¡Renace el “Carasucia”!
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 06 agosto, 2018
Hay equipos que exceden sus propias conquistas; que existen más allá de su máximo logro. Nadie los olvida nunca, son muchachos locos de fútbol… dibujantes en la cancha de cosas imposibles.
En 1989 nacieron los “Carasucias” costarricenses, bautizados así por este periodista, tras la brillante participación en el Pre-Mundial Juvenil celebrado en Guatemala, donde en la final golearon 3-0 a México y clasificaron a Costa Rica al Mundial en Arabia Saudita, una selección que tenía como capitán a Rónald González, el técnico que años después se consagró en Egipto al frente de la Sub 20 y hoy renace como estratega interino de la Selección Nacional.
Recordar que González fue el primer futbolista juvenil costarricense en anotar un gol en un Mundial; se lo hizo al colombiano Óscar Córdoba, quien, años después, llegó a ser el portero estrella del Boca Júnior argentino.
Chicos jóvenes que enamoraron a los aficionados por su desparpajo, atrevimiento, valentía…
Rebeldes y desgarbados.
Generación despierta con acné en la cara; toreros que llaman al toro; niños humildes que jugaron en sus barriadas con la cara sucia; pícaros y desenfadados.
Fútbol hecho amague, pisada, toque claro, pique corto, freno y cambio de dirección.
Paul Mayorga, Oscar Valverde, Orlando Sibaja, Rónald González, Austin Berry, Maximilian Peynado, Eusebio Montero, Rónald Chávez, Alexander Víquez, Juan Carlos Arguedas, Danilo Brenes, una de las formaciones titulares de Juan José Gámez, la “Hormiguita manuda”, fallecido prematuramente.
¡Carasucias!
En febrero de 1957, el legendario entrenador argentino Guillermo Stábile, convocó a los 22 jugadores que irían al Sudamericano de Lima.
Rogelio Domínguez, portero; Pedro Dellacha y Federico Vairo, defensores; Juan Carlos Jiménez, Néstor Raúl Rossi y Héctor Guidi, mediocampistas.
Pero acababan de vender a Ernesto Grillo, Norberto Conde, Ernesto Cucchiaroni, Antonio Garabal y Dante Lugo al fútbol europeo y Argentina se quedó sin delantera.
Stábile se apuntó entonces a los mocosos que venían repuntando en sus respectivos clubes y así incorporó para el Sudamericano, a los “pibes” que la venían rompiendo en sus equipos: Omar Orestes Corbatta y Humberto Maschio ambos de Rácing; Antonio Valentín Angelillo de Boca y Enrique Omar Sívori, crack de River; además, el punta izquierdo, Osvaldo Cruz.
Ahí nacieron los “Carasucias”, que hicieron loco en Lima. Argentina volvió al fútbol que lo hizo grande en los 40, el público peruano se rindió a sus pies y los idolatró; derrotaron 8-2 a Colombia; 3-0 a Ecuador; 6-2 a Chile; 4-0 a Uruguay y 3-0 a Brasil. De ahí que cuando en la primavera del 2002, le preguntaron a Sívori cuál fue el mejor equipo de la historia, respondió:
“La Argentina del Sudamericano de Lima 57; qué lástima que no nos vieron jugar en nuestro país”.
Esto porque los “scouts” presentes en el Sudamericano, ficharon de inmediato a estos cuatro prodigiosos atacantes que se fueron a jugar a Italia, donde fueron rebautizados como “los ángeles con la cara de cerdo”, es decir, los “Carasucias”.
Corbatta con Atalanta, Maschio en Bologna; Angelillo en el Inter y Sívori con la Juventus, fueron estrellas del calcio.
Fútbol hecho amague, pisada, toque claro, pique corto, freno y cambio de dirección.
Hace pocos días publicamos un comentario que hizo referencia de cómo a cinco técnicos costarricenses, les cortaron las alas después de dirigir a la Selección Nacional: Alexandre Guimaraes, Rodrigo Kenton, Rónald González, Hernán Medford y Paulo César Wanchope.
Titulamos la nota así: ¡Las trayectorias rotas!
Hoy nos alegra que la Comisión Técnica de la Federación de Fútbol que preside Erick Lonnis, le abra a Rónald González la valiosa oportunidad de que renazca su carrera y esperamos confiados y ansiosos, de que ponga a jugar al seleccionado, al mejor estilo de los “Carasucias”.
¡Él sabe cómo hacerlo!