"Sin educación no reduciremos la pobreza"
Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Miércoles 09 noviembre, 2011
Andrés Oppenheimer enfatiza que el pecado de América Latina es vivir del pasado
“Sin educación no reduciremos la pobreza”
• Periodista y escritor advierte que la democracia de Latinoamérica está en peligro
Esquivo a las preguntas relacionadas con los gobiernos populistas, la democracia en América Latina y temas internos de Costa Rica, Andrés Oppenheimer concedió una entrevista a LA REPUBLICA, antes de la charla que brindará hoy en el país.
El periodista y escritor fue enfático en que Latinoamérica no abandonará la pobreza ni disminuirá sus niveles de desigualdad social hasta que no invierta en una educación de calidad y especializada, al estilo de Asia.
Al mismo tiempo, advierte que la democracia de la región está en juego ante la creciente ola de presidentes que quieren perpetuarse en el poder, omitiendo la división de poderes y extinguiendo a la prensa independiente.
Oppenheimer hoy ofrecerá una conferencia sobre “El desafío centroamericano en la era del conocimiento”, en el marco del foro “Salud y educación como impulsores del crecimiento económico. Travel for care: una oportunidad para el desarrollo”, que organiza Costa Rican Medical Holding, en el Hotel Cariari.
A continuación un extracto de la entrevista con el editor para América Latina del periódico Miami Herald.
¿Cómo percibe a Latinoamérica?
Los políticos, periodistas y académicos estamos enfocados en la economía, y demasiado poco en la educación. A diferencia de los asiáticos, y eso nos hace perpetuar nuestra pobreza, porque medimos nuestro proceso con base en el crecimiento económico y cuando crecen nuestras economías, los que más se benefician son la gente más educada, con puestos de trabajo en la economía formal.
Además de una educación de calidad, ¿se requiere que sea especializada?
El tipo de educación es importante, porque en las universidades latinoamericanas estamos produciendo grandes cantidades de egresados en humanidades, psicólogos, sociólogos y periodistas, y pocos ingenieros y técnicos. Mientras sigamos enfocándonos en la economía y no en la educación, no vamos a lograr reducir la pobreza ni cerrar la brecha de inequidad social.
¿Cuán diferentes son los asiáticos?
Nos falta una cultura familiar de la educación, los asiáticos invierten todo su tiempo y dinero en la educación de sus hijos. Mientras los asiáticos están guiados por el pragmatismo y obsesionados por el futuro, nosotros estamos guiados por la ideología y obsesionados por el pasado.
¿Con una población más educada, es más probable que la gente abandone el campo y la agricultura?
Costa Rica es un país que produce muchos bienes agrícolas, como el café, pero qué porcentaje de una taza de café costarricense que se consume en Estados Unidos vuelve al caficultor, solo el 3%. El 97% restante es para quienes hicieron la ingeniería genética, el procesamiento, la mercadotecnia, publicidad y distribución, todos trabajos de la economía del conocimiento. Entonces, la pregunta que debemos hacernos como países, es en qué lado de la ecuación queremos estar, en los países que se quedan con el 3% o entre los que se quedan con el 97%.
Pero ¿hay quienes creen que cada país tiene que producir lo que consume?
Costa Rica puede cuadruplicar los alimentos que produce y va a ganar muchísimo menos que si invierte en tecnología, ciencia y educación. Lo que más vale hoy son los productos de la economía del conocimiento, quiénes son los más ricos del mundo: Carlos Slim y Bill Gates, y qué alimento producen ellos. No estoy diciendo que Costa Rica tenga que dejar de producir piña y banano, pero tiene que ser consciente de que si quiere crecer como país le conviene mucho más invertir en la educación, que en materias primas. Puede tener un modelo similar al de Nueva Zelanda, que tiene materias primas, pero le da un valor agregado al producto.
¿Cuánto ha cambiado América Latina en los últimos 20 años?
Ha cambiado para bien, hay más países democráticos, en los últimos seis o siete ha habido un mayor crecimiento económico, pero ahora estamos en un punto de inflexión, porque estamos teniendo bastantes nubarrones. La democracia está amenazada en muchos lados, acabamos de verlo en Nicaragua el domingo, hay muchos gobiernos, que una vez en el poder acaparan todos los espacios y de alguna manera suprimen esa división de poderes de la democracia.
