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¿Será este un mercado perfecto?

Natiuska Traña natiuskatp@gmail.com | Miércoles 14 febrero, 2018


¿Será este un mercado perfecto?

Hoy que es día del amor y la amistad, le puse leche de coco al café, le recomiendo probarlo, sabe mejor de lo que suena. Bueno, especulando en algún foro y quejándonos de los impuestos como es costumbre, llegamos a la comparación del tema del mercado para el asunto de las relaciones de pareja. Finalmente cada cual tiene ciertas características que lo hacen valioso como pareja y en consecuencia, debería buscar el amor en alguien que esté a la altura de sus virtudes.

Después de hablar de los monos, cavernícolas y de los humanos actuales, la comparación debe reducir al emparejamiento en un tipo de mercado: oferta/demanda, de ahí obtenemos el “valor pareja”, entiéndase la medida en que una persona es deseable para otros. Coincidíamos en que este valor resulta de la combinación de una serie de cualidades: apariencia, edad, genética, salud, nivel de educación, inteligencia, profesión, logros, ingresos, personalidad, habilidades sociales, experiencias vividas, amistades, etc. En síntesis, lo que conforma el “todo” que posiciona a cada uno en el "mercado del amor", ojo aquí no hay subsidios, ni proteccionismo de “papá Estado” para que a uno lo vuelvan a ver más.

En el pasado, si revisamos el Renacimiento, las “casamenteras” eran las que conocían el negocio del “match making” o de hacer parejas. Estas eran como las corredoras de bolsa del mercado amoroso. Eran una institución oficial y tenían criterios muy definidos, categóricos sobre la conveniencia de una unión. Para mi gusto, era una influencia en el mercado injustificada, especulativa (¿se acuerdan del Lobo del Wall Street?) se pierde toda la maravilla de la aventura y de precisamente que no haya "topes" ni "pisos", al mejor estilo de la Aresep y bueno, siempre está el riesgo de que a uno lo estafen.

Imaginemos un regulador en este tema, fijo al que más se cotiza le aplican un impuesto, para solventar a los que no ligan con nada, porque pobrecito también merece que lo vuelvan a ver, ¿se imaginan? Como todo interventor en la libertad del mercado, si a uno le van a imponer a alguien mejor agarra la maleta y se va a donde mejor le convenga.

En la actualidad, cuando evaluamos a una potencial pareja, nos gusta pensar que el vínculo sentimental se inicia, por ese amor que nace inesperadamente en el fondo de nuestro corazón, que tiene esas "razones que la razón no entiende". Sin embargo, siendo aguafiestas, existen numerosas investigaciones que evidencian que el amor no es ciego y que corresponde a elementales respuestas biológicas y se le suman las valoraciones subjetivas que yacen en el inconsciente social y en su entorno.

Seamos honestos, cuando usted invierte en una empresa anhela superarse. En estos términos sería encontrar una persona con un “valor pareja” lo más alto posible. Por eso (y aunque no siempre podamos admitirlo) cuando salimos con alguien, evaluamos sus "pros" y sus "contras" para compararlos con los nuestros. De hecho, gran parte de la angustia amorosa proviene de sentir atracción por personas cuyo “valor pareja”, está "fuera de nuestra liga", quién podría decirlo mejor que Groucho Marx, en referencia a su frase célebre de: “no querer ser socio de un club que lo tiene a él como socio”.

Cuando dos se juntan y los rasgos deseables no son equitativos, el pronóstico no es muy alentador. Esta situación conduce a que uno sienta que está perdiendo "mejores inversiones" (en la vuelta de la esquina hay alguien mejor), mientras el otro vive preocupado por la posibilidad de ser abandonado y por eso esta es la gran metáfora de un mercado perfecto que es por la libre.

Como es evidente, el valor de mercado de cada persona, puede modificarse con el paso del tiempo (si invierte en usted mismo). De esta manera, ser deseables como compañeros es un proceso de construcción que nunca termina, usted puede rehacerse, renovarse. Por supuesto que el enamoramiento puede que no sea como yo lo estoy describiendo, qué aburrido si fuera así; sin embargo, y como conclusión, dos personas tienen más probabilidades de permanecer juntas cuando se perciben a sí mismos y al otro como dueños de valores que cotizan igual.

Feliz Día de San Valentín, buena suerte esta noche cuando se acerque al “mercado”, hoy también le recomiendo que para acabar el día, considere un buen vino.

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