Renovación desafía a industria cafetalera
| Jueves 16 octubre, 2008
Bicentenario de este cultivo en el país reta a productores a innovar en el mercado
Renovación desafía a industria cafetalera
• Escalada en precios de insumos se come las ganancias de los productores
• Grano de oro nacional mantiene prestigio en mercados internacionales
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
La familia Vargas ha tenido que ingeniárselas para sacar a flote su negocio de café. Los altos precios de insumos agrícolas, como los fertilizantes, y la escasez de mano de obra dispararon un crecimiento en sus costos de producción del 150%.
Los números no mienten, de los $140 que obtienen los cafetaleros por fanega, hasta $132 se deben invertir en costos de producción.
Con una ganancia de $8 por fanega, los productores perciben $520 por hectárea y media de terreno cultivado.
La situación que vive esta familia —propietaria del Beneficio Santa Eduviges (Alajuela)— la comparten miles de productores nacionales.
El futuro de este cultivo en el país es poco halagüeño. Las cosechas han caído en un 30% y las fincas que sobreviven padecen un rezago de 20 años en la renovación de sus matas de café.
La desaceleración en las exportaciones, las plagas y la disminución del terreno cultivado de café se unen al incremento en los precios de los insumos para golpear a la industria.
En las últimas dos décadas la participación porcentual del grano dentro del Producto Interno Bruto (PIB) pasó del 3,05% en 1991 al 0,93% en 2007.
“En los años 90 tuvimos siete años de vacas flacas. Los precios de venta estaban por debajo de los costos de producción y eso hizo que se desatendieran los cultivos y no se siguiera un programa de renovación, que son ciclos de 20 años. Se perdieron esos siete años y de ahí la caída en la producción”, dijo Ronald Peters, director general del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé).
Casi el 40% de los terrenos cafetaleros del país está pasado del proceso de renovación. Con el objetivo de rejuvenecer los cafetales, el Icafé está a la caza de entidades financieras dispuestas a otorgar créditos a largo plazo a los productores.
Esta iniciativa consistirá en dar créditos a largo plazo, con bajos intereses que tengan dos años de gracia. Además se busca brindar a los agricultores variedades nuevas de granos híbridos, que generan una alta productividad y son resistentes a varias enfermedades. Esto ayudaría a disminuir la incidencia de las plagas que han golpeado repetidamente la producción nacional.
“La renovación de matas permitiría obtener una mayor productividad en menos áreas cultivadas y con ello que la siembra de este grano se mantenga vigente. Muchos agricultores no cuentan con los recursos necesarios para realizar esto, por lo que optan por cambiar el uso de las tierras”, aseveró Peters.
Ante los inconvenientes generados por los altos costos de producción, el cultivo de higuerilla —insumo para la elaboración de biodiésel— en pequeñas cantidades sería una de las opciones que ayudarían a apaciguar los estragos, ya que los cafetaleros obtendrían más ingresos por la misma extensión de tierras.
Dicho proyecto se llevaría a cabo con la Refinería Costarricense de Petróleo, la Universidad de Costa Rica y el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria, entidades que guiarán al Icafé y a los productores de café en la siembra de esta planta y su comercialización.
Igualmente, se comenzará a promover una agricultura de presión, la que permitirá capacitar a los productores de café sobre cuándo, dónde y en qué cantidad aplicar los fertilizantes y plaguicidas, para ahorrar su consumo. Estos bienes han experimentado aumentos de hasta un 150%, debido a las alzas del petróleo, materia prima para la elaboración de agroquímicos.
Este convenio se realizaría con el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas en los próximos meses y comenzará con 90 fincas del Valle Central y la zona de Los Santos.
“Los altos costos de los insumos nos perjudicaron en esta temporada muy fuerte, pero para el próximo año nos golpearían con mayor fuerza y con ello disminuirían aún más las exportaciones”, afirmó Laureano Gómez, gerente general de Beneficiadora Santa Elena.
Las exportaciones de café a agosto son menores que las que presentan naciones como Guatemala y Honduras, que obtienen ventas muy superiores a las logradas años atrás, mientras que se pronostica que el país no tendrá un crecimiento y se mantendrá vendiendo cerca de 2.500 fanegas.
