Sinner le dio a Italia la Copa Davis y ahora Australia

“Tengo una familia normal, en el sentido de que cada uno hace su trabajo. Mi papá se despertaba a las 7 de la mañana y nunca se sabía a qué hora volvería, era chef en la montaña: el restaurante no tenía horario. Mi madre ayudó a sus abuelos a limpiar departamentos y luego trabajó como camarera.

Cuando volvía a casa del colegio, mis padres no estaban allí. Iba a la casa de mis abuelos, Josef y María a almorzar y a hacer los deberes. Mark, mi hermano es la persona más honesta y verdadera que conozco. Cuando estoy en problemas recurro a él. Y no importa si hace días que no se nada de él, quizá hablo más con otras personas que con Mark, pero él me conoce y siempre tiene la palabra adecuada.

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Compartimos el dormitorio, crecimos juntos. Mis amigos más cercanos son los de la escuela, no los que se acercan ahora que soy un jugador top. No les importa si gano o pierdo. Me llaman y la primera pregunta es: ¿cómo estás? Es algo que me mantiene anclado, que me da fuerza.

Cuando llamo a mis padres, ni siquiera contestan si están ocupados. Hablo de la vida real: mi presión no es nada comparada con la de un cirujano, la de un cabeza de familia que tiene que poner la cena en la mesa. Esto es presión: no saber si un cohete entrará en tu casa en cinco horas o en cinco días. Jugar al tenis es algo que me hace sentir afortunado y honrado!”

Jannik Sinner, tenista italiano.

Sinner, 4 del ranking ATP se quedó con una épica definición en el Abierto de Australia 2024, primer Grand Slam de temporada.

Dando vuelta a un inicio de partido adverso, desde dos sets a cero abajo, triunfó sobre el ruso Daniil Medvedev, 3 del planeta por 3-6, 3-6, 6-4, 6-4 y 6-3 después de tres horas y 44 minutos de puro tenis en la Rod Laver Arena.

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Jannik, nacido en la región de Val Fiscalina al norte de Italia, un valle repleto de nieve, es el primer representante del tenis italiano que se consagra en Melbourne.

Nació el 16 de agosto de 2001. Hijo de Johann y Siglinde, se crio en un albergue de esquí y fue de los mejores esquiadores de Italia ya que ganó un campeonato nacional de slalom gigante y cuatro años después fue subcampeón.

Quedar segundo no le hizo gracia lo mismo lo peligro de la disciplina y fue cuando tomó la decisión de cambiar la nieve por el tenis, a los 14 años marchó de la casa y se dedicó a entrenarse en un deporte que lo acaba de consagrar como uno de los mejores del mundo.

gpandolfo@larepublica.net