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Jueves, 12 de diciembre de 2024



COLUMNISTAS


Siria después de la dictadura de Bashar Al-Assad

Óscar Álvarez Araya oalvarezcocr@gmail.com | Jueves 12 diciembre, 2024


Ha caído en Siria la dictadura de Bashar Al-Assad que había empezado en el año 2000 después de que su padre la iniciara desde el año 1971. En total 53 años duró esta dinastía de orientación islámica chiita y alauita, aliada del régimen de Irán. Bashar Al-Assad era el presidente de la República Árabe Siria y también el presidente del Partido Baaz Árabe Socialista de Siria.

Después de una guerra civil de 13 años están tomando el poder un conjunto de fuerzas heterogéneas dentro de las cuales destaca la Organización para la Liberación del Levante o Hayat Tahrir Al Sham, cuyo líder es Abu Mohamed al Jolani.

Cabe precisar que HTS es una organización de orientación islámica sunnita y fue anteriormente la rama Siria de Al-Qaeda y tuvo lazos con el Estado Islámico. Hoy día se presenta como moderada, no chiita, definiendo a Irán y a Hezbollá como sus enemigos. Ofrece iniciar un gobierno de respeto a las minorías religiosas y éticas y su líder al Jolani ha dicho que: “Estamos abiertos a la amistad con todos en la región, incluido Israel”. Además de ellos, entre los ganadores hay milicias kurdas y aliadas de Estados Unidos y grupos de orientación islámica sunnita que se consideraron oprimidos por el régimen de Al-Assad.

La caída del régimen de Damasco fue posible gracias a fuertes cambios en “la correlación de fuerzas” en la región, sobre todo el debilitamiento de Hamás en Gaza y de Hezbollá en Líbano, ambos proxies de Irán y de Damasco, con quienes conforman el Eje de la Resistencia. Al caer el régimen de Siria queda completamente debilitada la red de proxies o aliados de Irán en el Medio Oriente.

También favoreció la victoria rebelde el hecho de que Rusia, muy ocupada en su guerra en Ucrania, no acudió en defensa de su aliado en Siria y a su vez Irán tampoco utilizó sus tropas para proteger a su aliado el gobierno de Damasco. Al quedar sin sus dos principales aliados políticos y militares internacionales, Rusia y Ucrania, las fuerzas armadas de Siria optaron por claudicar y entregarse a los rebeldes, sin mayor resistencia.

Entonces prácticamente su produjo un vacío de poder que fue ocupado por los rebeldes de varios signos. Viene ahora la lucha para definir cual fuerza se queda finalmente con el poder. Algunos analistas comparan la situación de hoy con la situación en Libia después de la caída del dictador Muammar Kaddafy.

Irán y Rusia son desde luego las dos grandes potencias perdedoras de la jornada y a nivel local el régimen de Damasco pasa como diría Marx al basurero de la historia con su jefe refugiado en Moscú. Sobre todo el gobierno de Teherán ha quedado en una situación de extrema debilidad.

Desde mi humilde opinión de analista el gran ganador es el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu, que no sólo había debilitado a sus adversarios de Gaza y Líbano, sino que ahora logra nada menos que el derrocamiento de un régimen enemigo que representaba el principal aliado de Irán en la región.

También hablando en términos estrictamente militares y por más dolorosas que nos parezcan todas las guerras, veo en el campo de los ganadores a Turquía y a su presidente Recep Erdogan, que era rival de Al-Assad y apoyó a los rebeldes islamistas. También el gobierno de Qatar queda como ganador pues estuvo cerca de Turquía y de los rebeldes en la contienda.

Mientras se produjo esta nueva revolución el Formato de Astaná constituido por Rusia, Irán y Turquía se había reunido en Doha, Qatar para evaluar la situación en Siria y el Medio Oriente. Los acontecimientos rebasaron los objetivos de dicha reunión.

Después de la caída, las Fuerzas de Defensa de Israel con la participación de 350 aviones de combate han procedido con una serie de ataques en el territorio de Siria, desde Damasco hasta la base militar de Tartus destruyendo el 80% de la capacidad estratégica del ejército sirio, incluyendo aviones, helicópteros, buques, arsenales y bases militares, anticipándose a la posible utilización de esos recursos militares por parte de las nuevas fuerzas victoriosas. Las FDI han tomado tierras en los Altos del Golán e incluso ya se encuentran en el Monte Hermón, que se sitúa a 40 kilómetros de Damasco.

Mientras tanto los rebeldes islámicos sunnitas de HTS ya han nombrado como nuevo primer ministro a Mohammed al Bashir, ingeniero con estudios en Sharia o Ley Islámica.

Vistos los acontecimientos en Siria desde la perspectiva de las recientes elecciones en los Estados Unidos, para la administración entrante de Donald Trump tanto los avances y victorias de su aliado y amigo personal Benjamín Netanyahu como los reveses de los regímenes de Damasco y de Teherán, constituyen buenas noticias. Recordemos que la potencia que más militantemente se opuso a la reelección de Trump fue precisamente el gobierno de los Ayatolas en Irán.

Sin embargo está por verse la evolución de los acontecimientos y sobre todo la cristalización del nuevo gobierno en Siria para determinar hasta que punto aún se ubica dentro de los parámetros de la Jihad islámica o si de verdad ha experimentado un proceso de moderación?

Adónde va Siria? Es un poco temprano para los vaticinios. Posiblemente se viene una mayor fragmentación política y un gobierno de orientación islamista sunnita y algo cercano a Turquía pero no aliado ni de Hezbollá ni de Irán. Los presos políticos están siendo liberados y los refugiados están regresando. Hay grados de esperanza.

Esperemos que Siria encuentre senderos de paz, unidad nacional y moderación con respeto a la diversidad étnica y religiosa. Así vendrá una era de mayor progreso y prosperidad. Ojalá!

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