A poco más de un mes para que termine la actual cosecha de café, ambos países centroamericanos han incrementado su volumen exportado en un 7% y un 4,3% respectivamente; vendiendo más de 3 millones de sacos de café (60 kilos cada uno) al exterior.
“La producción nacional de café está cayendo y por ende las exportaciones, principalmente por la falta de mano de obra y la disminución de tierras cultivadas con café en el Valle Central”, aseveró Eric Thormaehlen, presidente de Cámara de Exportadores de Café.
Las áreas cultivadas con este grano han disminuido un 35%. El auge inmobiliario experimentado durante los últimos años y hasta hace pocos meses en el país, transformó el panorama de zonas como Tres Ríos, que antes se caracterizaban por la siembra de este grano.
“No hay cultivo en Costa Rica que pague el costo de la tierra. Tal vez en la Zona Sur podamos aumentar, pero será muy difícil que haya más cafetales en el Valle Central”, agregó el director del Icafé.
Otro de los problemas que sufre este sector es la baja en el número de productores, los cuales en la década de 1990 sumaban 90 mil y hoy solo quedan 47 mil.
Esta es una situación que se agudiza debido a que mientras los agricultores de café disminuyen, la demanda de mano de obra aumenta y en la actualidad existe un faltante de casi 200 mil personas, por lo cual se pretende implementar el uso de maquinaria para automatizar algunos procesos de recolección y fertilización, y con ello minimizar la escasez en por lo menos un 15%, aseguró Rodrigo Vargas, presidente de la Cámara de Productores de Café.
La necesidad de automatizar algunos procesos surge debido a la falta de una legislación migratoria que permita el ingreso de extranjeros al país en la época de cosecha.
“El futuro del café en el país dependerá de que se lleguen a ejecutar estas medidas, ya que de lo contrario el panorama es vislumbra oscuro”, señaló Peters.
Aunque la situación del café es delicada, Costa Rica cuenta con prestigio mundial por su calidad, lo que le ha permitido obtener buenos precios con respecto a los que logran países como Honduras y Guatemala, sus principales competidores de la región.
Igualmente, la incursión en la década de 1990 en el nicho de cafés especiales ha permitido que se mantenga vigente y ocupe un lugar importante en mercados como el estadounidense, japonés y el europeo.
Renovación desafía a industria cafetalera
• Escalada en precios de insumos se come las ganancias de los productores
• Grano de oro nacional mantiene prestigio en mercados internacionales
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
La familia Vargas ha tenido que ingeniárselas para sacar a flote su negocio de café. Los altos precios de insumos agrícolas, como los fertilizantes, y la escasez de mano de obra dispararon un crecimiento en sus costos de producción del 150%.
Los números no mienten, de los $140 que obtienen los cafetaleros por fanega, hasta $132 se deben invertir en costos de producción.
Con una ganancia de $8 por fanega, los productores perciben $520 por hectárea y media de terreno cultivado.
La situación que vive esta familia —propietaria del Beneficio Santa Eduviges (Alajuela)— la comparten miles de productores nacionales.
El futuro de este cultivo en el país es poco halagüeño. Las cosechas han caído en un 30% y las fincas que sobreviven padecen un rezago de 20 años en la renovación de sus matas de café.
La desaceleración en las exportaciones, las plagas y la disminución del terreno cultivado de café se unen al incremento en los precios de los insumos para golpear a la industria.
En las últimas dos décadas la participación porcentual del grano dentro del Producto Interno Bruto (PIB) pasó del 3,05% en 1991 al 0,93% en 2007.
“En los años 90 tuvimos siete años de vacas flacas. Los precios de venta estaban por debajo de los costos de producción y eso hizo que se desatendieran los cultivos y no se siguiera un programa de renovación, que son ciclos de 20 años. Se perdieron esos siete años y de ahí la caída en la producción”, dijo Ronald Peters, director general del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé).
Casi el 40% de los terrenos cafetaleros del país está pasado del proceso de renovación. Con el objetivo de rejuvenecer los cafetales, el Icafé está a la caza de entidades financieras dispuestas a otorgar créditos a largo plazo a los productores.
Esta iniciativa consistirá en dar créditos a largo plazo, con bajos intereses que tengan dos años de gracia. Además se busca brindar a los agricultores variedades nuevas de granos híbridos, que generan una alta productividad y son resistentes a varias enfermedades. Esto ayudaría a disminuir la incidencia de las plagas que han golpeado repetidamente la producción nacional.
