Se dispara ahorro por crisis
Oscar Rodriguez orodriguez@larepublica.net | Miércoles 12 octubre, 2011
Creció un 80% en últimos cinco años
Se dispara ahorro por crisis
Bajan ventas y pierde impulso creación de empleo en comercio
El ahorro de las familias y empresas se disparó un 80% en los últimos cinco años por la crisis económica mundial.
La principal consecuencia es una mayor lentitud en la evolución del consumo interno que solo creció un 4% en promedio en este periodo.
El comercio y la construcción son los sectores más afectados ya que sus ventas han caído y la generación de empleo en esos sectores también disminuyó.
En 2008, cuando los efectos de la recesión global comenzaron a notarse, el ahorro nacional creció casi un 40% hasta ascender a $1.200 millones.
El cambio es significativo porque la variación fue menos exponencial durante el primer lustro de la década de 2000, pues el crecimiento promedio del ahorro fue de un 15%.
Actualmente está en los $2 mil millones, el doble del dinero ahorrado en los bancos cinco años antes.
Esta situación refleja un cambio en el patrón de comportamiento del consumidor, pues ante tiempos oscuros opta por guardar dinero.
El resultado es una baja en el ritmo de consumo interno.
Durante 2010 cuando parecía que la crisis quedaba atrás el consumo interno aumentó un 7%.
Pero este año la economía volvió a ralentizarse por las condiciones de incertidumbre nacional y a lo externo.
“Si disminuye el consumo, crece el ahorro; siempre hay una correlación. Pero demuestra que no hemos salido de la crisis. El consumidor sigue con miedo. Al final es una situación de confianza en la situación nacional”, explica el economista Leiner Vargas.
El comercio y la construcción son los sectores más afectados por esta situación.
En ambos las tasas de variación cayeron a negativo durante los primeros años de la crisis y apenas están recuperando el terreno perdido.
En el empleo también hubo un retroceso, pues estas industrias están entre las principales generadoras de trabajo en el país.
La construcción incluso sigue por debajo de los 90 mil trabajadores que reportó en 2007.
Mientras que el comercio prácticamente no ha generado demanda laboral este año, pese a que en 2010 sí hubo un crecimiento.
La dificultad es que estas dos actividades son de las que históricamente aportan la mayoría de los trabajadores en el país.
Además de que su generación de empleo está entre las más dinámicas, pues de un mes a otro pueden aportar hasta 10 mil personas a la fuerza laboral.
“La crisis afectó al sector comercial al disminuir la demanda, vía una menor disposición de los consumidores a incurrir en gastos”, afirma Arnoldo André, presidente de la Cámara Comercio.
El temor a que un nuevo decaimiento económico global afecte la economía costarricense atormenta al empresariado.
Los sectores productivos aún se sienten débiles y sin haber recuperado el terreno perdido durante la recesión.
“La demanda nacional aún está lenta. Las personas se miden más a la hora de realizar un gasto”, explica Hugo Scaglietti, gerente general de Sastrería Scaglietti.
Una nueva crisis tomaría a la economía con mayor desgaste y menos herramientas para enfrentar los efectos de un decaimiento.
La dificultad para el país es que no hay ninguna alternativa al lado del consumo interno, que genera una mayor actividad económica.
Una nueva baja en el consumo podría repercutir en la inversión que realizan las empresas locales para mejorar su producción.
Incluso hay compañías de la industria alimentaria que ya enfrentan este panorama debido a la dificultad para acceder al crédito.
“El consumo de alimentos es una variable que puede disminuir. En la última crisis tuvimos una caída importante”, asegura Marco Cercone, presidente de la Cámara de la Industria Alimentaria.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net
Se dispara ahorro por crisis
Bajan ventas y pierde impulso creación de empleo en comercio
El ahorro de las familias y empresas se disparó un 80% en los últimos cinco años por la crisis económica mundial.
La principal consecuencia es una mayor lentitud en la evolución del consumo interno que solo creció un 4% en promedio en este periodo.
El comercio y la construcción son los sectores más afectados ya que sus ventas han caído y la generación de empleo en esos sectores también disminuyó.
En 2008, cuando los efectos de la recesión global comenzaron a notarse, el ahorro nacional creció casi un 40% hasta ascender a $1.200 millones.
El cambio es significativo porque la variación fue menos exponencial durante el primer lustro de la década de 2000, pues el crecimiento promedio del ahorro fue de un 15%.
Actualmente está en los $2 mil millones, el doble del dinero ahorrado en los bancos cinco años antes.
Esta situación refleja un cambio en el patrón de comportamiento del consumidor, pues ante tiempos oscuros opta por guardar dinero.
El resultado es una baja en el ritmo de consumo interno.
Durante 2010 cuando parecía que la crisis quedaba atrás el consumo interno aumentó un 7%.
Pero este año la economía volvió a ralentizarse por las condiciones de incertidumbre nacional y a lo externo.
“Si disminuye el consumo, crece el ahorro; siempre hay una correlación. Pero demuestra que no hemos salido de la crisis. El consumidor sigue con miedo. Al final es una situación de confianza en la situación nacional”, explica el economista Leiner Vargas.
El comercio y la construcción son los sectores más afectados por esta situación.
En ambos las tasas de variación cayeron a negativo durante los primeros años de la crisis y apenas están recuperando el terreno perdido.
En el empleo también hubo un retroceso, pues estas industrias están entre las principales generadoras de trabajo en el país.
La construcción incluso sigue por debajo de los 90 mil trabajadores que reportó en 2007.
Mientras que el comercio prácticamente no ha generado demanda laboral este año, pese a que en 2010 sí hubo un crecimiento.
La dificultad es que estas dos actividades son de las que históricamente aportan la mayoría de los trabajadores en el país.
Además de que su generación de empleo está entre las más dinámicas, pues de un mes a otro pueden aportar hasta 10 mil personas a la fuerza laboral.
“La crisis afectó al sector comercial al disminuir la demanda, vía una menor disposición de los consumidores a incurrir en gastos”, afirma Arnoldo André, presidente de la Cámara Comercio.
El temor a que un nuevo decaimiento económico global afecte la economía costarricense atormenta al empresariado.
Los sectores productivos aún se sienten débiles y sin haber recuperado el terreno perdido durante la recesión.
“La demanda nacional aún está lenta. Las personas se miden más a la hora de realizar un gasto”, explica Hugo Scaglietti, gerente general de Sastrería Scaglietti.
Una nueva crisis tomaría a la economía con mayor desgaste y menos herramientas para enfrentar los efectos de un decaimiento.
La dificultad para el país es que no hay ninguna alternativa al lado del consumo interno, que genera una mayor actividad económica.
Una nueva baja en el consumo podría repercutir en la inversión que realizan las empresas locales para mejorar su producción.
Incluso hay compañías de la industria alimentaria que ya enfrentan este panorama debido a la dificultad para acceder al crédito.
“El consumo de alimentos es una variable que puede disminuir. En la última crisis tuvimos una caída importante”, asegura Marco Cercone, presidente de la Cámara de la Industria Alimentaria.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net