Sociedad intolerante propicia despidos prematuros de entrenadores según Erick Lonis
Walter Herrera wherrera@larepublica.net | Viernes 08 febrero, 2019
No solo los futbolistas jóvenes enfrentan dificultades para recibir una oportunidad en el máximo circuito, también los estrategas lo padecen, pues los pocos que llegan, son devorados por la presión y la exigencia de obtener resultados en corto tiempo.
Esta es la posición que maneja Erick Lonnis, analista deportivo y exfutbolista, con respecto a los “prematuras” salidas de directores técnicos de equipos de la primera división durante el Clausura 2019.
Con el cese de Vladimir Quesada de Saprissa, Luis Diego Arnáez de la Liga y Luis José Herra de Carmelita, los equipos demuestran que la paciencia no es la mejor cualidad en la silla caliente.
En menos de siete fechas, cuatro equipos cambiaron de estratega.
Además, la UCR, San Carlos y Herediano estrenaron técnico el campeonato actual.
Los únicos dos clubes que le apostaron a un proceso en su idea de juego son Santos de Guápiles con Johnny Chaves, quien dirige desde mayo de 2015, y José Giacone quien entrena a Pérez Zeledón desde 2016 y le resta un año de contrato con los generaleños.
Para analizar esta rotación en los banquillos de primera, conversamos con Erick Lonnis, analista deportivo y exfutbolista, sobre el síndrome que carcome las carreras de los estrategas en Costa Rica.
ENTREVISTA
Erick Lonnis
Comentarista deportivo
Usted está en contra de estos cambios en los banquillos de manera tan prematura, ¿cómo lo analiza?
O son decisiones prematuras o no son bien pensadas desde el principio porque si ponen un técnico y lo quitan en menos de siete fechas es porque no tienen la capacidad de resolver problemas.
¿En qué tiempo y de qué manera se debe tomar una decisión para sacar a un técnico?
Puedo asegurar que con cinco o seis juegos, cuestionar el rendimiento o resultados y enfocarse únicamente en el desempeño del técnico es un error.
Hay que ver en profundidad, o usted no analizó bien al técnico antes de contratarlo y no hizo una buena lectura de su personalidad o por algún caso de fuerza mayor; pero este no ha sido el caso.
¿Cómo analiza la salida de Luis Diego Arnáez?
Dicen que él tenía un Ferrari que no lo hacía caminar, pero cuál Ferrari si nunca ha tenido a los jugadores completos que contrataron.
Ha habido lesiones, o no están inscritos, están en la Selección o simplemente pierden partidos que no debieron perder, como contra San Carlos.
Es poca tolerancia a la presión.
¿Hay complicidad de las dirigencias por acceder a las presiones de la afición con tal de apaciguar los ánimos?
Sí, esa ha sido la razón principal.
No he escuchado razones deportivas de peso.
Si me dice que la comunicación entre técnico y equipo se rompió o sentimos que este planteamiento no nos va a llevar a lo que queremos, uno entiende.
Ahora, esto es de presidentes, ellos quieren tener a la gente tranquila y les dan lo que ellos perciben que es lo que la gente quiere, pero hay que analizar con mayor profundidad.
Estamos en una sociedad intolerante y no hay un líder que diga “¡esto no es así!”.
Alguien debe decir, “el técnico es bueno, pero por estas razones no le ha ido bien; se ha equivocado, pero tomamos las medidas”.
Pero hay gente que cree que todo se resuelve cortándole la cabeza a la gente.
¿Cuánto debería durar un proceso de un técnico para que el equipo juegue a plenitud de acuerdo con su idea?
Es difícil porque es tan variado.
Te pongo un ejemplo, los equipos de Jorge Luis Pinto requieren tiempo para jugar como juegan, los de Óscar Ramírez también.
Otros técnicos más emocionales como Odir Jacques, de un partido a otro te cambian el rendimiento, pero más por cuestión emocional que de trabajo.
Los equipos que juegan por el trabajo requieren tiempo.
Ahora, cómo saber cuánto debería tardar un proceso depende de la capacidad de los jugadores y de ponerla en práctica.