“La renovación de matas permitiría obtener una mayor productividad en menos áreas cultivadas y con ello que la siembra de este grano se mantenga vigente. Muchos agricultores no cuentan con los recursos necesarios para realizar esto, por lo que optan por cambiar el uso de las tierras”, aseveró Peters.
Ante los inconvenientes generados por los altos costos de producción, el cultivo de higuerilla —insumo para la elaboración de biodiésel— en pequeñas cantidades sería una de las opciones que ayudarían a apaciguar los estragos, ya que los cafetaleros obtendrían más ingresos por la misma extensión de tierras.
Dicho proyecto se llevaría a cabo con la Refinería Costarricense de Petróleo, la Universidad de Costa Rica y el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria, entidades que guiarán al Icafé y a los productores de café en la siembra de esta planta y su comercialización.
Igualmente, se comenzará a promover una agricultura de presión, la que permitirá capacitar a los productores de café sobre cuándo, dónde y en qué cantidad aplicar los fertilizantes y plaguicidas, para ahorrar su consumo. Estos bienes han experimentado aumentos de hasta un 150%, debido a las alzas del petróleo, materia prima para la elaboración de agroquímicos.
Este convenio se realizaría con el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas en los próximos meses y comenzará con 90 fincas del Valle Central y la zona de Los Santos.
“Los altos costos de los insumos nos perjudicaron en esta temporada muy fuerte, pero para el próximo año nos golpearían con mayor fuerza y con ello disminuirían aún más las exportaciones”, afirmó Laureano Gómez, gerente general de Beneficiadora Santa Elena.
Las exportaciones de café a agosto son menores que las que presentan naciones como Guatemala y Honduras, que obtienen ventas muy superiores a las logradas años atrás, mientras que se pronostica que el país no tendrá un crecimiento y se mantendrá vendiendo cerca de 2.500 fanegas.
A poco más de un mes para que termine la actual cosecha de café, ambos países centroamericanos han incrementado su volumen exportado en un 7% y un 4,3% respectivamente; vendiendo más de 3 millones de sacos de café (60 kilos cada uno) al exterior.
“La producción nacional de café está cayendo y por ende las exportaciones, principalmente por la falta de mano de obra y la disminución de tierras cultivadas con café en el Valle Central”, aseveró Eric Thormaehlen, presidente de Cámara de Exportadores de Café.
Las áreas cultivadas con este grano han disminuido un 35%. El auge inmobiliario experimentado durante los últimos años y hasta hace pocos meses en el país, transformó el panorama de zonas como Tres Ríos, que antes se caracterizaban por la siembra de este grano.
“No hay cultivo en Costa Rica que pague el costo de la tierra. Tal vez en la Zona Sur podamos aumentar, pero será muy difícil que haya más cafetales en el Valle Central”, agregó el director del Icafé.
Otro de los problemas que sufre este sector es la baja en el número de productores, los cuales en la década de 1990 sumaban 90 mil y hoy solo quedan 47 mil.
Esta es una situación que se agudiza debido a que mientras los agricultores de café disminuyen, la demanda de mano de obra aumenta y en la actualidad existe un faltante de casi 200 mil personas, por lo cual se pretende implementar el uso de maquinaria para automatizar algunos procesos de recolección y fertilización, y con ello minimizar la escasez en por lo menos un 15%, aseguró Rodrigo Vargas, presidente de la Cámara de Productores de Café.
La necesidad de automatizar algunos procesos surge debido a la falta de una legislación migratoria que permita el ingreso de extranjeros al país en la época de cosecha.
“El futuro del café en el país dependerá de que se lleguen a ejecutar estas medidas, ya que de lo contrario el panorama es vislumbra oscuro”, señaló Peters.
Aunque la situación del café es delicada, Costa Rica cuenta con prestigio mundial por su calidad, lo que le ha permitido obtener buenos precios con respecto a los que logran países como Honduras y Guatemala, sus principales competidores de la región.
Igualmente, la incursión en la década de 1990 en el nicho de cafés especiales ha permitido que se mantenga vigente y ocupe un lugar importante en mercados como el estadounidense, japonés y el europeo.