En Latinoamérica había dictadores que se perpetuaban en el poder con las armas, ahora hay gobernantes que se quieren quedar en el poder, pero a través de las urnas. ¿Estamos viviendo otra vez lo mismo?
Es diferente, pero al final del día se pueden parecer mucho, corremos el riesgo de dar la vuelta en círculo, mira en Nicaragua, corremos el riesgo de que Daniel Ortega y Somoza sean la misma cosa.
¿Se pueden extender aún más los gobiernos populistas en América Latina?
No quiero hablar mucho, porque me estoy quedando un poco afónico. Los partidos populistas están incrementando la burocracia, en Venezuela se acaban de crear dos nuevos ministerios.
¿En América Latina hay muchas diferencias entre la democracia política y económica?
Hay muchas democracias, cada país tiene su propia fórmula, pero los que sí son requisitos fundamentales son la división de poderes y una prensa independiente, que en muchos países están muy acotados.
Habla mucho de China en sus libros, ¿el gigante asiático podría convertirse en el satélite financiero de América Latina?
Al revés, América Latina corre el riesgo de convertirse en un satélite de China. Es peligroso cifrar demasiadas esperanzas en China, porque ha crecido extraordinariamente en los últimos 30 años, pero hoy estamos viendo señales de enfriamiento de su economía, no va a colapsar pero es muy probable que su crecimiento sea menor y eso va a crear un impacto en los países de América Latina que cifran todas sus esperanzas en la economía china, se corre el riesgo de un enfriamiento.
¿China desplazará a Estados Unidos en 2020?
Cuando le pregunté a Bill Gates, me dijo que él cree que sí, pero que ni él, ni yo lo vamos a ver y yo estoy de acuerdo con eso. Para nada lo va a conseguir en 2020, eso es un cálculo basado en una medición del crecimiento, pero creo que van a faltar 20 o 30 años mínimo, porque Estados Unidos tiene una producción nacional mucho mayor que la de China, la disparidad en ciencia y tecnología es abismal. China está copiando exitosamente el modelo de Estados Unidos, pero está empezando de una base muy baja; le falta muchísimo para llegar al nivel de innovación y tecnología de los estadounidenses.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
“Sin educación no reduciremos la pobreza”
• Periodista y escritor advierte que la democracia de Latinoamérica está en peligro
Esquivo a las preguntas relacionadas con los gobiernos populistas, la democracia en América Latina y temas internos de Costa Rica, Andrés Oppenheimer concedió una entrevista a LA REPUBLICA, antes de la charla que brindará hoy en el país.
El periodista y escritor fue enfático en que Latinoamérica no abandonará la pobreza ni disminuirá sus niveles de desigualdad social hasta que no invierta en una educación de calidad y especializada, al estilo de Asia.
Al mismo tiempo, advierte que la democracia de la región está en juego ante la creciente ola de presidentes que quieren perpetuarse en el poder, omitiendo la división de poderes y extinguiendo a la prensa independiente.
Oppenheimer hoy ofrecerá una conferencia sobre “El desafío centroamericano en la era del conocimiento”, en el marco del foro “Salud y educación como impulsores del crecimiento económico. Travel for care: una oportunidad para el desarrollo”, que organiza Costa Rican Medical Holding, en el Hotel Cariari.
A continuación un extracto de la entrevista con el editor para América Latina del periódico Miami Herald.
¿Cómo percibe a Latinoamérica?
Los políticos, periodistas y académicos estamos enfocados en la economía, y demasiado poco en la educación. A diferencia de los asiáticos, y eso nos hace perpetuar nuestra pobreza, porque medimos nuestro proceso con base en el crecimiento económico y cuando crecen nuestras economías, los que más se benefician son la gente más educada, con puestos de trabajo en la economía formal.
Además de una educación de calidad, ¿se requiere que sea especializada?
El tipo de educación es importante, porque en las universidades latinoamericanas estamos produciendo grandes cantidades de egresados en humanidades, psicólogos, sociólogos y periodistas, y pocos ingenieros y técnicos. Mientras sigamos enfocándonos en la economía y no en la educación, no vamos a lograr reducir la pobreza ni cerrar la brecha de inequidad social.
¿Cuán diferentes son los asiáticos?
