humildes. Además, provoca un excesivo uso de crédito en segmentos de consumo, dejando sin margen el crédito productivo. Los sistemas financieros usureros terminan cayendo presa de su propio negocio, dado que llevan al extremo la condición del cliente y lo pueden llevar a la insolvencia.

Ahora, corregir significa llevar a una tasa razonable el tope o límite máximo a cobrar. Se trata de definir un rango razonable que cubra riesgos y que garantice ganancias a los operadores financieros, sin que estas afecten o puedan considerarse usura. Las tasas internacionales de usura no superan el 25%. Sin embargo, podría ampliarse ante escenarios de alta inestabilidad o inflación. Se acostumbra usar una regla asociada a la tasa básica que no supere el 30%. Esta sería una tasa límite que garantiza ganancias suficientes, si consideramos que el costo del dinero o tasa pasiva hoy no supera el 6 o 7% para los bancos.





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