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NACIONALES


Salarios del sector público crecerán en unos ¢300 mil millones

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 02 septiembre, 2016




ANÁLISIS

Alguna parte del incremento en los gastos del Gobierno programado para 2017 se justifica, por la obligación innegable de cancelar varios préstamos que están por vencer. {l1}presupuesto_para_2017_incrementara_1_billon{/l1}

Otra parte se dedicará a inversiones de capital, que generarían beneficios para la sociedad hacia el futuro.

Sin embargo, la inversión en nuevas carreteras o adquisición de edificios sería modesta, así que el total de eso y el pago de la deuda, representaría apenas el 40% del aumento de casi ¢1 billón en el presupuesto presentado ayer, en comparación con el de este año.

Mientras tanto, se incrementará en unos de ¢400 mil millones los montos gastados en otras operaciones gubernamentales, sobre todo en la compensación de los empleados.

Unos ¢300 mil millones se dedicarían a las llamadas transferencias, de las cuales alrededor de dos tercios consiste en loa montos pagados a los empleados de varios entes pùblicos, mientras se incrementará en alrededor de ¢100 mil millones, la compensación de los empleados del Gobierno central.

El incremento real podría ser menor, dependiendo en la tasa inflacionaria de 2017, la cual podría rondar el 3%; no obstante, la inflación en los últimos años ha sido baja.

Entretanto, la deuda del Gobierno en 2017 llegará al 49,1% del valor de la producción nacional, parte de una tendencia de los últimos años de pagar los gastos corrientes con la plata prestada, que eventualmente tendrá que devolverse.

Esta bomba de tiempo no es causada por este Gobierno; de lo contrario, es un fenómeno que inició en los últimos dos años de la administración de Óscar Arias, y que persistió durante el gobierno de Laura Chinchilla.

Por su parte, el presidente Luis Guillermo Solís desde la campaña electoral anterior se comprometió a controlar los gastos del Gobierno; sin embargo, el problema deficitario sigue creciendo.

 

 


A REVISIÓN


El presupuesto por ¢8,9 billones será revisado minuciosamente, sin embargo, desde ya, la oposición anuncia un recorte, mientras el oficialismo y el Frente Amplio, defienden el gasto público.

EN CONTRA

Paulina Ramírez

Diputada
Liberación Nacional

Lo que más nos preocupa es el crecimiento en el pago de la deuda y sus intereses, aunque entendemos claramente que esta es una obligación.
Por otra parte, no entendemos cómo el Gobierno, sabiendo que sufre una crisis fiscal, abre la llave del gasto público de esta manera, ya que al menos hay un aumento del 6% en gastos corrientes para 2016.
Vamos a recibir partida por partida con lupa, para ver dónde se cortará.
Es fundamental arreglar las finanzas públicas.

Rosibel Ramos

Diputada
Unidad Social Cristiana

En el bloque de oposición en el Congreso, habíamos acordado que el aumento del presupuesto no podía ser mayor a un 2,5% y haremos cumplir esa promesa.
Una entiende que se dé un incremento del presupuesto de un 6%, en parte por las obligaciones en el pago de la deuda y sus intereses, pero, ¿el resto del incremento de dónde sale?
Tenemos que revisar cada una de las partidas y cortar todo lo que esté incorrecto, si queremos sanear las arcas públicas.

A FAVOR

Marco Redondo

Diputado
Acción Ciudadana

Restando el aumento que se da por el pago de la deuda y sus intereses, el verdadero aumento del presupuesto es de apenas 6,3%.
Sin embargo, ese gasto no es antojadizo, sino que responde a las obligaciones constitucionales y legales que son ineludibles y que dejan al Gobierno, un reducido campo de acción.
Entre estas tareas se encuentran, la necesidad de cumplir con el 8% del PIB para la educación y nuevos gastos como la transferencia a las municipalidades por unos ¢23 mil millones, así como el financiamiento para las reformas procesal laboral y civil.

José Antonio Ramírez

José Antonio Ramírez
Frente Amplio

El crecimiento del presupuesto es lo que esperábamos, producto de la deuda y los intereses, además de las nuevas atribuciones del Gobierno.
Lo que sí está claro, es que el alto endeudamiento nos lleva otra vez más, a un nuevo llamado de atención sobre la forma de generar fondos frescos, a través de la ley contra el fraude fiscal otros proyectos.


POCA AUSTERIDAD


Un crecimiento menor era lo que esperan los especialistas del mercado, preocupan varios temas que no se dieron respecto a temas de austeridad.

José Luis Arce

Economista
Cefsa

Me parece que estamos en presencia de un presupuesto expansivo, quizás mucho más de lo que hubiéramos esperado debido al aún elevado déficit fiscal y el discurso del Ejecutivo en torno a los riesgos del endeudamiento y del desequilibrio existente en las finanzas gubernamentales.
Los gastos excluyendo amortizaciones - que no son un gasto en el sentido económico - crecen casi 11% respecto del presupuesto para este año, en el contexto de una inflación promedio para el 2017 que probablemente ronde el 3%.
Aunque ciertamente el rubro de intereses crece muy fuertemente (alrededor de 20%), el gasto primario que excluye esas partidas se expande a una tasa de casi 9,5%, me parece que como resultado de un repunte marcado en la inversión (32,5%) - mucha de ella probablemente financiada con préstamos externos que están en espera de ser ejecutados.

Édgar Ayales

Economista
Exministro de Hacienda

Respecto a las partidas más importantes de nuevo vemos que el presupuesto no es muy realista en vista de las circunstancias financieras actuales, yo diría que se esperaba un poco más de austeridad, principalmente en el tema de transferencias corrientes, e incluso en los salarios.
Si uno ve el tema de capital es necesario, lo que tiene que ver con intereses no se puede tocar, y en servicios crece, pero de nuevo es un 3% del presupuesto, eso es nada.
Viendo las remuneraciones de nuevo es muy preocupante que se mantiene que los salarios crecen, 41% de la partida son salarios directamente y 42% son incentivos, eso no puede ser, es parte del problema que crece más, incluso sobrepasando.

Roxana Morales

Economista
Universidad Nacional

Es de esperar que el presupuesto creciera, tomando en consideración la dificultad que tiene el Gobierno de realizar ajustes con una estructura de gasto tan rígida y con una creciente deuda.
Sin una reforma fiscal integral difícilmente se logrará reducir el déficit, por el contrario, año con año tenderá a aumentar por el efecto de los disparadores del gasto y el creciente pago de intereses y amortizaciones de deuda.
Preocupa que esto vea disminuido la estabilidad económica del país, si el déficit fiscal sigue creciendo, así como la deuda pública, el problema fiscal cada vez será mayor y la solución al mismo también.
Lo positivo, es que las medidas tomadas por Hacienda para mejorar recaudación, reducir crecimiento del gasto y lograr financiamiento sin presionar las tasas de interés en el mercado interno, se han dado.

Colaboraron Fabio Parreaguirre y Esteban Arrieta







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