Respetar el bosque es cuidar la vida
En este, el Año Internacional de la Biodiversidad, es bueno saber que muchos países han mejorado sus políticas y su legislación forestales, pero sigue presente la alarma porque continúa muy a
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 26 marzo, 2010
Cada año, desde hace una década, el mundo pierde una superficie de bosque similar al tamaño de Costa Rica. La cifra es impresionante. Los estudiosos del tema anunciaban desde hace muchas décadas las consecuencias que esto traería a la condición del planeta en que habitamos y a los recursos existentes para que la vida sea posible en él. El escalofriante dato se desprende de un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre los recursos forestales mundiales. A pesar de esto, debemos tener claro que la pérdida hubiera sido muy superior si no se tomaran en cuenta en el estudio los logros obtenidos por medio de ambiciosos programas de plantaciones forestales realizados en países como China, India, Estados Unidos o Vietnam, que disminuyen la superficie de bosque talado. Pero la mayoría de estos programas concluyen en 2020, por lo que resulta urgente renovar este tipo de esfuerzos y la obligación es de todos, aunque quienes más deberían comprometerse son los países desarrollados o emergentes por ser los que más contaminan en general el ambiente. En este, el Año Internacional de la Biodiversidad, es bueno saber que muchos países han mejorado sus políticas y su legislación forestales, pero sigue presente la alarma porque continúa siendo muy alta la tasa de destrucción de bosque primario que, como se sabe, es el que, al no estar alterado aún por la actividad humana, es fuente valiosísima de biodiversidad y representa la riqueza natural por excelencia del planeta. Costa Rica, con una superficie de 52 mil kilómetros cuadrados, ha logrado pasar de una cobertura boscosa del 21% en 1987, a una de hasta el 51% en 2005, gracias a los esfuerzos hechos por la sociedad costarricense de los servicios ambientales que producen los ecosistemas forestales, de acuerdo con los datos que aporta la FAO. La tarea pues, es continuar estos esfuerzos y tomar las medidas necesarias para no perder bosque virgen. Todo lo que se haga en este sentido redundará en beneficios para los costarricenses, para la vida en general y para la estabilidad del planeta.