Nos falta una cultura familiar de la educación, los asiáticos invierten todo su tiempo y dinero en la educación de sus hijos. Mientras los asiáticos están guiados por el pragmatismo y obsesionados por el futuro, nosotros estamos guiados por la ideología y obsesionados por el pasado.
¿Con una población más educada, es más probable que la gente abandone el campo y la agricultura?
Costa Rica es un país que produce muchos bienes agrícolas, como el café, pero qué porcentaje de una taza de café costarricense que se consume en Estados Unidos vuelve al caficultor, solo el 3%. El 97% restante es para quienes hicieron la ingeniería genética, el procesamiento, la mercadotecnia, publicidad y distribución, todos trabajos de la economía del conocimiento. Entonces, la pregunta que debemos hacernos como países, es en qué lado de la ecuación queremos estar, en los países que se quedan con el 3% o entre los que se quedan con el 97%.
Pero ¿hay quienes creen que cada país tiene que producir lo que consume?
Costa Rica puede cuadruplicar los alimentos que produce y va a ganar muchísimo menos que si invierte en tecnología, ciencia y educación. Lo que más vale hoy son los productos de la economía del conocimiento, quiénes son los más ricos del mundo: Carlos Slim y Bill Gates, y qué alimento producen ellos. No estoy diciendo que Costa Rica tenga que dejar de producir piña y banano, pero tiene que ser consciente de que si quiere crecer como país le conviene mucho más invertir en la educación, que en materias primas. Puede tener un modelo similar al de Nueva Zelanda, que tiene materias primas, pero le da un valor agregado al producto.
¿Cuánto ha cambiado América Latina en los últimos 20 años?
Ha cambiado para bien, hay más países democráticos, en los últimos seis o siete ha habido un mayor crecimiento económico, pero ahora estamos en un punto de inflexión, porque estamos teniendo bastantes nubarrones. La democracia está amenazada en muchos lados, acabamos de verlo en Nicaragua el domingo, hay muchos gobiernos, que una vez en el poder acaparan todos los espacios y de alguna manera suprimen esa división de poderes de la democracia.
En Latinoamérica había dictadores que se perpetuaban en el poder con las armas, ahora hay gobernantes que se quieren quedar en el poder, pero a través de las urnas. ¿Estamos viviendo otra vez lo mismo?
Es diferente, pero al final del día se pueden parecer mucho, corremos el riesgo de dar la vuelta en círculo, mira en Nicaragua, corremos el riesgo de que Daniel Ortega y Somoza sean la misma cosa.
¿Se pueden extender aún más los gobiernos populistas en América Latina?
No quiero hablar mucho, porque me estoy quedando un poco afónico. Los partidos populistas están incrementando la burocracia, en Venezuela se acaban de crear dos nuevos ministerios.
¿En América Latina hay muchas diferencias entre la democracia política y económica?
Hay muchas democracias, cada país tiene su propia fórmula, pero los que sí son requisitos fundamentales son la división de poderes y una prensa independiente, que en muchos países están muy acotados.
Habla mucho de China en sus libros, ¿el gigante asiático podría convertirse en el satélite financiero de América Latina?
Al revés, América Latina corre el riesgo de convertirse en un satélite de China. Es peligroso cifrar demasiadas esperanzas en China, porque ha crecido extraordinariamente en los últimos 30 años, pero hoy estamos viendo señales de enfriamiento de su economía, no va a colapsar pero es muy probable que su crecimiento sea menor y eso va a crear un impacto en los países de América Latina que cifran todas sus esperanzas en la economía china, se corre el riesgo de un enfriamiento.
¿China desplazará a Estados Unidos en 2020?
Cuando le pregunté a Bill Gates, me dijo que él cree que sí, pero que ni él, ni yo lo vamos a ver y yo estoy de acuerdo con eso. Para nada lo va a conseguir en 2020, eso es un cálculo basado en una medición del crecimiento, pero creo que van a faltar 20 o 30 años mínimo, porque Estados Unidos tiene una producción nacional mucho mayor que la de China, la disparidad en ciencia y tecnología es abismal. China está copiando exitosamente el modelo de Estados Unidos, pero está empezando de una base muy baja; le falta muchísimo para llegar al nivel de innovación y tecnología de los estadounidenses.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net