Sin lugar para los débiles
Giuliana Llanes gllanes@larepublica.net | Jueves 05 julio, 2012
Sin lugar para los débiles
Las semifinales masculinas de Wimbledon exigirán el máximo de sus participantes
Lucha por el trono
La ventana de la oportunidad de regresar al primer puesto del tenis mundial se abrió para el suizo Roger Federer, tras la eliminación del español Rafael Nadal en segunda ronda del clásico británico; sin embargo, antes deberá cumplir aquel adagio que dice “a rey muerto, rey puesto” y acabar con el vigente monarca de Wimbledon y de la ATP, el serbio Novak Djokovic en la ronda de semifinales.
Para ambos, su duelo no es un partido más, los dos se juegan demasiado en sus aspiraciones personales.
El helvético estaría a las puertas de ganar su sétimo título en La Catedral y empatar el récord de Pete Sampras en esta pista, todo ello sumado al incentivo de retomar la punta del tenis mundial tras dos años fuera de esa plaza.
“Nole” no se juega menos. El chico de Belgrado lleva un año desde que se proclamó como el mejor del mundo, después de quedar campeón en el All England Club en julio de 2011 y buscará un récord envidiable, ganar cuatro de los últimos cinco Grand Slam (perdió Roland Garros en junio de este año ante Rafael Nadal).
Definitivamente es demasiado en disputa para ser el primer duelo registrado en el césped británico entre dos pesos pesados.
A trascender los deseos
Andy Murray (4) y Jo Wilfred Tsonga (5), comparten varias cosas en común además de no tener ningún “Majors” en sus vitrinas y enfrentarse en la semifinal dos de esta edición. Ambos viven con la presión de que su tenis estalle en algún momento y den ese paso definitivo en un Grand Slam.
Para el escocés, Wimbledon significa jugar con el apoyo de la localía, pero también acabar con la sequía de títulos en las arcas británicas desde 1936, esta parece ser una ocasión de oro para que finalmente “Corazón Valiente”, como se le conoce en su país, llegue por primera vez al encuentro decisivo en La Catedral.
Por su parte, Tsonga intentará superar la barrera de las semifinales a la cual llegó el año pasado, que finalmente lo dejó fuera de la lucha por el título.
El mundo del tenis aún recuerda la final de Australia que consiguió “Alí” (por su parecido con el púgil estadounidense) en 2008, cuando cayó ante Djokovic en el duelo definitivo.
Sergio Alvarado
salvarado@larepublica.net
Las semifinales masculinas de Wimbledon exigirán el máximo de sus participantes
La ventana de la oportunidad de regresar al primer puesto del tenis mundial se abrió para el suizo Roger Federer, tras la eliminación del español Rafael Nadal en segunda ronda del clásico británico; sin embargo, antes deberá cumplir aquel adagio que dice “a rey muerto, rey puesto” y acabar con el vigente monarca de Wimbledon y de la ATP, el serbio Novak Djokovic en la ronda de semifinales.
Para ambos, su duelo no es un partido más, los dos se juegan demasiado en sus aspiraciones personales.
El helvético estaría a las puertas de ganar su sétimo título en La Catedral y empatar el récord de Pete Sampras en esta pista, todo ello sumado al incentivo de retomar la punta del tenis mundial tras dos años fuera de esa plaza.
“Nole” no se juega menos. El chico de Belgrado lleva un año desde que se proclamó como el mejor del mundo, después de quedar campeón en el All England Club en julio de 2011 y buscará un récord envidiable, ganar cuatro de los últimos cinco Grand Slam (perdió Roland Garros en junio de este año ante Rafael Nadal).
Definitivamente es demasiado en disputa para ser el primer duelo registrado en el césped británico entre dos pesos pesados.
A trascender los deseos
Andy Murray (4) y Jo Wilfred Tsonga (5), comparten varias cosas en común además de no tener ningún “Majors” en sus vitrinas y enfrentarse en la semifinal dos de esta edición. Ambos viven con la presión de que su tenis estalle en algún momento y den ese paso definitivo en un Grand Slam.
Para el escocés, Wimbledon significa jugar con el apoyo de la localía, pero también acabar con la sequía de títulos en las arcas británicas desde 1936, esta parece ser una ocasión de oro para que finalmente “Corazón Valiente”, como se le conoce en su país, llegue por primera vez al encuentro decisivo en La Catedral.
Por su parte, Tsonga intentará superar la barrera de las semifinales a la cual llegó el año pasado, que finalmente lo dejó fuera de la lucha por el título.
El mundo del tenis aún recuerda la final de Australia que consiguió “Alí” (por su parecido con el púgil estadounidense) en 2008, cuando cayó ante Djokovic en el duelo definitivo.
Sergio Alvarado
salvarado@larepublica.net