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Regresando al mundo post-covid

Adolfo Cruz Luthmer adolfo@proximitycr.com | Miércoles 15 julio, 2020

Adolfo Cruz

Antes de la pandemia, las personas teníamos comportamientos, prácticas, reglas sociales, expectativas, gustos y preferencias relacionadas con temas que veíamos como triviales, tales cómo bajar o subir escaleras eléctricas en un mall, entrar a una tienda, oficina o restaurante; cómo viajábamos, cómo nos movilizábamos hacia y desde el trabajo, etc. Todo esto ha cambiado.

La pandemia del coronavirus ha trastornado muchos aspectos de nuestras vidas, incluyendo la confianza que las personas tienen en los espacios físicos y lugares donde trabajan. Claramente no habrá un interruptor que se oprima y que haga que todo vuelva a la antigua normalidad, ni una señal única que haga que de repente la gente llene nuevamente los centros comerciales, aeropuertos, estadios, parques ni oficinas rebosantes de confianza.

A nivel de negocios esto introduce un nuevo reto para todos los que diseñan, construyen y operan edificios alrededor del mundo: Una vez que pase la pandemia y haya un retorno masivo a las oficinas, ¿cómo convencer a las personas de que los edificios y oficinas en los que trabajan 8 o más horas por día y que comparten con decenas o centenas de personas, son espacios saludables y seguros?

A lo anterior debemos sumarle el éxito relativo que ha tenido el trabajo desde la casa para muchas empresas, una necesidad forzada que ha puesto a prueba la capacidad de adaptación de muchas organizaciones. Debido a ese éxito hoy muchas empresas se cuestionan la verdadera necesidad de contar con amplias instalaciones físicas donde todos sus colaboradores trabajen juntos y de sostener inversiones altas en la compra, alquiler y mantenimiento de espacios físicos.

Definitivamente nuevos patrones y normas tendrán que definirse. Posiblemente surjan nuevas tipologías de espacios y claramente surgirán nuevos productos y servicios, todos orientados a mejorar la experiencia humana y a minimizar el riesgo percibido.

Un aspecto clave será la confiabilidad. No podemos simplemente decirle a la gente que un edificio o espacio físico ha sido adecuado para enfrentar la crisis. No basta con decir que somos un espacio seguro. Debemos poder demostrar tales afirmaciones con evidencia tangible y consistente. Es aquí donde la tecnología viene a jugar un rol fundamental para el mundo post-covid19 y donde un balance entre la seguridad sanitaria de la comunidad y el respeto a la privacidad y la confidencialidad de información personal deberá ser redefinido.

En este mundo post-covid, la utilización de dispositivos y sensores IoT, junto con aplicaciones de software utilizando Inteligencia Artificial (IA) y ciencia de datos, serán claves para una gestión proactiva de la situación, la certificación de protocolos y consideraciones de uso efectivo de espacios, distanciamiento social y de densidad de personal entre otros.

Pensemos en la logística de empresas con grandes cantidades de personal que deben trabajar en espacios físicos comunes, tales como centros de contacto, maquiladoras, servicios de back office, entidades financieras con alto tránsito de personas y otras similares. Estas empresas deben gestionar una coordinación compleja para que sus instalaciones sean utilizadas de la manera más eficiente posible mientras miden distintas variables ambientales y cumplen con todas las medidas sanitarias que protejan a su personal.

Cámaras con sensores de calor que escanean la temperatura del cuerpo para identificar la posible presencia de fiebre, o para determinar el cumplimiento de medidas de distanciamiento físico serán algo cotidiano. Sensores de reconocimiento facial para validar accesos a la oficina, software que optimice la mezcla de factores y restricciones por cumplir, guardando aspectos de aforo, restricción vehicular, etc, y generando la apertura de ascensores y puertas sin que medie ningún tipo de contacto físico. Además, optimización en la asignación del piso, oficina y número de escritorio que debe utilizar cada colaborador, y la medición de variables ambientales como calidad del aire, temperatura ambiente, CO2, partículas en el ambiente, compuestos orgánicos volátiles y otros que aseguren un entorno seguro, son tecnologías que nos ayudarán a minimizar los riesgos.

Estos mismos sistemas podrán controlar adecuadamente la iluminación y el aire acondicionado según la cantidad y ubicación de las personas que ese día se encuentran en la oficina, optimizando su uso y el consumo de energía. Además, basado en las ubicaciones se podrá tener trazabilidad de la cercanía en escritorios o cubículos, en salones de reuniones y en espacios más abiertos como el comedor o la cafetería. Esto permitirá identificar los clústeres de un eventual contagio rápidamente, en caso necesario.

El nuevo normal ya lo hemos experimentado con la digitalización de servicios que antes eran presenciales, ahora a través de medios virtuales. Sesiones de terapia, de entrenamiento y de coaching han sido áreas donde pasar de esquemas presenciales a plataformas virtuales como zoom, teams, o meet ha sido relativamente sencillo.

Más allá el mundo buscará reducir al máximo posible el contagio por contacto físico con personas y dispositivos para sus actividades personales y de negocio en lo que se ha denominado una economía de bajo contacto (Low Touch Economy).

Muchos procesos establecidos no podrán ser simplemente reutilizados y muchos sectores industriales y de diversas áreas de la ingeniería deberán buscar nuevas formas de tener a sus colaboradores de vuelta a la acción de manera segura. Esto no solo involucrará el uso de nuevos procesos y tecnología, en muchos casos también implicará cambios en rutinas y comportamientos sociales.

En términos más generales, veremos muchos negocios moviendo sus modelos de comercialización física hacia esquemas digitales, y hacia la integración de múltiples servicios y proveedores en nuevos servicios y productos.

La realidad cambió y estamos viviendo un nuevo normal que sigue en evolución. Cómo transformar su producto actual en una experiencia digital es el foco que todo negocio, si aún no lo ha hecho, debe estar trabajando en estos momentos.






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